Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: Ángeles Villacampa, descanse en paz

viernes, 8 de marzo de 2013

Ángeles Villacampa, descanse en paz

    "Esta señora ha fallecido hace cuatro días", me dice Eduardo Martínez de Pisón enviándome este enlace con Youtube:


   
    Si alguien se merece el voto de que descanse en paz es ella, Angelines. Quizá porque no necesite que nadie lo formule. Seguro que está ahora en paz, más todavía que antes, cuando era la única habitante de la aldea de Susín, en los contrafuertes del Pirineo de Huesca. A 1.065 metros de altura, al amparo de su adusta y gloriosa iglesia románica, se empeñaba en salvar un pueblo de 1.000 años abandonado hace medio siglo. Sus amigos que la visitaban y ayudaban en la dura briega de mover piedras y arrancar zarzas dicen que confesaba sentirse sola, a veces. De noche. Hasta la gente más recia tiene momentos de zozobra.

    En fin, ya habrán pasado los suyos. Tan sólo espero que alguien ahora se ocupe de su mastín. O que lo dejen dormir y acompañar a su ama para siempre.

Fuente de la foto: Una tarde en Lárrede y Susín

4 comentarios:

  1. Qué bonita vida la de Ángeles y qué foto más triste...

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  2. Sí es triste, pero hermosa la lealtad del perro y ejemplar la conducta de Doña Ángeles. Lástima da ver como los modos de vida tradicionales van desapareciendo y nuestros pueblos devienen ruina.
    Quizá sea una metáfora de lo que se nos va y no vuelve. Como dice Don Santiago,en paz descanse.

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  3. Quizá la recia y vivaracha Angelines no se sintiese sola físicamente, por vivir sola en un pueblo. Apuesto a que se sabía una privilegiada por vivir en el paraíso acompañada de su no menos recio mastín (me gustaría saber su nombre). Quizá su soledad tenía que ver con la pena de saber que quedan hoy en día tan pocas personas dispuestas a vivir con lo esencial, con lo bello. Tan pocos los que no ven el chalet sino la herrería. Con saberse tan distinta.
    Heroico su empeño. Gracias por presentarnos a esta mujer, pero qué tristeza saber que ya no está viva y no podemos ayudarla.
    ¿O si?
    Porque aquí sigue, removiendo todos estos sentimientos...
    Un abrazo,
    Ana.

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  4. En mi ignorancia, no sabíe de la existencia ni de Ángeles ni de este pueblo, que no aparece ni en Google maps. Es siempre triste la desaparición de una persona que defiende la existencia de antiguos lugares de habitación. Pero la despoblación y luego desaparición de estos lugares es la pérdida de la memoria, de la memoria colectiva, de la memoria de todos. Es como un Alzheimer social.

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