Eva en el Jardín del Edén (c. 1935) William Hutton Riddell |
et ait ecce Adam factus est quasi unus ex nobis sciens bonum et malum nunc ergo ne forte mittat manum suam et sumat etiam de ligno vitae et comedat et vivat in aeternum.
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de Nos sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, porque no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
Este pasaje bíblico es el crucial en el relato de la Caída. Es el que justifica la expulsión de Adán y Eva, que se debe no sólo a haber comido del fruto del Árbol del Bien y del Mal sino a la posible segunda caída al comer el fruto del otro árbol, el Árbol de la Vida. Dios ve que el Hombre empieza a creerse quasi unus ex nobis, casi como uno de nosotros, y parece decidir que la segunda Caída sería la peor pues, para colmo, daría la inmortalidad al Hombre.
Este es el momento que muchos exégetas bíblicos se permiten interpretar aludiendo a la ironía de Dios. Calvino, protestante, usa la palabra y otros comentaristas católicos también. Extraña que alguien como Calvino acuda a la ironía como explicación. También desconcierta en otras fuentes católicas(1). Tal vez la sorpresa no esté justificada. La extrema austeridad no excluye el sentido del humor. Tan sólo he tratado –y muy poco– a dos priores de sendas cartujas y ambos tenían humor afable. Lo mismo puedo decir de cierto benedictino a quien mucho admiro.
Por último y principal, Jesús dice en los Evangelios palabras que pueden sonar irónicas, a su Madre en las Bodas de Caná o a Pedro al fundar sobre él su Iglesia.
Pero el único comentario que he encontrado sobre Adán que parece creerse uno de nosotros es de un teólogo inglés, supongo que anglicano, pero he olvidado su nombre(2). Dice que Nosotros se refiere a la Trinidad. Eso sí es un dislate, pues está claro que la Santísima Trinidad no forma parte del texto bíblico del Génesis o cualquier otro del Antiguo Testamento.
El cuadro de ridell me encanta
ResponderEliminarJuan viejo
Si me encuentro por una calle protestante de Holanda a Calvino no se me ocurre darle una manzana
ResponderEliminarNo sea me tiré a la cabeza el libro de cuentas y la Biblia
Qué tío iii
mi abuela de Chipiona me hizo monaguillo en regla y canterbur
No se te ocurra invitar a sopa de tomate a un calvinista...,no la entenderá.
Es que la sopa de tomate Sr. Unknown es de dificilísima realización. En frío formando parte del grupo de los gazpachos o en caliente de las cremas. Ambas realizaciones requieren ponderación y mimo y una escrupulosa medida de la acidez. Creo que Calvino y seguro Lutero, ignoraban estas cualidades. Por cierto, siempre he tenido a Jesús, por excelentísimo cocinero. ¿Podría álguien decirme si acaso encontró en alguna parte referencia a esta cuestión? Un saludo
EliminarNo sé si Jesús fue buen cocinero, pero la multiplicación de los Panes y los Peces (Juan 6:12) debió de ayudar mucho. También consta que fue excelente vinatero y catador de vino: el primer milagro en su vida pública fue el de las Bodas de Caná, cuando convirtió el morapio en vino exquisito (Juan 2:1-11).
Eliminar¿Quizá sea Nos solo un formalismo mayestático para acentuar la posición de Jehová? No lo sé. No puedo ver ironía en el pasaje, mas bien otra cosa, debo equivocarme, pues no acierto.
ResponderEliminarDe lo de los árboles cabe hablar largo. El primero, el del bien y el mal, ya sabemos que efectos tuvo cuando fue su fruto comido. El segundo , siguiendo a Baroja, se me antoja el de la ciencia. EL dialogo entre Iturrioz y Hurtado determina las posiciones posibles ante la ciencia, entendiendo por tal parte, el Todo, o sea el Conocimiento. Presentes están, claro, las pesimistas ideas de Schopenhauer: El conocimiento aumenta el dolor, La felicidad llega solo de la inconsciencia y el ser inteligente constituye una desgracia en el mundo. Ciertas enseñanzas de Jesús parecen reforzar esta posición.
Yo poco puedo añadir. Cierto es que de todas las formas de fanatismo, una de las más singulares y peligrosas es la que proviene de los cientificistas, auténtica caricatura del conocimiento, que quizá por haber comido algunas hojas del árbol inadecuado pretenden llevar el metódo experimental a terrenos no adecuados. Por lo demás don Santiago, como ya le dije en otra ocasión, se sabe uno un pobre hombre frente a a la inmensidad, no del conocimiento -que también- sino frente al desconocimiento que en mi caso tampoco me procura asosiego, pues grande es mi intuición, para mi desgracia, si seguimos al filósofo.
Un cordial abrazo. Suyo.
También Efrén de Siria (o Efraín de Nibisi), Padre de la Iglesia (Nisibis, 306-Edesa, 373), apunta a la Trinidad en su Comentario sobre el Génesis . Dice Efrén de Siria: Después de terminar esto, dijo [Dios]: "He aquí que Adán se ha hecho como uno de nosotros, al conocer el bien y el mal". Aunque estaba revelando misteriosamente la Trinidad, más bien se estaba burlando de Adán, pues se le había dicho: "seréis como Dios, conocedores del bien y del mal". A pesar de que Adán y Eva conocieron ambas cosas después de comer del fruto, antes de comerlo percibían únicamente el bien por experiencia, mientras que el mal sólo de oídas. Cuando comieron se produjo un cambio: oían [hablar] acerca de la belleza del bien mientras que gustaban del mal por las obras. La gloria con la que habían sido revestidos pasó de largo ante ellos y les dominaron las penurias que [antes] pasaban de largo ante ellos. Fin de cita
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ResponderEliminarLlevo muchos años, cerca de sesenta, leyendo la Biblia y hasta ahora no había reparado en esta segunda reflexión de Yahvé : el peligro de que Adan y Eva, además del conocimiento del bien y del mal, alcanzaran la inmortalidad. Y expulsa por eso del Paraíso a nuestros primeros padres antes de que llegaran a probar el fruto del otro árbol del jardín del Edén (que no les estaba prohibido) para que no fueran como Él (mejor dicho, como Ellos).
No me satisfacen las explicaciones que ven en este plural una prefiguración de la Trinidad, que encuentro incompatible con el rígido monoteismo judaico, ni las que consideran que Yahvé tal vez está comentando lo sucedido con sus ángeles. Eso no es propio de la Majestad del Dios Creador.
No me atrevo a dar una opinión, simplemente diré que, lejos de socavar mi fe, me sorprende favorablemente encontrar en estos primeros capítulos del Pentateuco ecos de un relato premitológico, casi propio de la Teogonía de Hesiodo.
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En el texto original en hebreo, Elohim es plural. Me imagino que una especie de plural mayestático.
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