Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: noviembre 2020

viernes, 6 de noviembre de 2020

De utopías y distopías

 Todo arranca de las dos grandes distopías modernas: Brave New World (Un mundo feliz, novela de Aldous Huxley, 1932) y Nineteen Eighty-Four (1984, novela de George Orwell, 1949). Desde que se publicaron, influyeron profunda y extensamente en el pensamiento de su época, que sigue siendo la nuestra. 

  Es curioso comprobar que casi todas las novelas utópicas de los últimos cien años son pesimistas y a veces aterradoras. Por eso merecen el nombre de distopías. También merecerían otro - igualmente construido sobre raíces griegas - que existe en inglés pero no en español: cacotopia o kakotopia (palabra acuñada por Jeremy Bentham en 1818, mientras que dystopia fue usada por John Stuart Mill en 1868, en el Parlamento británico). Pero como cacotopía haría reír a los estudiantes y políticos, nadie la ha aclimatado en España. 

  Pues bien, me ha ocurrido leer ultimamente tres distopías curiosas. Atlas Shrugged, de Ayn Rand, a la que me referí el 14 de Julio en esta bitácora, The Years of Rice and Salt, de Kim Stanley Robinson, y Mentes colmena, de Isabel F. Peñuelas


  Mentes colmena es una recopilación de 18 relatos que acaba de publicarse. Su autora declara con tino desde el prólogo: 

   Nadie sabe lo que guarda en su interior hasta que no se abre a sí mismo como la panza de un oso de trapo. Escribir es eso, escribir sin salvavidas dejándose llevar por la corriente. Es dulce, siniestro, peligroso...

 Y con el mismo acierto empieza el primero de los relatos, MEMORIAS DE UN CÍBORG, de esta manera: 

  Ciboria huele mal a causa de las ratas que se utilizan para fabricar nuestros cerebros. Cuando algún humano logra entrar casi siempre vomita por el olor. Eso es lo que hace débiles a los humanos: que siempre están a vueltas con el dolor, el asco, la muerte y todas esas ideas ineficientes y anticuadas.

 Para sorpresa del lector, la autora hace compatibles el tono sombrío con un notable sentido del humor y habilidad para cautivar su interés. Supera la prueba práctica: dan ganas de seguir leyendo y pasando las páginas ansiosamente para ver lo que ocurre. 

   Menos tensión sombría tiene la ucronía The Years of Rice and Salt. 

  El punto donde se separa la historia real de la historia novelada se sitúa a principios del siglo XV, cuando la Peste Negra en vez de haber causado la muerte de casi la tercera parte de los europeos, en la novela ha matado al 99%. Casi mil páginas después, en lo que sería en nuestra cronología - que como es natural ya no rige - el año 2088, el planeta parece alcanzar alguna tranquilidad después de tremendas guerras mundiales entre los bloques islámico, chino o americano. Europa occidental no desempeña ningún papel relevante durante estos 600 años. Resulta un poco larga la novela y tendente a la visión histórica progre-masoquista. 




Mentes Colmena 
Isabel F. Peñuelas 
Bubok Editorial 
Madrid, 2020






Tiempos de Arroz y Sal
Kim Stanley Robinson 
Minotauro
Barcelona, 2003