Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: De libros sobrevalorados y menospreciados (I)

viernes, 1 de marzo de 2019

De libros sobrevalorados y menospreciados (I)


San Jerónimo, por Antonello da Messina, 1474. National Gallery, Londres
San Jerónimo por Marinus van Reymerswaele, 1541. Museo del Prado, Madrid

     Hace cuarenta años disfruté leyendo las impertinencias iconoclastas proferidas por la crema de la inteleztualidá  inglesa, sobre ella misma. El espectáculo lo montó el Times Literary Supplement para celebrar el 75 aniversario de su nacimiento. Hizo un sondeo a algunas de las luminarias de la época sobre "The most underrated and overrated books (or authors) of the past seventy-five years". Estoy buscando la versión original del sondeo, pero mientras la encuentro, aquí se puede ver una versión resumida, también del TLS, del 2017 (https://www.the-tls.co.uk/articles/public/reputations-revisited/). Da gloria leer a alguna vaca sagrada como Vladimir Nabokov destrozar a vacas otrora sagradas como Conrad o D.H. Lawrence.
     Así es que pedí a 77 escritores su opinión sobre las reputaciones literarias y 30 contestaron, como verán ustedes más adelante. Por cierto que cuantos entran en esta bitácora están invitados a añadir sus opiniones en las páginas de comentarios.
     Parece prudente colocar los juicios que siguen bajo el patronato de San Jerónimo (340-420 A.D.). Siendo el máximo filólogo de la antigüedad cristiana, le cabe el honor de haber traducido la Biblia al latín y también el dudoso privilegio de ser el primer crítico literario. No estoy seguro de que se haya molestado en inspirarnos a todos cuantos a continuación opinamos sobre los libros afamados en exceso o escasamente, pero tal vez nos haya evitado mayores tropiezos. 
     Ya en su época había disputas entre eruditos, claro está. Una de las que San Jerónimo sostuvo fue con San Agustín (354-430 A.D.). Versó sobre la traducción correcta al griego y al latín de la palabra usada en el Libro de Jonás para describir una planta llamada en hebreo ciceion, que hoy llamaríamos ricino.
     Sospecho que nuestras controversias literarias podrán algún día parecer tan vanas como las del Siglo IV. Pero no es así. La discrepancia calabaza-hiedra-ricino es extrañamente importante, pues el riesgo de que la Iglesia cristiana de Oriente y la de Roma usasen palabras distintas podía añadirse a otras desavenencias que acabarían dividiendo la Cristiandad. Es curioso que el mismo desacuerdo resurgió mil años después bajo otra forma: Lutero en 1534 tradujo por calabaza lo que Arias Montano en 1572 llamó ricino.
     Al lado de la expresión intensa, exaltada del San Jerónimo de Marinus van Reymerswaele (parece un mago de Tolkien), o del aspecto sereno, apacible, esencialmente cómodo del San Jerónimo de Antonello da Messina (parece un príncipe del Renacimiento), me temo que nuestras opiniones literarias resulten sosas. En fin, ahí van, en tres entregas, los pareceres de los mejores ingenios de esta corte que amablemente han accedido a enviarnos. 
     Léanlos, envíen sus comentarios y opiniones y verán confirmada la sentencia de Horacio, Genus irritabile vatum, raza irritable la de los poetas. Así somos, tanto los vates como los prosaicos. Pero lo imprescindible es no ser aburridos, y ninguno de estos lo es, salvo el último encuestado, vuestro affmo Tamarón.




José Guillermo García-Valdecasas
25 de Enero

Según pienso, el record de escritores injustamente aplaudidos o desdeñados lo tienen las letras ale­ma­nas. No hay en toda la literatura universal otro autor tan malo y cele­bérrimo como Goethe, coetáneo de Kleist y Büchner, dos gigantes de escasa nombradía.  El formidable Keyser­ling (Eduard von) es un desconocido, mientras gozan de so­bra­da fama sus hueros seguidores Hermann Hesse y Thomas Mann.

