Ni que decir tiene, pero conviene decirlo, que cuanto aquí digo es mi opinión y responsabilidad, salvo las citas, claro.
En El Mundo del Martes 21 de Noviembre leo: “Ateneo de Madrid. Había que empezar a hablar más de los vivos que de los muertos”. Pues me temo que hoy y aquí vamos a hablar más de los muertos que de los vivos, porque el Coto Doñana está moribundo.
Releyendo los Pioneros de Doñana (1872-1959), de Jaime Bohórquez, reparé en la entradilla que figura en la hermosa cubierta del libro:
La deliciosa y salvaje historia de los naturalistas Abel Chapman, Walter J. Buck y William H. Riddell en los albores de la historia de Doñana, en una fabulosa España, agreste e inexplorada.
Sin olvidar el tono que la licencia poética concede al autor, me pregunté si la entradilla no contendría también una cierta ironía. Ahora sospecho que sí, y esa ironía no exenta de amargura honra a Jaime Bohórquez. La “fabulosa España, agreste e inexplorada”, no existe en este año de 2023, ni existía ya en el año pasado de 2022, cuando se publicó el libro. Pero la velocidad con la que se destruye ese lugar va acelerándose. El cambio climático (ese que tantos de nuestros amigos de derechas niegan) así como los cultivos de fresas, frambuesas, etc. (esos que nuestros amigos de izquierdas condenan pero protegen para no irritar a los alcaldes de izquierdas de la comarca) parece que ya tienen consecuencias irreversibles.
Muchos lo saben, lo reconocen y lo lamentan. Los autores de los prólogos (Conservar Doñana por Rafael Zardoya, Director del Museo Nacional de Ciencias Naturales y Redescubrir lo salvaje, por Santos Casado, Profesor de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid) también lo saben y avisan de que “estos problemas no harán sino acrecentarse en un contexto de cambio climático global que afecta particularmente a los humedales y a esta región del planeta”. Pero en este último año la situación ha empeorado gravemente: ya se habla del año más caluroso de la Tierra desde hace quince siglos.
Las medidas que con mayor o menor sinceridad se anuncian por unos y otros para proteger el Coto Doñana es probable que resulten poco eficaces, aunque menos da una piedra. Tendremos que consolarnos con mirar hacia atrás, como hace Jaime Bohórquez en este párrafo:
De entre todos los aprovechamientos tradicionales del Coto: el de montes para carbones y leña, el de pastos para el ganado, el de junco para elaborar esteras finas, el de enea para asientos de silla, el de maderas de pinar, el de la bellota de la encina, el del corcho de algún que otro alcornoque, el de las sanguijuelas de las lagunas, el de la pesca de los albures, anguilas y camarones y el de la caza mayor y menor; será este último, el de la caza, el que (Buck, Williams, Chapman y González) arrendarán durante casi treinta años desde mediados de los ochenta (1880) hasta 1912.
Y enseguida después, el fin del mundo, de ese mundo. En el tórrido verano de 1914 empieza la Primera Guerra Mundial. Allí mueren dos de mis tíos abuelos anglo-jerezanos: Bertram Buck y Maurice Williams, alférez de 20 años, y varios millones de ingleses, franceses, alemanes, rusos …
Con ello empezó a desaparecer la citada historia de los naturalistas ingleses y, más importante aún, a desvanecerse entera la “fabulosa España”. Con la excepción del ilustrador de este libro, William Hutton Riddell que por su matrimonio con mi tía abuela Violet Buck vivió unos veinte años en Arcos de la Frontera, donde murió en 1946. Lo recuerdo y conservo una de sus preciosas acuarelas, que me dedicó por mi cumpleaños. Me desilusionó porque representaba un pavo real con ciertas influencias del arte japonés que mi tío Bill Riddell admiraba pero no los leones que también pintaba y que yo ansiaba. Me lo dedicó, aludiendo de paso al “que tan sólo tenía tres años”, de A. A. Milne:
Painted specially for Santiago Mora Figueroa (“though he is only three”) by his affectionate uncle Bill Riddell, 1944.
No han faltado luchas para defender aquello que parecía amenazado sin remedio. Algunas se ganaron, pero pocas. Se evitó la ominosa carretera que iba a bordear la costa del Coto y a crear varios centenares de millonarios. Se evitó también la repoblación con eucaliptus de una vasta extensión. El Marqués de Bonanza y su hijo Mauricio González Gordon fueron a ver a Franco para suplicarle que no se hiciera la repoblación. Dicen que Franco contestó: “no zé porqué creo que no ze va a hazer eso”. Y gracias a él no se hizo.
Con ello se retrasó el desenlace. Pero al final los que siembran fresas, frambuesas, etc. se quedaron con el agua, amparados por los alcaldes de la comarca. Con la inestimable colaboración del cambio climático esa parte de la Península Ibérica que siempre ha servido de trampolín para las migraciones de aves entre Europa y África, está convirtiéndose en un yermo. Para evitar el escándalo público, los políticos del PSOE y del PP idearon un acuerdo sobre el uso de las aguas cada vez más escasas. En el momento de escribir esto, el 26 de Noviembre, parece que están a punto de alcanzar el acuerdo. No sé si alegrarme o llorar. En todo caso recuerdo que desde que existe la Comunidad Autónoma de Andalucía, excluyendo el periodo de los Reyes de Taifas, el gobierno regional ha sido del PSOE durante cuarenta y un años (1978-2019) y durante cuatro años (2019-2023) del PP.
En fin, que cada palo aguante su vela.
Post data:
Pues sí, al mediodía de hoy Lunes 27, dieron una conferencia de prensa conjunta Doña Teresa Ribero, Vicepresidenta del Gobierno, y Don Juanma Moreno, Presidente de la Junta de Andalucía. Nos dieron buenas noticias:
- 1.400 millones entre Junta y Gobierno, de 2023 a 2027.- Ampliación del Coto Doñana adquiriendo una finca de 7.500 hectáreas. Total: 111.000 hectáreas.- La Vicepresidenta declaró: “hay amnistía para Doñana no para los explotadores ilegales del agua”.- El Presidente de la Junta declaró: “la gente del campo tiene inteligencia emocional”.Ojalá vaya todo sobre ruedas.Inquieta, eso sí, el factor tiempo.
Llevar a los tribunales a cientos de infractores y esperar los fallos judiciales con sentencias firmes puede durar muchos años.
Y para entonces, el Coto Doñana será como el desierto mauritano.
En fin, como dijo otro andaluz, Antonio Machado,
Confiamosen que no será verdadnada de lo que pensamos
Si nuestro país estuviese gobernado con criterios al margen de partidismos, ideologías y cantones, de forma eficiente , por personas de excelencia y fuese el Bien Común la meta de cualquier acción de gobierno, la principal intervención a medio plazo sería conseguir una distribución del agua entre todas las cuencas con unas infraestructuras desarrolladas para ello.
ResponderEliminarNada de lo que tenemos, ni tendremos. Doñana será como el mar de Aral.
Ya es triste.
A su servicio, su leal amigo,
Gracias don Santiago por el articulo
ResponderEliminarDesconocía casi todo lo dicho
Muy agradecido
Muchas gracias por el esclarecedor articulo
ResponderEliminarQue razón don Santiago. Juan viejo
ResponderEliminarLas fresas matalascañas Mazagon
ResponderEliminarTodos acabaremos con el paraíso
Convirtieron la marisma en absurdos arrozales
Dice la copla
Fernando villalon fue un pionero