Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: marzo 2019

viernes, 1 de marzo de 2019

De libros sobrevalorados y menospreciados (I)


San Jerónimo, por Antonello da Messina, 1474. National Gallery, Londres
San Jerónimo por Marinus van Reymerswaele, 1541. Museo del Prado, Madrid

     Hace cuarenta años disfruté leyendo las impertinencias iconoclastas proferidas por la crema de la inteleztualidá  inglesa, sobre ella misma. El espectáculo lo montó el Times Literary Supplement para celebrar el 75 aniversario de su nacimiento. Hizo un sondeo a algunas de las luminarias de la época sobre "The most underrated and overrated books (or authors) of the past seventy-five years". Estoy buscando la versión original del sondeo, pero mientras la encuentro, aquí se puede ver una versión resumida, también del TLS, del 2017 (https://www.the-tls.co.uk/articles/public/reputations-revisited/). Da gloria leer a alguna vaca sagrada como Vladimir Nabokov destrozar a vacas otrora sagradas como Conrad o D.H. Lawrence.
     Así es que pedí a 77 escritores su opinión sobre las reputaciones literarias y 30 contestaron, como verán ustedes más adelante. Por cierto que cuantos entran en esta bitácora están invitados a añadir sus opiniones en las páginas de comentarios.
     Parece prudente colocar los juicios que siguen bajo el patronato de San Jerónimo (340-420 A.D.). Siendo el máximo filólogo de la antigüedad cristiana, le cabe el honor de haber traducido la Biblia al latín y también el dudoso privilegio de ser el primer crítico literario. No estoy seguro de que se haya molestado en inspirarnos a todos cuantos a continuación opinamos sobre los libros afamados en exceso o escasamente, pero tal vez nos haya evitado mayores tropiezos. 
     Ya en su época había disputas entre eruditos, claro está. Una de las que San Jerónimo sostuvo fue con San Agustín (354-430 A.D.). Versó sobre la traducción correcta al griego y al latín de la palabra usada en el Libro de Jonás para describir una planta llamada en hebreo ciceion, que hoy llamaríamos ricino.
     Sospecho que nuestras controversias literarias podrán algún día parecer tan vanas como las del Siglo IV. Pero no es así. La discrepancia calabaza-hiedra-ricino es extrañamente importante, pues el riesgo de que la Iglesia cristiana de Oriente y la de Roma usasen palabras distintas podía añadirse a otras desavenencias que acabarían dividiendo la Cristiandad. Es curioso que el mismo desacuerdo resurgió mil años después bajo otra forma: Lutero en 1534 tradujo por calabaza lo que Arias Montano en 1572 llamó ricino.
     Al lado de la expresión intensa, exaltada del San Jerónimo de Marinus van Reymerswaele (parece un mago de Tolkien), o del aspecto sereno, apacible, esencialmente cómodo del San Jerónimo de Antonello da Messina (parece un príncipe del Renacimiento), me temo que nuestras opiniones literarias resulten sosas. En fin, ahí van, en tres entregas, los pareceres de los mejores ingenios de esta corte que amablemente han accedido a enviarnos. 
     Léanlos, envíen sus comentarios y opiniones y verán confirmada la sentencia de Horacio, Genus irritabile vatum, raza irritable la de los poetas. Así somos, tanto los vates como los prosaicos. Pero lo imprescindible es no ser aburridos, y ninguno de estos lo es, salvo el último encuestado, vuestro affmo Tamarón.




José Guillermo García-Valdecasas
25 de Enero

Según pienso, el record de escritores injustamente aplaudidos o desdeñados lo tienen las letras ale­ma­nas. No hay en toda la literatura universal otro autor tan malo y cele­bérrimo como Goethe, coetáneo de Kleist y Büchner, dos gigantes de escasa nombradía.  El formidable Keyser­ling (Eduard von) es un desconocido, mientras gozan de so­bra­da fama sus hueros seguidores Hermann Hesse y Thomas Mann.

No opinaré ante ti de ingleses (que admiro sobremanera) o france­ses. La narrativa italiana se sobrevalora, pues sólo ha producido una novela universal (Il Gatopardo). En Ru­sia veo a Chejov, mediocre apreciadísimo. En Es­pa­ña la crítica sólo elogia demasiado a los escri­to­res que dirigen un periódico (y acaban en la Academia).  Pe­ro ignora y proscribe al máximo talento narrativo del XX: J. Mallorquí, autor de El Coyote.

~

Amando de Miguel
26 de Enero

Autores más sobrevalorados: Federico García Lorca (fusilado por los nacionales en la guerra civil) y Valle-Inclán.