No opinaré ante ti de ingleses (que admiro sobremanera) o france­ses. La narrativa italiana se sobrevalora, pues sólo ha producido una novela universal (Il Gatopardo). En Ru­sia veo a Chejov, mediocre apreciadísimo. En Es­pa­ña la crítica sólo elogia demasiado a los escri­to­res que dirigen un periódico (y acaban en la Academia).  Pe­ro ignora y proscribe al máximo talento narrativo del XX: J. Mallorquí, autor de El Coyote.

~

Amando de Miguel
26 de Enero

Autores más sobrevalorados: Federico García Lorca (fusilado por los nacionales en la guerra civil) y Valle-Inclán.

Autores más menospreciados: Ramiro de Maeztu y Manuel Bueno (fusilados por los republicanos),  Galdós (llamado el garbancero por Valle-Inclán), a raíz de que un gran personaje suyo, Máximo Manso, era aficionado al garbanzo. Fue por envidia.

~

Álvaro Delgado Gal
27 de Enero

Voy a restringirme a la literatura en español. Ampliar el espectro sería perderse en el océano. Ahí van mis respuestas:

Se ha concedido a “Cien años de soledad” un valor excesivo. El libro está diestramente escrito, pero es infantil. Imitar su estilo, es condenarse a repetir tópicos: imágenes congeladas, sin desarrollo posible.

“Fortunata y Jacinta”, aunque apreciado, es más de lo que la crítica piensa. Se trata, en efecto, de la segunda mejor novela española después del “Quijote”. Galdós murió demasiado tarde. Ha sido víctima de algo tan pueril, y a la vez tan decisivo, como el cambio de gusto.

~

Jon Juaristi Linacero
27 de Enero

En general, creo que las vanguardias europeas del siglo pasado han sido muy sobrevaloradas, Y el libro más insoportable que conozco es el Livro do desassosego, de Bernardo Soares/ Fernando Pessoa.

Me parece, también en general, que la poesía española del XVIII no es suficientemente valorada (Meléndez Valdés, Jovellanos, Cienfuegos, Cadalso, Trigueros). Puede ser una manía personal, pero son mis maestros.

~

Serafín Fanjul
28 de Enero

Sobrevalorados:

W. Churchill, Joyce, Mérimée,, Chateaubriand, Günter Grass, Jorge Amado, Juan Goytisolo, J. J. Millás, Sánchez Ferlosio, Caballero Bonald, Echegaray, Alejandro Casona, Naguib Mahfuz, Adonis, 'Abd al-Wahab al-Bayati, Jorge Edwards, E. Galeano, M. Benedetti, Dulce Mª Loynaz, Bob Dylan, Noah Gordon.

Infravalorados:

Casi todos los clásicos grecolatinos, medievales (españoles  y europeos) y del Siglo de Oro. Y además:  Álvaro Cunqueiro, Torrente Ballester, Blanco Amor, M. Delibes, Nicolás Guillén, Horacio Quiroga, Ricardo Güiraldes, Manuel Gálvez, Eustasio Rivera, Roa Bastos *, Jorge Icaza.

* - A Roa Bastos sigo considerándole un gran escritor pese a haberle oído soltar, en La Habana, en enero de 1992 , un panfleto antiespañol estomagante ,cuando vivía en España y ya había conseguido la nacionalidad española. Por exigencias del guión - supongo - como tantos hispanos de allá , acudió al argumento fácil y que se esperaba de él; después volvería a Madrid y seguiría con la matraca de la Madre Patria, aunque últimamente hemos perfeccionado el sistema y traemos a hispanoamericanos de paseo para que nos zahieran aquí mismo, así ahorramos tiempo y esfuerzos.

Sobre los cientos, o miles, de escritores importantes no mencionados puedo decir que:

O me parece bien la conceptuación en que se les tiene, o no tengo los suficientes elementos de juicio para opinar, o los considero tan deleznables que no vale la pena ni recordarlos (un solo ejemplo: Antonio Gala). Aquí también estaría toda la pléyade de pitufos (y pitufas) que pululan por los premios, los medios de comunicación y la moda más pelmaza.

