 |
| Le défenseur. Honoré Daumier (1808 - 1879) © Photo RMN-Grand Palais (Musée d'Orsay) |
Cuando alguien – en tele, taberna o tribuna – habla de dijnidaz, está urdiendo una bellaquería.
Y es que hay errores de forma reveladores del fondo podrido.
Enlaces relacionados:
Entradas
Hay un libro que es un trabalenguas
ResponderEliminarTotalmente los tres tristes tigres
Cine o sardina
Cine o mojama
Coito luego existo
Guillermo Cabrera infante
Don Santiago me quito el sombrero. Personas como usted ya no abundan.. Juan viejo
ResponderEliminarEse gran escritor mauricio wiesenthal.. Y Enrique maiquez tb entrarian en ese reducido grupo de personas. Mayor Thompson
ResponderEliminarPinchando en la ilustración, obsérvese la cara del cocodrilo abogado defensor y la de la lagartona acusada.
ResponderEliminarPronunciada, la dijnidaz, me recuerda la fonética de cierto político que ponía el Belén en el ministerio, de cuyo nombre me acuerdo perfectamente. En cuanto al tema, decir cabe que la bellaquería a la que hace mención está tan extendida y tan asimilada que ya pasa por costumbre.
ResponderEliminarSaludos. A su servicio, que sigo leyendo Por Gusto.
DF