Autores más menospreciados: Ramiro de Maeztu y Manuel Bueno (fusilados por los republicanos),  Galdós (llamado el garbancero por Valle-Inclán), a raíz de que un gran personaje suyo, Máximo Manso, era aficionado al garbanzo. Fue por envidia.

~

Álvaro Delgado Gal
27 de Enero

Voy a restringirme a la literatura en español. Ampliar el espectro sería perderse en el océano. Ahí van mis respuestas:

Se ha concedido a “Cien años de soledad” un valor excesivo. El libro está diestramente escrito, pero es infantil. Imitar su estilo, es condenarse a repetir tópicos: imágenes congeladas, sin desarrollo posible.

“Fortunata y Jacinta”, aunque apreciado, es más de lo que la crítica piensa. Se trata, en efecto, de la segunda mejor novela española después del “Quijote”. Galdós murió demasiado tarde. Ha sido víctima de algo tan pueril, y a la vez tan decisivo, como el cambio de gusto.

~

Jon Juaristi Linacero
27 de Enero

En general, creo que las vanguardias europeas del siglo pasado han sido muy sobrevaloradas, Y el libro más insoportable que conozco es el Livro do desassosego, de Bernardo Soares/ Fernando Pessoa.

Me parece, también en general, que la poesía española del XVIII no es suficientemente valorada (Meléndez Valdés, Jovellanos, Cienfuegos, Cadalso, Trigueros). Puede ser una manía personal, pero son mis maestros.

~

Serafín Fanjul
28 de Enero

Sobrevalorados:

W. Churchill, Joyce, Mérimée,, Chateaubriand, Günter Grass, Jorge Amado, Juan Goytisolo, J. J. Millás, Sánchez Ferlosio, Caballero Bonald, Echegaray, Alejandro Casona, Naguib Mahfuz, Adonis, 'Abd al-Wahab al-Bayati, Jorge Edwards, E. Galeano, M. Benedetti, Dulce Mª Loynaz, Bob Dylan, Noah Gordon.

Infravalorados:

Casi todos los clásicos grecolatinos, medievales (españoles  y europeos) y del Siglo de Oro. Y además:  Álvaro Cunqueiro, Torrente Ballester, Blanco Amor, M. Delibes, Nicolás Guillén, Horacio Quiroga, Ricardo Güiraldes, Manuel Gálvez, Eustasio Rivera, Roa Bastos *, Jorge Icaza.

* - A Roa Bastos sigo considerándole un gran escritor pese a haberle oído soltar, en La Habana, en enero de 1992 , un panfleto antiespañol estomagante ,cuando vivía en España y ya había conseguido la nacionalidad española. Por exigencias del guión - supongo - como tantos hispanos de allá , acudió al argumento fácil y que se esperaba de él; después volvería a Madrid y seguiría con la matraca de la Madre Patria, aunque últimamente hemos perfeccionado el sistema y traemos a hispanoamericanos de paseo para que nos zahieran aquí mismo, así ahorramos tiempo y esfuerzos.

Sobre los cientos, o miles, de escritores importantes no mencionados puedo decir que:

O me parece bien la conceptuación en que se les tiene, o no tengo los suficientes elementos de juicio para opinar, o los considero tan deleznables que no vale la pena ni recordarlos (un solo ejemplo: Antonio Gala). Aquí también estaría toda la pléyade de pitufos (y pitufas) que pululan por los premios, los medios de comunicación y la moda más pelmaza.

~

Carmen Posadas
29 de Enero

¿Qué autores o libros le parecen  más sobre valorados?
En realidad son tantos que no sé ni por dónde  empezar. En la  actualidad, Karl Ove Knausgärd y su agotadora novela  Min Kamp, (Mi lucha) También  cualquiera de las  últimas novelas  de Paul Auster, autor favorito de todos los papanatas literarios que conozco. Para mí otro autor que tiene algunas novelas  que están muy sobrevaloradas es Stefan Zweig.

¿Quiénes son los autores o novelas más  menospreciadas?
Considero  poco valorada a Edith Wharton . A pesar de que  algunas de sus novelas han tenido   éxito comercial, sobre todo gracias al cine, no tiene el reconocimiento que  merece.
Lo mismo  le ocurre a Teresa de la Parra (París 1889-  Madrid 1936) autora de Efigenia;  a  Elena Castedo (Barcelona 1937)  autora de El Paraíso y a  mi compatriota  Felisberto Hernández  (1902-1964)

~

Carlos Rodríguez Braun
29 de Enero

El libro más sobrevalorado:
On Liberty de John Stuart Mill (1859). Universalmente considerado un estandarte liberal, es una obra confusa, que defiende una cosa y la contraria, y que cabe esgrimir para socavar derechos y libertades.