~

Carmen Posadas
29 de Enero

¿Qué autores o libros le parecen  más sobre valorados?
En realidad son tantos que no sé ni por dónde  empezar. En la  actualidad, Karl Ove Knausgärd y su agotadora novela  Min Kamp, (Mi lucha) También  cualquiera de las  últimas novelas  de Paul Auster, autor favorito de todos los papanatas literarios que conozco. Para mí otro autor que tiene algunas novelas  que están muy sobrevaloradas es Stefan Zweig.

¿Quiénes son los autores o novelas más  menospreciadas?
Considero  poco valorada a Edith Wharton . A pesar de que  algunas de sus novelas han tenido   éxito comercial, sobre todo gracias al cine, no tiene el reconocimiento que  merece.
Lo mismo  le ocurre a Teresa de la Parra (París 1889-  Madrid 1936) autora de Efigenia;  a  Elena Castedo (Barcelona 1937)  autora de El Paraíso y a  mi compatriota  Felisberto Hernández  (1902-1964)

~

Carlos Rodríguez Braun
29 de Enero

El libro más sobrevalorado:
On Liberty de John Stuart Mill (1859). Universalmente considerado un estandarte liberal, es una obra confusa, que defiende una cosa y la contraria, y que cabe esgrimir para socavar derechos y libertades.

El libro más menospreciado:
Two Lectures on Population de Nassau William Senior (1829). Sostuvo, en contra de Malthus, que la población no iba a crecer hasta agotar la comida, y que la agricultura podría alimentar a muchas más personas con mucho menos peso en el PIB. Nadie le hizo caso y el bobo alarmismo demográfico continuó hasta nuestros días. 

~

José María Beneyto Pérez
29 de Enero

De entre los autores más sobrevalorados y que merecerían ser objeto de un arrollador silencio, pero que no deja de ser cacareada señalaré a Elena Ferrante, que ha hecho del juego de ocultar su identidad un pasatiempo que aburre mucho. De entre los olvidados, un "demoledor de edificios", León Bloy. Otro gran olvidado, Herman Broch, sobre todo "La muerte de Virgilio", y Barbey D'Aurevilly, Les diaboliques, el Saul Bellow de "Herzog", o el Müjica Laínez de "Bomarzo". Para mandar al más profundo baúl de los olvidos, Ruiz Zafón, y sobrevalorados el chico del verdadero detective, Bolaño, también pienso que Umberto Eco. Y no suficientemente releído, un grande, Alejo Carpentier. 

~

 Jaime Olmedo
30 de Enero

¿Quiénes le parecen los autores o los libros más sobrevalorados?
En general, todos aquellos autores u obras que han hecho de la deconstrucción novelesca su seña de identidad. Por ejemplo, Juan Benet, de quien sorprende la alta consideración que se tiene de un narrador que no supo compensar con la amenidad la voladura de todos los elementos constitutivos de una narración.

¿Quiénes le parecen los autores o los libros más menospreciados?
Por contraposición, todos aquellos que defienden planeamientos asentados sobre los principios narrativos que hacen de la novela el relato de una aventura y no la aventura de un relato, por decirlo con Jean Ricardou. En este caso, tras un siglo de “prolongado y fastuoso suicidio”, como lo llama Compagnon, son legión los autores injustamente menospreciados.

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José Antonio Martínez Climent
30 de Enero

¿Quiénes le parecen los autores o los libros más sobrevalorados? 

Diría uno que Céline es el escritor más cargante que ha leído. Del filo que le ven uno sólo recibe una roma vulgaridad autocomplaciente. Dostoyevski, por haber confundido el informe psiquiátrico con la literatura, le anda a la zaga. Inhóspita nos parece también la literatura norteamericana en general hasta que la redimió Nabokov, y aquejado de aridez vemos el solar ibérico contemporáneo por soso e ideologizado, salvo notables y bellas excepciones (J. Lozano, I. Peyró, J. Escobar…)      
¿Quiénes le parecen los autores o los libros más menospreciados? 

