Está claro: en el Parlamento Europeo, hasta los eurodiputados socialistas españoles consideran equivalentes en barbarie criminal el comunismo y el nazismo. Su actitud es radicalmente opuesta a la que mantuvieron con la Ley de memoria histórica española. Por supuesto, también los eurodiputados españoles del partido popular europeo votaron a favor de esa Resolución de Septiembre de 2019.
E igual de clara está la torpeza de los políticos españoles al votar a favor o como mucho al abstenerse respecto a la Ley de Memoria Histórica de España, de Diciembre de 2007. Dicha ley adolecía de dos defectos ab initio: identificaba al bando Nacional español con los nacional-socialistas alemanes y cerraba los ojos ante cualquier crimen cometido por el bando del Frente Popular español.
A continuación puede el lector curioso comprobar la serena mirada de los eurodiputados españoles socialistas y populares que aprobaron la Resolución en Estrasburgo. Lástima que no pensaran lo mismo en la Carrera de San Jerónimo en 2007.
S&D:
Agius Saliba, Aguilera, Ameriks, Ara-Kovács, Arena, Avram, Balt, Bartolo, Benea, Benifei, Bergkvist, Biedroń, Bischoff, Blinkevičiūtė, Bonafè, Borzan, Burkhardt, Calenda, Carvalhais, Cerdas, Chahim, Chinnici, Cimoszewicz, Ciuhodaru, Číž, Corbett, Cozzolino, Cutajar, Dance, Danielsson, Danti, De Castro, Dobrev, Durá Ferrandis, Ertug, Fajon, Fernández, Ferrandino, Fritzon, Fuglsang, Gálvez Muñoz, García Del Blanco, García Muñoz, García Pérez, Gardiazabal Rubial, Geier, Gill Neena, Glucksmann, González, González Casares, Grapini, Griffin, Gualmini, Guillaume, Guteland, Hajšel, Heide, Heinäluoma, Homs Ginel, Howarth, Incir, Jones, Kaljurand, Kammerevert, Kohut, Kumpula-Natri, Lalucq, Lange, Larrouturou, Liberadzki, López, López Aguilar, Luena, Maestre Martín De Almagro, Maldonado López, Manda, Marques Margarida, Marques Pedro, Matić, Mavrides, Mikser, Miller, Molnár, Moraes, Moreno Sánchez, Moretti, Neuser, Noichl, Olekas, Palmer, Picierno, Picula, Pisapia, Plumb, Regner, Rodríguez-Piñero, Rónai, Ruiz Devesa, Sant, Santos, Schaldemose, Schieder, Schmit, Schuster, Sidl, Silva Pereira, Spurek, Tang, Tarabella, Terheş, Tinagli, Tudose, Ušakovs, Van Brempt, Vind, Vollath, Ward, Wölken, Wolters, Zorrinho
PPE:
Adamowicz, Ademov, Alexandrov Yordanov, Amaro, Arias Echeverría, Arimont, Asimakopoulou, Băsescu, Bellamy, Benjumea, Berendsen, Berger, Berlusconi, Bernhuber, Bilčík, Blaga, Bocskor, Bogdan, Buda, Buzek, Carvalho, Casa, Caspary, del Castillo Vera, Christoforou, Colin-Oesterlé, Danjean, Deli, Deutsch, Didier, Dorfmann, Duda, Düpont, Edtstadler, Estaràs Ferragut, Evren, Falcă, Ferber, Fernandes, Fitzgerald, Fourlas, Frankowski, Franssen, Gahler, Gál, García-Margallo y Marfil, Gieseke, González Pons, Győri, Gyürk, Halicki, Hansen, Hava, Herbst, Hetman, Hidvéghi, Hohlmeier, Hölvényi, Hortefeux, Hübner, Jahr, Jarubas, Juknevičienė, Kalinowski, Kalniete, Kanev, Karas, Kelly, Kokalari, Kopacz, Kósa, Kovatchev, Kubilius, Lega, Lenaers, Lewandowski, Liese, Lins, López Gil, López-Istúriz White, Łukacijewska, Lutgen, McAllister, McGuinness, Maldeikienė, Manders, Mandl, Marinescu, Martusciello, Mažylis, Melo, Metsola, Milazzo, Millán Mon, Montserrat, Morano, Mortler, Motreanu, Mureşan, Niedermayer, Novak, Novakov, Olbrycht, Peeters, Pereira Lídia, Pieper, Pietikäinen, Polčák, Polfjärd, Pollák, Radev, Radtke, Rangel, Ressler, Salini, Sander, Sarvamaa, Schmiedtbauer, Schneider, Schreijer-Pierik, Schulze, Seekatz, Sikorski, Simon, Skyttedal, Šojdrová, Sokol, Štefanec, Szájer, Tajani, Thaler, Thun und Hohenstein, Tobé, Tomc, Tóth, Vaidere, Vălean, Verheyen, Vincze, Virkkunen, Voss, Walsmann, Warborn, Weber, Weiss, Wieland, Wiezik, Winkler, Winzig, Wiseler-Lima, Zarzalejos Nieto, Zdechovský, Zoido Álvarez, Zovko, Zver
Y luego se extraña la derecha vergonzante de que surja un partido nuevo que se atreva a decir lo que piensa la mitad de los españoles.