El libro más menospreciado:
Two Lectures on Population de Nassau William Senior (1829). Sostuvo, en contra de Malthus, que la población no iba a crecer hasta agotar la comida, y que la agricultura podría alimentar a muchas más personas con mucho menos peso en el PIB. Nadie le hizo caso y el bobo alarmismo demográfico continuó hasta nuestros días. 

~

José María Beneyto Pérez
29 de Enero

De entre los autores más sobrevalorados y que merecerían ser objeto de un arrollador silencio, pero que no deja de ser cacareada señalaré a Elena Ferrante, que ha hecho del juego de ocultar su identidad un pasatiempo que aburre mucho. De entre los olvidados, un "demoledor de edificios", León Bloy. Otro gran olvidado, Herman Broch, sobre todo "La muerte de Virgilio", y Barbey D'Aurevilly, Les diaboliques, el Saul Bellow de "Herzog", o el Müjica Laínez de "Bomarzo". Para mandar al más profundo baúl de los olvidos, Ruiz Zafón, y sobrevalorados el chico del verdadero detective, Bolaño, también pienso que Umberto Eco. Y no suficientemente releído, un grande, Alejo Carpentier. 

~

 Jaime Olmedo
30 de Enero

¿Quiénes le parecen los autores o los libros más sobrevalorados?
En general, todos aquellos autores u obras que han hecho de la deconstrucción novelesca su seña de identidad. Por ejemplo, Juan Benet, de quien sorprende la alta consideración que se tiene de un narrador que no supo compensar con la amenidad la voladura de todos los elementos constitutivos de una narración.

¿Quiénes le parecen los autores o los libros más menospreciados?
Por contraposición, todos aquellos que defienden planeamientos asentados sobre los principios narrativos que hacen de la novela el relato de una aventura y no la aventura de un relato, por decirlo con Jean Ricardou. En este caso, tras un siglo de “prolongado y fastuoso suicidio”, como lo llama Compagnon, son legión los autores injustamente menospreciados.

~

José Antonio Martínez Climent
30 de Enero

¿Quiénes le parecen los autores o los libros más sobrevalorados? 

Diría uno que Céline es el escritor más cargante que ha leído. Del filo que le ven uno sólo recibe una roma vulgaridad autocomplaciente. Dostoyevski, por haber confundido el informe psiquiátrico con la literatura, le anda a la zaga. Inhóspita nos parece también la literatura norteamericana en general hasta que la redimió Nabokov, y aquejado de aridez vemos el solar ibérico contemporáneo por soso e ideologizado, salvo notables y bellas excepciones (J. Lozano, I. Peyró, J. Escobar…)      
¿Quiénes le parecen los autores o los libros más menospreciados? 

El mejor escritor que uno ha leído fue un viejo maderero finlandés. Escribía largas notas de perfecta caligrafía y generoso vocabulario (relativas a la cría del Cárabo Uralense, al estado de la nieve, a los tipos de silencio o de verdor que le servían para orientarse…) con hollín de una hoguera hecha para la ocasión, en el fino tronco de algún abedul arqueado, cortado a lo largo. Era un Proust-Frazer-Delibes de la taiga que vivía con su madre ciega en el corazón de un bosque por el que paseaba con un enorme machete. También merecedores de mayor gloria literaria: J. G. Frazer, Casanova, Calasso, Ligne, Benet, Steiner, Jünger, Larbaud, Lozano, Santayana, Biely, Huizinga…
~

Darío Villanueva
1 de Febrero

Sobrevaloraciones desde el alfa, Sully Prudhomme, al omega (hasta hoy): Bob Dylan. Por medio, ¡ay!, Echegaray, pero también Pearl S. Buck, Dario Fo... En cambio, menosprecio a Vicente Huidobro, que estuvo en la palestra pero fue desechado por excesivamente vanguardista. Aparte, en este registro, dos manías personales: Jules Romains, el autor de ese soberbio fresco de la Francia y la Europa de entreguerras que es LES HOMMES DE BONNE VOLONTÉ, y nuestro Benjamín Jarnés. 

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José M. de Areilza Caravajal
3 de Febrero

Sobrevalorados:
Michel Houllebecq, deprimente, tosco, incapaz de cualquier ironía. Jorge Luis Borges, mejor poeta que prosista, mejor lector que escritor.

Infravalorados:
Louis Auchincloss, un observador realista y sabio del poder y de la naturaleza humana. Michael Ignatieff, el mejor educador de políticos de nuestro tiempo.

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Helena Cosano Nuño
4 de Febrero

Lo más sobrevalorado: todo el Nouveau Roman me parece aburridísimo.

