Lo más interesante de las exploraciones e indagaciones eruditas no surge cuando resultan exitosas sino cuando fracasan, pues aparece entonces el misterio. Juzguen ustedes:
Soledades, Galerías y otros poemas
Antonio Machado
JOSÉ ORTEGA GASSET
A ti laurel y yedra
corónente, dilecto
de Sofía, arquitecto.
Cincel, martillo y piedra
y masones te sirvan; las montañas
de Guadarrama frío
te brinden el azul de sus entrañas,
meditador de otro Escorial sombrío;
y que Felipe austero,
al borde de su regia sepultura,
asome a ver la nueva arquitectura,
y bendiga la prole de Lutero.
Por eso, suplico a cualquier erudito, masón o no, que me aclare las alusiones insinuantes: "dilecto de Sofía, arquitecto", "masones te sirvan", "que Felipe austero [...] bendiga la prole de Lutero".
Todo ello dirigido por un Antonio Machado que en 1919 tenía 43 o 44 años, a un Ortega Gasset (sic) de 35 ó 36 años. Pero ya antes, en 1915, consta que Antonio Machado conocía al "joven meditador" pues escribía en el semanario España, fundado por Ortega en ese año.
En cualquier caso, estos versos parecen irónicos e insinuantes, pero ¿de qué?
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