ResponderEliminarAmo a nuestra Nación, no por ello (o quizás por ello) dejo de ver la situación de España con hastío, pena y dolor. En gran parte lo que hoy acontece ya Fdz.de la Mora lo predijo y acertó. El mal (o los males) lo tenemos incrustado en la llamada carta constituyente desde el principio, y ahora los que menos nos sentimos en ella partícipes somos quienes más la defendemos, quizá por intuir la alternativa todavía peor. Lo demás son síntomas y consecuencias. Lo fundamental es la traición y sus soflamas confusas, a veces en forma de falsas memorias, nacionalidades y erráticas libertades entre risorios y bajezas a la que nos vemos sometidos sí o sí. El situarse en anatema a Franco y a su legado es un axioma apriorístico que no necesita pruebas, matices ni discursos. En un mundo regido por el relativismo, este axioma es absoluto.
ResponderEliminarCon este panorama y estas "élites" con mando en plaza, Dios nos ampare y Santa Bárbara nos cobije.
A su servicio Tamarón.
Su amigo,
DF
He releído estos días un libro que ya me pareció lúcido en el año de su publicación -2009- y que hoy me parece aún mejor y de más obligado conocimiento: Revolution 1989, de Victor Sebestyen.
ResponderEliminarhttps://www.victorsebestyen.com/revolution1989
En esta obra el autor, encadenando los sucesos que comenzaron con la elección del Papa Juan Pablo II en 1978 y culminaron en la caída del muro hace ahora treinta años, describe los regímenes que oprimían a la mitad de Europa más allá del telón de acero y cómo fueron resquebrajándose hasta desaparecer.
Hemos visto estos días a un líder de la izquierda española decir que la caída del muro fue una mala noticia para todos -afirmación en la que coincide con Vladimir Putin-, al secuestrador del Embajador Javier Rupérez hablar de libertades, a los independentistas de Cataluña reivindicando y anunciando acciones contra la legalidad. Y curiosamente lo que parece que cala en la opinión pública es que el partido más peligroso para la democracia es uno al que no se le puede hacer reproche de anticonstitucionalismo.
El problema lo denunciaba hace unos días un profesor universitario no precisamente reaccionario: "(Da lo mismo) que nuestra derecha haya ido comprando casi al completo el merchandising de la izquierda, incluidos algunos productos de dudosa sensibilidad no ya progresista sino elementalmente liberal, como sucede con partes sustanciales de las políticas de género y de la ley de memoria histórica. Nunca será suficiente". (Félix Ovejero, El Mundo, 6 de noviembre de 2019).
Otro ejemplo de la benevolencia, buena prensa o incluso prestigio que disfruta el comunismo lo tenemos en España en las calles, plazas, parques, institutos y centros públicos dedicados a políticos comunistas de la Segunda República. Y en el trato que se les da, por ejemplo, en páginas de información general. Basta leer la entrada sobre Dolores Ibárruri, "Pasionaria" en la Wikipedia española, omitiendo sus elogios a Stalin -que sí aparecen en la versión en inglés-, omitiendo la persecución desatada contra otros miembros del Partido Comunista y obviando también el asesinato de algunos camaradas, promovido desde Moscú. La versión inglesa, por cierto, omite también el castigo a que sometió a Francisco Antón por una traición amorosa a la vestal del partido rojo.
Lo explicaba hace algún tiempo Tsevan Rabtan, jurista y escritor:
"¿Por qué Dolores Ibárruri está blindada y solo se escuchan de ella hagiografías? ¿Por qué esas décadas oscuras casi no se mencionan en España? Ayer supimos que Calvo Sotelo (ese diputado de biografía tan poco democrática) se va a quedar sin placas en Madrid. Tarradellas y Salvador de Madariaga contaron que el 16 de junio de 1936 Dolores Ibárruri amenazó de muerte a Calvo Sotelo en una sesión en las Cortes. Calvo Sotelo fue asesinado un mes más tarde. Ella siempre lo negó. Sin embargo, es sarcástico que ella, que sobrevivió, permanezca, mientras él, que murió antes de la Guerra Civil sea castigado simbólicamente.
¿Por qué una estalinista personalmente responsable de numerosos crímenes da nombre a calles y colegios, si creemos que la memoria histórica debe limpiar unas y otros de personajes nefastos?