Más menospreciado: la literatura de humor. Woodehouse por ejemplo me parece un genio a quien no se reconoce en su justa medida!

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De libros sobrevalorados y menospreciados (II)



Felipe Fernández-Armesto
5 de Febrero

Casi todos los autores más estimados en el mundo de hoy son sobrevalorados. Dentro de pocos años la historia, que carece de sentido crítico pero que desmaleza su jardín con un azadón de hierro, se hará olvidado de casi todos. Pero si hablamos de todos los tiempos, Dios es quien debe nombrarse. La biblia y el qurán - si podemos echarle la culpa de dictar el contenido a sus amanuenses humanos. Son obras confusas, autocontradicientes, repetitivas, y llenas de infelicidades de estilo. Mi maestro de griego en el colegio infantil me regañaba por escribir como San Pablo. ¡Vaya desgracia!

En cambio, por sorprendente que sea, el autor más menospreciado me parece que es ese mismo Dios. ¡Cuantos consejos sabios ignorados! ¡Cuantas historias emocionantes sometidas a los comentarios de sermones malos! ¡Cuántos errores de transcripción o de interpretación que estropean el texto y distorsionan su significado!

~

Erik Martel, Marqués de San Fernando
13 de Febrero

Teilhard de Chardin- infravalorado
No es una autor fácil de leer por mor, creo, de la triple perspectiva desde la que escribe: como científico, como teólogo y como poeta cósmico. Sus estudios se centran en el hombre. Desde sus orígenes hasta sus postrimerías, y más allá. Busca sentido a la aventura humana. Como surge, en versión que hace compatible creacionismo y evolución, y tras desparramarse y poblar el mundo se cierra, orante como flor de loto al ocaso, para reencontrarse, merced a la revolución de las comunicaciones, en un espacio virtual. Una esfera –noosfera– donde comparte conocimiento y donde el pensamiento parece palpitar al unísono. El final es el principio de la puesta en práctica del mandato evangélico de que seáis “uno como mi padre y yo somos uno”. Convertidos en una suerte de alma de rasgos panteístas de la que el Cristo paulino es cabeza.

Carlos Marx - sobrevalorado
El alemán y la escuela de seguidores constituyen el epítome de cómo se puede diseminar información, o teorizar, partiendo de datos que se presentan como objetivos cuando solo son fruto de creencias, intuiciones y hasta, si se quiere, deseos. Eso que la Real Academia llama hoy en día posverdad. Teniendo en cuenta el resultado de su doctrina con ese cruento rastro liberticida que ha dejado a su paso desdice de la valoración que algunos le han concedido.

~

Rafael Rodríguez-Ponga Salamanca
16 de Febrero

Sobrevalorado: Antonio Machado. Partiendo de la base de que era un excelente poeta, su figura fue ensalzada por razones ajenas a sus cualidades literarias. El transfondo político lo comprendí muy bien en una conferencia, a la que yo asistí, pronunciada por Francisco Tomás y Valiente (RIP), entonces Presidente del Tribunal Constitucional. Contó que en la Transición buscaban una figura literaria, que aparentemente no fuera política, para representar la nueva España, el cambio de régimen y el cambio cultural. Y eligieron a Antonio Machado como símbolo de la cultura y la política de izquierdas.

Después, se le siguió magnificando hasta el punto de que el gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó el Real Decreto 241/2007, de 16 de febrero, por el que se declara el año 2007 como año de Antonio Machado en Soria y se crea la Comisión Nacional para la conmemoración del centenario de su llegada a la ciudad de Soria:
 https://www.boe.es/eli/es/rd/2007/02/16/241
¿Cuántas comisiones nacionales se han creado para conmemorar la llegada de alguien a una ciudad? ¿Alguien conoce algo parecido? 

Minusvalorado: Manuel Machado. Era hermano de Antonio Machado. Y resulta muy fácil comprobar que ambos hermanos escribieron juntos gran parte de su obra. Es decir, los méritos literarios de Antonio Machado deberían haber servido también para valorar a su hermano Manuel y elogiarlo de la misma manera. Pero hubo una gran diferencia en sus vidas: Manuel no murió en el exilio. Así, lo extraliterario es lo que triunfó en la percepción pública de ambos hermanos.  

Sobrevalorado: La Biblia. Se la valora de forma genérica, sin considerar la cantidad de libros, géneros literarios y épocas que recoge. Más aún, sin reparar en que no todos entendemos lo mismo por "la Biblia". Entre judíos, protestantes y católicos, hay diferencias importantes sobre qué es la Biblia y qué libros contiene. Casi todos dicen saber algo de ella. Casi todos dicen que es un libro extraordinario y apasionante. Suele aparecer en las listas de los libros mejores de la Historia y de los libros más traducidos...
Minusvalorada: la Biblia. El mismo libro tan sobrevalorado, a la hora de la verdad, es minusvalorado por los lectores, porque casi nadie la ha leído entera, al menos en España. Leemos algún que otro fragmento. Y, por supuesto, nunca la leemos en su versión original, ni siquiera la versión latina (la Vulgata), salvo unos poquísimos eruditos que son capaces de tamaña tarea.

