Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: El Demonio está enojado, lleno de melancolía

lunes, 1 de marzo de 2021

El Demonio está enojado, lleno de melancolía


  Entre otras estrofas ingenuas y realistas y tiernas, esta Salve de los esquiladores tiene las siguientes:

Esta salve que cantamos
la ofrecemos a María
que nos libre del demonio
y de malas compañías

El demonio está enojado,
lleno de melancolía,
porque rezan los cristianos
el rosario de María

Las cuentas de este rosario
son balas de artillería
que todo el infierno tiembla
en diciendo ¡Ave María!

   La oí cantar en Cabanillas del Monte, en el esquileo segoviano del Vizconde de Altamira, en Mayo de 2010, y la coreamos dirigidos por el maestro esquilador Geminiano Herranz, que acababa de aligerar de cinco kilos de lana, con tijeras, a una oveja que luego parecía entre sobresaltada y aliviada por el trance.

   Volviendo en coche a la modernidad, medité sobre esa Salve, tan decididamente premoderna. Llegué a la conclusión de que el pensamiento y las creencias que refleja son más serias que las de Rousseau, puesto que la antropología de éste descansa en la gratuita presunción de que el hombre es bueno, mientras que la antropología cristiana –como la clásica– conoce la naturaleza caída del hombre. Es curioso que quien abrió la puerta a Hegel, a Marx y a Hitler –es decir a la Modernidad– sea tan poco realista. Es más, es incomprensible que el mundo de hoy no crea ya en la personificación del Mal, y en su cómodo asentamiento en las entrañas del hombre. Que muchos rechacen la existencia de Dios –a veces por no poder entender su coexistencia con el mal– puede resultar triste para otros que sí creen en la Divinidad, pero lo que resulta incomprensible, para creyentes o descreídos provistos de realismo, es que casi nadie crea ya en Satán. ¿Será que no han estudiado Historia, que no leen los periódicos, que ni siquiera ven la televisión con sus noticias de violadores y torturadores de niños? Los que maltratan al más débil y disfrutan causando dolor físico o moral son la prueba odiosa de que Jehová tenía razón cuando “al ver cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra […] se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra, y se entristeció en el corazón. Y dijo Jehová: Borraré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra […] pues me pesa haberlo hecho” (Génesis VI, 5-7).


***

   Hasta aquí escribí hace once años en un artículo que dejé incompleto e inédito, por razones que no recuerdo. Me atrevo ahora a publicarlo como una imagen más de una modesta búsqueda del tiempo perdido.


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13 comentarios:

  1. La salve es preciosa. Acogidos al cariño de la virgen, el mal quizás se aleje. En ello confío. Pero la creación de Jehová tiene también por fortuna en su mayoría belleza y nos regocija; usted la ha visto en los bosques, en las aves, en la escritura.
    Le agradezco siempre que siga escribiendo. Es parte de las cosas buenas y bellas que nos quedan de este maltrecho mundo.

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  2. La teodicea ofrece varias posibles salidas al conflicto planteado entre un Dios bueno, todopoderoso y la existencia del mal. No las señalaré aquí por suponer que en esta bitácora son conocidas, todas. A mí me ha ocasionado un auténtico problema entender cómo , sobre todo el mal de pena, es decir, aquel que no implica participación del albedrío humano, es permitido por Dios. El de culpa, cabe entenderlo más aceptablemente como resultado de la libertad de elección otorgada al Hombre. Decía Borges que la miseria no podía ser una corona de gloria, yo me limito a decir que no lo entiendo. Pero de lo que sí estoy seguro es de la existencia del mal como categoría absoluta, personal y operativa. Tengo pruebas de ello, casi a diario, para mi desgracia. Tampoco queda claro si existe o no la predestinación, pues de existir la libertad debería cuestionarse. Tampoco cómo Satanás tienta a la segunda persona del Verbo cuya existencia conoce desde el instante de la creación. Las dificultades de acoplar las aparentes contradicciones en el relato Bíblico, en general, y en el Evangélico en particular son profundas y para muchos un escollo insalvable. La progresiva pérdida de fe de millones de personas del ámbito cristiano en Occidente es indiscutible. Para muchos y por muchas causas la religión ya no les sirve ni como causa primera, ni como garantía, ni como esperanza.
    A esto hay que añadir el guirigay de la Iglesia que con pretensiones de solución incrementa la confusión y el desasosiego demasiadas veces. Muchas veces tengo dilemas que me obligan a la reflexión y me suponen un auténtico brete, como este:
    ¿No debería yo siguiendo a Jesús, tirar las barreras y las entradas de pago en las puertas de la casa de Dios, que es la de todos?
    No me extenderé, no hace falta.

    Dios nos ampare a todos. Como decía el Padre Arrupe, me siento solo un pobre hombre que lo podía haber hecho mejor.

    A su servicio, con leal afecto y noble agradecimiento por seguir plantando temas y ejemplos tan dignos.

