La mejor manera que se me ocurre de celebrar la Pascua es regalarles a ustedes estas últimas imágenes del Santo Patrono de los traductores -y me atrevo a decir que de todos los escritores que se empeñan en ser claros- en su celda y biblioteca, lugar de esfuerzo y de disfrute.
Van desde imágenes muy austeras hasta otras recargadas. Algunas son más primitivas, y otras no sé por qué me parecen tener un halo protestante. En todas hay símbolos, pero en algunas más. Y ciertos símbolos no los habíamos visto en cuadros anteriormente mostrados. En fin, me limitaré a colocar las reproducciones con el nombre del pintor y la fecha, y dejo a ustedes las cábalas y comentarios que sin duda leeremos con gusto los demás.
Van desde imágenes muy austeras hasta otras recargadas. Algunas son más primitivas, y otras no sé por qué me parecen tener un halo protestante. En todas hay símbolos, pero en algunas más. Y ciertos símbolos no los habíamos visto en cuadros anteriormente mostrados. En fin, me limitaré a colocar las reproducciones con el nombre del pintor y la fecha, y dejo a ustedes las cábalas y comentarios que sin duda leeremos con gusto los demás.
Domenico Ghirlandaio pinxit circa 1480
Miniatura francesa circa 1500
Lucas Cranach pinxit circa 1526
Caravaggio pinxit circa 1605
¿La insobornable contemporaneidad ha irrumpido en la cueva del sabio? ¿No quedan ya torres de marfil ni celdas en el yermo? Me temo que el beatus ille sea algo menos beatus con fax y teléfono que sin ellos. Lo sé por experiencia propia. Pero, aun así, doy por seguro que San Jerónimo hubiese escrito más a gusto en esta biblioteca de un castillo del Loira, bien habitada y leída hoy por su castellano, que en un convento con hilo musical de liturgia de guitarra eléctrica. Y el león también lo preferiría.
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