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José Luis González Quirós
16 de Febrero

Sobrevalorados: Filósofos   como   Heidegger   o   Habermas,   porque   lo oscuro   y   atormentado   goza   de   un   prestigio   inmerecido.   Entre escritores, Kafka, Benet, Houellebecq o Marías, el hijo del filósofo, cuyo padre habita, por cierto, en un limbo injusto.

Subestimados: pensadores como Russell, el más capaz de procurar la sonrisa, Thomas Nagel, o Unamuno, y escritores como Pérez Galdós, descomunal, Paul Theroux que es una especie de Baroja, pero viajado de verdad, o Cela, aunque sea desigual.

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Pedro Calvo-Sotelo
20 de Febrero

Con respecto, y con respeto, a los epígrafes, pongo bajo el rótulo de lo menospreciado lo que recomendaría vivamente leer. Y al revés, claro, para lo sobrevalorado.

Autores/Obras menospreciados
Carlos Luis Álvarez. Estilo, inteligencia, interés, todo ello sobresaliente. Basta leer sus Memorias prohibidas.
Carlos Casares.Humor, finura espiritual, humanidad de un contador excepcional en gallego: viajes, personas, diálogos. Por ejemplo en Á marxe.

Autores/obras sobrevalorados
Las novelas de Miguel de Unamuno, en especial, La tía Tula, con pasajes que, leídos hoy, parecen de una telenovela avant la lettre.
Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez.

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José Antonio Pascual
20 de Febrero

Hay novelas que merecían haber tenido más éxito, como es el caso de Helena o el mar del verano de Julián Ayesta o de La herida del tiempo de Agustín García Simón. Igual que la escritura vanguardista de Intrusos y huéspedes de Luis Magriñá me hizo pensar que este libro llegaría a ser un clásico. Lo que me sorprendió en su momento es que Fernando Arrabal llegara a ser tomado en serio; claro está que esto fue con la colaboración de los franceses, capaces de entronizar a Alain Robbe Grillet et alii.

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Santiago Martínez Lage
20 de Febrero

En una respuesta a bote pronto, me vino a la mente una pareja de admirables escritores españoles casi coetáneos y que coincidieron, entre otras,  en una misma actividad literaria: la crónica parlamentaria. Son Azorín y Wenceslao Fernández Flórez. Al primero le habría atribuido yo un exceso de valoración porque para un profesor mío de literatura no había otro autor en el siglo XX español que le fuera comparable. Del segundo habría dicho que está infravalorado porque con él aprendí, en mi adolescencia, a apreciar la buena literatura. Bien pensado, en cambio, creo que ambos ocupan el lugar que les corresponde.

~

Jaime López-Dóriga
21 de Febrero

SOBREVALORADOS: 
1.       The Catcher in the Rye, de J. D. Salinger
De haber sido mi primer libro en inglés, le habría cogido manía al idioma.
2.       Federico García Lorca
¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero!

MENOSPRECIADOS:
1.  Les jeunes filles, de Henri de Montherlant
Tetralogía contraproducente para los noviazgos, combustible para los solteros y desoladora para los desengañados, quizá sólo sea dañina en la medida en que contraviene a Stendhal llamando “Hamour” (necedad, celos e inclinación a dramatizar) a la cristalización romántica culpable de tantos valles de lágrimas.

2. José Luis de Vilallonga

Autor de algunas magníficas novelas, los cuatro tomos de sus memorias son sin duda su mejor obra de ficción.

3. Juan Manuel de Prada

¡Coño(s)!