El mejor escritor que uno ha leído fue un viejo maderero finlandés. Escribía largas notas de perfecta caligrafía y generoso vocabulario (relativas a la cría del Cárabo Uralense, al estado de la nieve, a los tipos de silencio o de verdor que le servían para orientarse…) con hollín de una hoguera hecha para la ocasión, en el fino tronco de algún abedul arqueado, cortado a lo largo. Era un Proust-Frazer-Delibes de la taiga que vivía con su madre ciega en el corazón de un bosque por el que paseaba con un enorme machete. También merecedores de mayor gloria literaria: J. G. Frazer, Casanova, Calasso, Ligne, Benet, Steiner, Jünger, Larbaud, Lozano, Santayana, Biely, Huizinga…
~

Darío Villanueva
1 de Febrero

Sobrevaloraciones desde el alfa, Sully Prudhomme, al omega (hasta hoy): Bob Dylan. Por medio, ¡ay!, Echegaray, pero también Pearl S. Buck, Dario Fo... En cambio, menosprecio a Vicente Huidobro, que estuvo en la palestra pero fue desechado por excesivamente vanguardista. Aparte, en este registro, dos manías personales: Jules Romains, el autor de ese soberbio fresco de la Francia y la Europa de entreguerras que es LES HOMMES DE BONNE VOLONTÉ, y nuestro Benjamín Jarnés. 

~


José M. de Areilza Caravajal
3 de Febrero

Sobrevalorados:
Michel Houllebecq, deprimente, tosco, incapaz de cualquier ironía. Jorge Luis Borges, mejor poeta que prosista, mejor lector que escritor.

Infravalorados:
Louis Auchincloss, un observador realista y sabio del poder y de la naturaleza humana. Michael Ignatieff, el mejor educador de políticos de nuestro tiempo.

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Helena Cosano Nuño
4 de Febrero

Lo más sobrevalorado: todo el Nouveau Roman me parece aburridísimo.

Más menospreciado: la literatura de humor. Woodehouse por ejemplo me parece un genio a quien no se reconoce en su justa medida!

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15 comentarios:

  1. Querido Santiago: teniendo en cuenta mi escaso dominio de la República de las Letras, para mí y en lengua castellana siempre he preferido la poesía y dentro de ella Calderón de la Barca y Jorge Manrique son las cumbres máximas. No es que me parezca que estén menospreciados pero para mí no tienen el reconocimiento que merecen.
    En prosa y en lengua extranjera me quedo con Stefan Zweig con cuya lectura he disfrutado durante muchos años.
    Dejo para el final la prosa en castellano y no te descubro nada si te digo que para mí el mejor ha sido y seguirá siendo Ortega y Gasset. Si hay que decir una obra, elegiría “La rebelión de las masas”.
    De verdad no me siento capacitado para discernir entre los más sobrevalorados. ¿Te puede servir Pedro Sánchez y su “Manual de resistencia”?
    Un abrazo fuerte

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  2. El juego de las listas y de las clasificaciones es extraordinariamente divertido y de esta propuesta en particular surgen infinidad de sugerencias para ampliar –o restringir- el campo de lectura. Aunque la vida no de en realidad para tanto. Creo que era Borges el que decía que una biblioteca es un proyecto de lectura. Pues parece que con este juego podrán añadirse libros a la biblioteca, aunque la lectura avance a otro ritmo, y tal vez expurgarla un tanto.

    Dejo fuera del juego a nuestros contemporáneos oficiales. Me refiero a la tropa aupada a la fama y consagrada como canon literario por el mundo oficial, es decir los grandes medios de comunicación, la industria cultural, la política. Son los Pérez Reverte, Almudena Grandes, Manuel Rivas, Millás, Montero, etc. Da un poco de vergüenza referirse a ellos.