    D

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  3. Don David el mejor remedio a esas inquietudes es el rezo del Gloria. Por lo demás, qué puedo decir tras el hermoso pensamiento de don Santiago, salvo las gracias será bueno que no añada nada hoy. Gracias.

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    1. Sí Sr. Limón. Es costumbre de práctica diaria.

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    2. Pues a resquebrajar todas las paredes de casa Lucifer, que cada Gloria tiene que hacerla temblar lo suyo y algo más.

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  4. Un cura amigo siempre me habla del maligno
    Hoy está de plena actualidad
    Ni muestras vírgenes andaluzas pueden luchar contra el
    Definitivamente el mal ha triunfado
    Enorabuena Sr. Maligno

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    1. No felicite Vd. al Innombrable sin tocar madera. Ni sin quitar una e o añadir una hache.

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  5. La iglesia madre y maestra de nosotros. Pobres pecadores... Juan viejo

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  6. Me sorprende que nadie haga reflexión concreta a la cita del Génesis de la primera entrada. Es lo más demoledor que puede leerse en la Biblia. El mismo Dios arrepintiéndose de haber creado al Hombre. Por la Fe tenemos la esperanza del Triunfo Final , pero la realidad de la historia nos obliga a llorar. Más allá de las excepciones, sistemáticamente, nuestra especie cohabita con el Mal de pensamiento, palabra y obra. Situémonos en la etapa que queramos del pasado y analicemos. Una y otra vez aparecen los estragos del odio, de la guerra, de la devastación. Decía Borges en una quizás impía pero brillante aseveración: "Si lo llego a saber, nazco muerto." Considerado como especie, el Hombre merece, a mi juicio, una condena sin apelación. Es un refugio posicionarse en posturas enfrentadas a las predominantes para creer en la idea de una sociedad mejor, pero quienes así obran no dejan quizás de cometer el mismo pecado (por error) que Rousseau pues nunca existió una sociedad ni monárquica ni republicana, ni autoritaria, ni la que se quiera nombrar, en la que se haya dejado de practicar el homicidio, el latrocinio, la infamia. Es una triste realidad. Podrá decirse, y no sin cierta razón, que existen sociedades más intrínsecamente perversas que otras, ¿Cómo calificaremos entonces la nuestra que practica el aborto como terapia? Lo que ocurre en las sociedades contemporáneas occidentales, con distintos decorados ya ocurrió. Todas las sociedades elevan su nivel destructivo al máximo posible a través de los avances técnicos de que disponen. El arma nuclear no se usó antes por no haberse tenido. Y cuando se usó se cometió una atrocidad que será, probablemente, la que la Humanidad más lamentará. Las guerras mundiales del siglo XX usaron toda la base científico-experimental para promover el gran suicidio de Europa cuyas consecuencias padecemos. Y eran monarquías y mayoritariamente se creía en Dios. La primera produjo veinte millones de personas muertas, la mitad civiles, la segunda... Dejémoslo.
    Frente a esto, siempre a título personal, algunos individuos son capaces de la más hermosas acciones y creaciones, pienso que por ellos y a través de ellos Dios mantiene el mundo orbitando a 107.280 kilómetros por hora.

    Un saludo. A su servicio

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    1. Me sorprende que nadie haga reflexión concreta a la cita del Génesis de la primera entrada.
      Yo estaba agazapado esperando la ocasión. Soy optimista y por esa razón me quedo con el Arca navegando durante cuarenta días entre las aguas; no hay mal que por bien no venga, y no estoy recordando al caudillo de El Ferrol sino a San Agustín el africano.

      Hemos olvidado la felicidad de la que disfrutamos antes de pecar, entonces hacer el bien no costaba nada y el mal no lo conocíamos, aún así no hemos olvidado todas aquellas cosas del jardín y Él nos recuerda muchas tardes que lo que hizo estaba bien y era bello, que es muy hermoso.
      Y, además, se hizo hombre, por nuestra salud, por nuestra felicidad. ¿Qué podrá toda nuestra maldad frente a una bondad semejante?

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    2. Pues vea usted: Millones de muertos en horribles contiendas, horribles torturas, violaciones a niños, exterminios masivos, por citar así de pronto los más destacados. Todo esto lo puede nuestra maldad con la ayuda de Satanás que espera, es de suponer, su festín.

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  7. No sin pedir disculpas por la extensión de mis comentarios, pero con buena voluntad hacia quienes se interesen por el tema propuesto, me permito citar un texto que creo de buena referencia de Jeffrey Burton Russell :" Satanás. La primitiva tradición cristiana" FCE(1986).

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    1. Le agradezco mucho la tentación informativa; si hay alguien que sabe sobre el maligno ese debe de ser JB Russell. Quizás pueda averiguar de dónde procede el protagonismo de ese ángel descarriado, seguro que Plotino o alguien de su cuerda no es ajeno a tanto demonio encumbrado. Gracias de nuevo.

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