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Javier Gomá
23 de Febrero

Entre los sobrevalorados:
Shakespeare: personalmente me cae bien, es ingenioso y divertido, con ganas de reírse. Pero sus obras –las que ha escrito hasta ahora- me parecen en general interesantes, con logros parciales, pero un poco torpes. Debe mejorar. Carece absolutamente de grandeza moral, no propone un ideal de nobleza y dignidad, sus grandes personajes lo son siempre del envilecimiento y la miserable decadencia. Lo suyo es el recurso fácil a la espectacularidad de un edificio que se derrumba sin tomarse la molestia de erigir otro en sustitución. Ahora bien, derribar un edificio lo hace un idiota, para construir se necesita un arquitecto. Demasiado truculento todo en él, abigarrado, excesivo. Asesinatos, fratricidios, magnicidios, suicidios, incestos, motines, naufragios, corrupciones, desvaríos, venganzas, adulterios. Giros efectistas a granel, tendencia facilona a lo sensacional, histérico, macabro, sangriento. Ha leído demasiado a las hermanas Bronte, excesiva afición al culebrón venezolano. Ignora la contención, el comedimiento, el buen gusto; en fin, los placeres de la civilización. Los monólogos son fuegos de artificio de un retórico consumado, que embelesan a quien renuncia a entender, pero inconsistentes para el análisis filosóficos. Algunos sonetos están bien, inspirados y bellos, pero se repite hasta el fastidio. Recordadme que le dé una oportunidad a La violación de Lucrecia

Los menospreciados:
Recomiendo la relectura de dos libros casi olvidados de Lorenzo Villalonga: Bearn y La muerte de una dama. Dos narraciones excelentes, que rezuman sabiduría, indulgencia y profundo conocimiento de la naturaleza humana. La primera es superior, a mi juicio, al Gatopardo de Lampedusa, con la que frecuentemente se le ha comparado. Y la segunda compite ventajosamente con, por ejemplo, los relatos de Melville, que son también buenos. Pero Villalonga sigue eclipsado, olvidado ya no del canon occidental, sino de los lectores de España. Más aún, de los lectores de Baleares.  

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Enlaces Relacionados:




De libros sobrevalorados y menospreciados (III)



Fidel Sendagorta
23 de Febrero

Libros o autores sobrevalorados
Ulises de James Joyce. 
Un amigo cercano, enfermo terminal de cancer, decidió que tenía que leer todos los buenos libros con los que nunca se había atrevido. El pobre empezó con el Ulises y yo lo veía sufrir cada día con esa tarea ingrata. Afortunadamente, la piadosa muerte le liberó de su insufrible compromiso.

Libros o autores menospreciados
La poesía de Borges.
Borges es tan buen narrador que parece que no puede ser mejor poeta. O al menos así lo valoran muchos entendidos que encuentran prosaicos sus poemas, acaso sin el atrevimiento de las centelleantes -pero estériles- yuxtaposiciones de tantos poetas contemporáneos. Pero quizá el pecado literario de Borges esté en que sus poemas cuenten historias inteligibles y conmovedoras.

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Joaquín Torrente García de la Mata
25 Febrero 2019

Para hacer mi elenco de escritores sobrevalorados y menospreciados acudo a una referencia subjetiva. ¿En qué libros lamento haber perdido mi tiempo, y cuáles me alegro de haber conocido y querría volver a leer?

ESCRITORES  SOBREVALORADOS
 En la literatura española los escritores más sobrevalorados y dañinos para nuestras letras son los de la Generación del 98. Me refiero a novelas como La Voluntad de Azorín, Camino de Perfección de Baroja (excluyo de la condena otras novelas suyas), Amor y Pedagogía de Unamuno y en general todas las nivolas de este último; obras que según Inman Fox "hacen que la novelística española cambie de rumbo y abren nuevas posibilidades de expresión", pero que en mi opinión han lastrado nuestra literatura desde entonces. Basta comparar La Voluntad de Azorín con La Catedral de Vicente Blasco Ibáñez para diferenciar una novela de un conjunto de reflexiones. El descrédito de la narrativa, la exaltación de la introspección, la preponderancia del la vivencia subjetiva han pesado como una losa sobre las letras españolas del siglo XX, y sólo autores con marcada personalidad como Ramón J. Sender, Gonzalo Torrente Ballester o Álvaro Cunqueiro, cada uno en su género, se atrevieron a sustraerse a esta tendencia impuesta.
 Lo mismo cabe decir del boom iberoamericano encarnado en Gabriel García Márquez: Cien años de soledad, El amor en tiempos del cólera o El coronel no tiene quien le escriba. Obras huecas, efectistas y de nefasta influencia en sus epígonos.
Fuera de nuestras fronteras me hizo perder  el tiempo en su día la literatura de Victor Hugo, "perpetuo y elocuente repetidor de todos los lugares comunes de los partidos en que militó y productor incansable en un tiempo y un país en que toda literatura andaba mezclada con un poco de charlatanismo y de industria." (Don Marcelino dixit). Sus Miserables, obra maniquea y de sentimentalismo fácil,  fueron justamente descritos por Baudelaire como un libro "inepto e inmundo".
Otros iconos del Siglo XX que no volvería a leer: Hemingway y Sartre. El primero es un autor literariamente fallido con novelas de trama pobre y personajes mal perfilados. Su debilidad la demuestra el hecho de  que sus obran proporcionan buen material cinematográfico. 
Jean Paul Sartre vale poco como filósofo, nada como literato y vale más no hablar de su mensaje político.  "Dire n‘importe quoi mais d’un ton véhement", decía Paul Morand de sus textos y era benévolo.

