José Ortega y Gasset |
En estas agitadas vísperas de la Navidad de 2022 arrecian las disputas entre los partidos de izquierdas que gobiernan España y los partidos de derechas que se oponen al Gobierno. Sería un estado de ánimo ingenuo pensar que las disputas empeoran por un malentendido lingüístico. Pero tal ingenuidad no dejaría de tener base histórica y semántica. La Democracia versa sobre quién ha de gobernar y el Estado de Derecho aclara cómo se ha de gobernar.
Por tanto la legitimidad que invocan el PSOE y sus aliados descansa sobre quién ha de gobernar y lo hace alegando una base, para ellos única: la mayoría parlamentaria. Se olvidan de que el Estado de Derecho de origen histórico liberal decimonónico tiene su principal antecedente en la Grecia antigua con la voz griega Politeia. A este respecto permítaseme reproducir una vez más las palabras de Ortega y Gasset en sus Ideas de los castillos, en Notas del vago estío, El espectador- V (1926). Allí, el Maestro de la ironía socrática se atreve a declarar que Democracia y Liberalismo no sólo son siempre bien distintos sino con frecuencia antitéticos:
"Pues acaece que liberalismo y democracia son dos cosas que empiezan por no tener nada que ver entre sí, y acaban por ser, en cuanto tendencias, de sentido antagónico.
Democracia y liberalismo son dos respuestas a dos cuestiones de derecho político completamente distintas.
La democracia responde a esta pregunta: ¿Quién debe ejercer el Poder público? La respuesta es: [...] la colectividad de los ciudadanos.
El liberalismo, en cambio, responde a esta otra pregunta: ejerza quien quiera el Poder público, ¿cuáles deben ser los límites de éste? [...] el Poder público, ejérzalo un autócrata o el pueblo, no puede ser absoluto, sino que las personas tienen derechos previos a toda injerencia del Estado.
[...] Se puede ser muy liberal y nada demócrata, o viceversa, muy demócrata y nada liberal.
[...] Sería, pues, el más inocente error creer que a fuerza de democracia esquivamos el absolutismo. Todo lo contrario. No hay autocracia más feroz que la difusa e irresponsable del demos. Por eso, el que es verdaderamente liberal mira con recelo y cautela sus propios fervores democráticos y, por decirlo así, se limita a sí mismo". ¹
Puede que quienes disfrutan citando mal a Ortega o no citándolo piensen por una vez qué hubiera dicho nuestro maestro ante la situación política en la España de hoy, 19 de Diciembre de 2022.
Pues, aquí y hoy, lo mismo que en 1926.
¹ HABRÁ MENOS LIBERALISMO Y MÁS DEMOCRACIA, Nueva Revista, número 156 (2015).
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) Qué pensarán el 16 por ciento de la población qué vive en España no siendo españoles.. Muchas gracias don Santiago... Juan viejo
ResponderEliminarLa vieja diferencia entre la legitimidad de origen y la legitimidad de ejercicio.
ResponderEliminarAlejandro A.
(Por fin consigo colgar un comentario)
Es, me parece, la paupérrima calidad de quienes ejercen el Poder la causa del deterioro y el escándalo. Calidad moral, calidad intelectual y , si cabe, en algunos caos, salubridad mental. Aceptando algunas diferencias, no creo que sea cuestión esencialmente ni de ideologías, ni de partidos. Sigo sin saber que se opone hoy a liberal. Perdone, le ruego, mi torpeza en este punto.
ResponderEliminarEl mejor sistema colapsa si es administrado por inútiles y aplicado a no muy dotados.
A su servicio,
DJF
Remito su comentario al autor del texto citado, Don José Ortega y Gasset.
EliminarPor cierto que Ortega tampoco sabía a ciencia cierta quién (además de él) era liberal y quién se oponía.
EliminarQué razón tiene usted sr Flores
EliminarMuy interesante. Feliz año, Santiago.
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