Sí, por eso. Porque era comunista."
Apocalipsis, 17.
EliminarLúcida aseveración Sr. Silenus. Me inclino a pensar que las personas que usted menciona son ejemplos del Mal encarnado y son protegidas directamente por Lucifer.
EliminarPermítame añadir que, a mi juicio, la postura de la Iglesia Católica no es nada ejemplar, en muchos casos, en el tema de fondo que nos ocupa. En mi diócesis se ampara y protege a separatistas, se cuelgan retratos del Ernesto Guevara en las sacristías, y se cobra entrada a la entrada de los templos aduciendo necesidades materiales obviando el Evangelio en Lucas 17. Se afirma desde el púlpito que todo es relativo, y se contradicen constantemente unos con otros en cuestiones no superficiales. ¿Qué se supone qué debemos hacer los católicos que nos sentimos desamparados? ¿Callar?
ResponderEliminarMe callo por no llorar.
S.S.S y fiel amigo,
En cierta ocasión escuché a una señora escapada de Cuba decir que el chivato del Partido Comunista que vigilaba su corrala allá en La Habana era un “españolón”. Semejante sustantivo señalaba a un mocete nacido de españoles atraídos por las bondades de la República de Castro, por comparación con las maldades de la Monarquía parlamentaria. Le tenían mucha tirria por los aspavientos y las voces con las que subrayaba su espía contabilidad del arroz, libros, botellas o productos higiénicos que no siempre podían agenciarse el resto de vecinos. El españolón tenía el riñón bien cubierto a cuenta de los servicios prestados, y así el aparato digestivo en pleno. Se hacía notar ante sus jefes para ascender en el dudoso sistema de clases que ofrece cualquier variedad del socialismo (*), cosa que al parecer logró finalmente.
ResponderEliminarAquella señora, ya viviendo en La Florida (con lo bien que queda el artículo, ¿no?), había engordado un tanto, todo hay que decirlo, pero lo rollizo la hacía todavía más dulce, como los vasos de ron con no sé qué yerba de Cayo que me ofrecía cuando iba a visitarla de vez en cuando al concluir mi jornada.
Con esto vengo abundar en las solapadas advertencias que la Sra. Sibila o los Sres. Silenus y Flores, entre otros, nos dejan arriba con sensato criterio. Siendo cierto que las figuras señeras del comunismo en España están recibiendo agua de manantial subvencionado para quitarles la costra de sangre o de ruina, a uno le preocupa algo más la infiltración que a diario se verifica en cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad, en la forma prescrita por los ideólogos de la Revolución del 17, estupendamente entendida y ejecutada según el principio de resistencia a costa ajena descrito por el Sr. Errejón (“horresco referens", Tamarón dixit), e igualmente por todo Podemos. Por la vía sentimental, creando asociaciones de uno u otro modo dependientes de instituciones confundidas casi estructuralmente con El Partido, llegan a cada puerta. Y llevan cuenta, lo digo por experiencia, de qué vecino no se inscribe. Toda iniciativa particular está siendo segada de raíz, y ello sobre el abono que los partidos anteriores han ido dejando con culpable alegría.
Dejo tan solo un ejemplo cercano. Recientemente, en este larvario de votantes en el que habito, un periodista-propagandista nos advirtió de que ya controlaban casi por completo la producción literaria local, cosa que lograban mediante la censura de los anaqueles de las librerías, que ya casi no pueden acoger libros publicados por autores del terruño que no hayan sido concebidos sin la supervisión ideológica de la Concejalía de Cultura o de la sede del Partido. Hay que decir que a las librerías les ha costado poco sumarse a la censura, adheridas como están a la movilización ideológica general que domina España y que allí se ejerce promoviendo libros que esparcen ideología de género y propaganda republicana. Valga como muestra que el único poemario (escrito y pagado por un modesto pero abnegado escribano local a quien no tengo el gusto de conocer en persona) que ha quedado libre de la sujeción se vende en el puesto de Loterías, sección chucherías. Informa el propietario de que sólo ha despachado una copia. Diría que hay versos de cierto mérito.
-----------------------------
(*) Así hoy en España, donde crece y crece el número de los asignados no a un estrato del pensamiento sino a lo que ya es una verdadera clase social, a saber, la del Disminuido Ideológico, en la que cabe cualquiera que no muestre pública adhesión a los lemas del Progreso. Cabe recordar que leyes como la de Violencia de Género o la de Memoria Histórica (no menos que los impuesto de plusvalía y sucesiones) tan graciosamente absorbidas por tantos, sustancian a esa clase en el código penal.
La pobreza material no es tanto como la muerte espiritual de las personas, personas sin esperanzas en el ánimo, ni nada. La gente muy entretenida en las falsas vanidades mundanales y no despiertan a la realidad.
ResponderEliminar