 AUTORES INFRAVALORADOS

Incluyo en esta relación autores que no son considerados imprescindibles pero a cuyos libros vuelvo con frecuencia o espero volver; esos que lamentaría de verdad no haber conocido.

Empezaré por Don Emilio García Gómez, catedrático, maestro de arabistas -sus Poemas arábigo andaluces hallaron eco  en el lorquiano Diván del Tamarit- , Embajador de España, Académico, historiador, articulista y traductor.  García Gómez es una de las plumas más cultas, sensibles, eruditas sin pedantería y dotadas de mayor capacidad de evocación literaria y poética. Su obra más conocida es seguramente la traducción de El collar de la paloma que prologó Ortega; pero si alguien quiere conocer lo que fue la Granada de antes de la guerra,  aquella sociedad refinada que se reunía en los Cármenes al pie de la Alhambra, el mundo de Falla, Lorca, Rodríguez Acosta o Gómez Moreno, no puede dejar de leer la bellísima Silla del moro y otras escenas andaluzas;  que se complementa con una selección de artículos publicados en prensa sobre Andalucía, España y la cultura árabe.
 Cambiando de país y de género literario seguiré con Federico de Roberto. CiertamenteIl Gattopardo de Lampedusa es la obra literaria que inmediatamente asociamos a la Unificación de Italia y el Risorgimento, pero para disfrutar de narración, caracterización de personajes y de lugares y de una trama trepidante hay que recurrir a I Viceré -Los Virreyes- que arranca magistralmente con la noticia de la muerte de la Princesa Teresa Uzeda di Francalanza en Catania y que encadena al lector sin darle tregua ni respiro.
Maurce Baring.  Dijo de él Ricardo Gullón que supera a sus contemporáneos en optimismo vital, en la fe en las posibilidades del hombre y en la dignidad de la lección ofrecida; viajero, diplomático, hombre de fe y de mundo, desarrolla tramas complejas en el tono de quien lleva una conversación elegante e inteligente, caracterizando a sus personajes con agudeza psicológica, dibujando con finos trazos una sociedad, un mundo familiar, un género de vida. No hay lugar para el tedio y lo último que se puede decir de Baring es que es un autor previsible; personajes cruciales pueden entrar en escena en la página 600 o fallecer inesperadamente en uno de los capítulos iniciales a su regreso del viaje de novios. 
 E.F. Benson.  Autor de una serie de novelas -Queen Lucia, Miss Mapp, Lucia in London, Mapp and Lucia, Lucia's Progress y Trouble for Lucia- que sitúa en los años 20 en una civilizada Inglaterra rural -Riseholme y Tilling- y en Londres. Benson describe en ellas con aparentemente benévolo humor la rivalidad social, el afán de supremacía y las intrigas de dos mujeres de media edad y limitados intereses amorosos;  los conflictos, las venganzas y los desquites son un estudio psicológico lleno de agudeza y de ironía. Decía Nancy Mitford  "we will pay anything for Lucia's books" y Auberon Waugh que Queen Lucia es uno de los libros mejor escritos en lengua inglesa; la serie completa es un antídoto contra la depresión y el aburrimiento.
Miklos Banffy, autor de la imprescidible Trilogía Transilvana (Los días contados, Las almas juzgadas, El reino dividido) , grandioso fresco de la sociedad y la política húngara anteriores a la primera Gran Guerra. Como dijo Patrick Leigh Fermor, hay intrigas, tramas, un asesinato, enredos políticos y grandes historias de amor; el contrapunto entre la Corte y el campo puede sonar a melodramático, pero no lo es en absoluto. Es indiscutiblemente una obra dramática y de gran calidad literaria.
Invito al lector a descubrirlo por sí mismo.

~

Fernando Sánchez Dragó
26 de Febrero

En desorden y a vuela pluma, mis candidaturas, Santiago.
A saber...
Éstos son algunos de los supravalorados.

Juan Benet
Camilo José Cela
Miguel Ángel Asturias
James Joyce
Thomas Bernhardt
Umberto Eco
Leopoldo Alas, Clarín
Rafael Alberti
Bertolt Brecht
Peter Handke
Wittgenstein
Agatha Christie
Primo Levi
Cesare Pavese
Virginia Woolf
Jiménez Lozano
Paco Umbral
Terenci Moix
José Luis de Vilallonga
Alejo Carpentier
Juan Gelman
Samuel Becket
Henry James
J.K.Rowling
Robert Musil
Hermann Broch
E.M. Forster

En lo de los menospreciados no me meto, porque sería un escrutinio difícil. ¿Cuál sería el criterio? ¿La escasez de ventas o de repercusión en los medios? ¡Bah!

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Inocencio Arias
26 de Febrero

Sobrevalorados : Carlos Fuentes, Malraux, en cierta medida Conrad y como obra, dado que su autor es un coloso , "El otoño del patriarca" de G. Márquez.

Infravalorados : Eca de Queiros, Raymond Chandler, Azorín, Monterroso, Stefan Zweig . En el extranjero está muy injustamente olvidado, casi ignorado, Galdós.  Como obra infravalorada "El primo Basilio" de Eca de Queiros.

~

Juan López Herrera
27 de Febrero

Libro más sobrevalorado
Resulta sorprendente la admiración prácticamente unánime que entre críticos y escritores suscita “Moby Dick”, de Herman Melville, un libro cuyo ritmo narrativo es constantemente interrumpido por insufribles capítulos didácticos sobre la vida y milagros de los cetáceos y la industria ballenera que habrían agotado la paciencia del mismísimo capitán Ahab.

Libro más minusvalorado
Si la valoración de una obra literaria presupone lógicamente su lectura, “Guerra y Paz”es una de la novelas más falsamenteadmiradas de la historia de la literatura. Lo que en realidad conoce la legión depretendidos lectoresesla sombra hollywoodianadel libro,una súper producción de la que está ausentela voz inmortal de Tolstoy, asombrosament actual (“Uno de esos hombres que escogen sus opiniones, como su ropa, de acuerdo con la moda, pero que por esa misma razón aparentan ser los más entusiastas partidarios”). Como diría otra inmortal (Lola Flores) “si me queréis, leerme”.

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Julia Escobar
27 de Febrero

Más sobrevalorados
Lorca y Machado en su conjunto; Juan Ramón Jiménez (Platero y yo), Saint-Exupéry (Le petit prince), Rimbaud (él estaría de acuerdo), Neruda, Hugo, Tolstoi.  Los primeros por su biografía; los segundos por su ideología y egolatría; todos tuvieron una gloria desmesurada.  

Más menospreciados
Excluyo a los autores silenciados por ignorancia o ideología: sería una larga nómina; me ciño a los conocidos y “valorados”, mas de manera insuficiente, si no errónea, y siempre porque se ignoran sus rasgos más destacados en aras de un estereotipo al que, en definitiva, no obedecen del todo: Charles Péguy y Emilia Pardo Bazán (por católicos). 

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Miguel Albero
28 de Febrero

El autor más sobrevalorado de la Literatura española es Juan Ramón Jiménez, que levantó la imagen del poeta sensible y enfermizo y perpetró el libro más cursi para niños que haya conocido imprenta alguna.

El autor más infravalorado de la literatura española (mejorando lo presente) es Miguel Espinosa, que tiene una novela maravillosa, La fea burguesía.

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José Ángel Mañas
28 de Febrero

Por ceñirme a la literatura española, así a bote pronto se me ocurre un libro muy sobrevalorado y otro no suficientemente valorado. Sobrevalorado me parece Antagonía, de Luis Goytisolo. Que lo hayan introducido en el programa de la Agrégation francesa de español en sustitución del Quijote me parece una barbaridad. Gustándome mucho Recuento, el resto no aguanta una lectura detenida. Y el conjunto no me acaba de funcionar como totalidad. 

Libro no suficientemente valorado, a mi juicio, es La verdadera historia de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo. Es una grandísima crónica y un texto que merece una consideración más allá de lo histórico, como clásico literario, a la altura incluso de títulos como Lazarillo o La Celestina. No hay libro de viajes o de aventuras, en castellano, que le sea parangonable. Es una obra que merecería ser citada más a menudo en los libros de texto.

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Marqués de Tamarón
28 de Febrero

El libro más sobrevalorado: El Quijote, de Cervantes.
El libro más menospreciado: Las Novelas Ejemplares, de Cervantes.

El autor más sobrevalorado: Marcel Proust. En busca del tiempo perdido es lo más tedioso jamás escrito. Tan sólo con mi pedantería de los 18 años pude empezar a leerlo, en francés y sin saber muy bien esa lengua, y terminarlo a los 24 años.

El autor más menospreciado: Emilia Pardo Bazán. La derecha la menospreció porque era mujer "liberada" y tuvo amores con republicanos como Galdós y Blasco Ibáñez. Y la izquierda la menospreció porque creía en Dios y además, para más inri, era condesa.

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Enlaces Relacionados:

De libros sobrevalorados y menospreciados (I)
De libros sobrevalorados y menospreciados (II)