    Limitándonos a la literatura en español metemos en la lista de sobrevalorados a los Goytisolo, Martin Gaite, Fernandez Santos, Martin Santos, cierto Delibes (y subrayo lo de cierto porque la mayoría es muy valioso), Umbral, Sánchez Ferlosio, etc. No es que no haya aciertos, pero sobrevalorados están. Además, parece que su consagración –a menudo asociada a una cierta militancia política y a la pintura de España como país gris y desolado- se ha producido mientras se orillaban o caían en un olvido completo escritores mucho más valiosos.

    Estos serían los injustamente infravalorados: al menos Alvaro Cunqueiro –algo verdaderamente inexplicable-, Torrente Ballester, Julio Camba, González Ruano, Pla, Sánchez Mazas, Agustín de Foxá, García Pavón, Lorenzo Villalonga (Bearn pero también Muerte de una dama, el pequeño dietario de la guerra civil y sus tres pastiches proustianos) y su hermano Miguel con Miss Giacomini. Sobre el mismo Cela ha caído un terrible manto de silencio completamente injusto con la obra escrita, aunque pudiera cansar el personaje. Serían la otra literatura, aquella evocada hace unos años por Aquilino Duque durante una conferencia en la que leía unos párrafos de La vida nueva de Pedrito de Andía poniendo acento vascongado con un acierto y una gracia inimitables. La obra literaria de Sánchez Mazas merece la pena ser rescatada. No sólo La vida nueva sino Las pequeñas memorias de Tarín, Las aguas de Arbeloa y su poesía. El tomo de Comares ya es imposible de encontrar, ni siquiera de segunda mano. La obra periodística anda dispersa a la espera de que alguien se anime a hacer lo mismo que con la de Ruano, Cunqueiro o Foxá, es decir a publicarla reunida y bien editada. No se pasea igual por el Retiro antes que después de haber leído la evocación que del parque hace Agustin Armendáriz.

    Pero el gran desconocido, el gran olvidado, es sin duda Gabriel Miró. Me resulta completamente inexplicable. Nuestro padre San Daniel y El obispo leproso me parecen algo extraordinario en muchos aspectos: lirismo, humor, bondad –eso tan difícil de traer a la literatura-, una forma de pintar la ciudad, el campo y las gentes que los pueblan, deslumbrantes. Es posible que la sensibilidad religiosa que impregna su obra le reste el favor de los lectores en esta época tan tosca y rastrera para todo lo que no sea brutalmente material y tecnológico.

    Infravalorado también y mucho, Ignacio Aldecoa, tal vez el mejor de entre los realistas de la posguerra. Y José María Eça de Queiroz, es quizá lo mejor de un siglo XIX tan plagado de cosas buenas.

    Entre la literatura en otros idiomas, sobrevaloradísimo el espantoso Philip Roth, sobrevalorados una buena proporción de los premiados por los concursos literarios franceses, pesadísimos; sobrevalorada la novela negra o policiaca, repetitiva y pesada, no podemos más de detectives de todas las nacionalidades.

    Infravalorado, el Simenon de la serie del comisario Maigret. Si, novela negra, de policías, es verdad, pero es otra dimensión.

    En fin, espero no haber abusado, pero es un juego fantástico y le agradezco mucho que lo haya provocado. Como polígrafo eximio que soy es lógico que me pique a estas cosas.

    Atentamente,

    Alcides Bergamota.

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    1. Suscribo lo antedicho por Alcides Bergamota, en particular lo referido a Cunqueiro (aunque prefiero sus artículos a las novelas)y a Miró, al Delibes que no me atrae (el que siempre encontraba un pretexto de progreso para desmarcase de sus recuerdos de infancia dura, bella y rural), a Cela (pese a que suavizara su versión de la bárbara Doña Bárbara, al parecer por encargo). Añado a Mutis en la secta del bien, olvidando las pesadillas que he padecido a causa la disposición de las comas en sus novelas. Y me reitero: Céline es un tostón.

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  3. Sobrevalorada Esas catedrales.. toda la novela histórica.
    Infravalorada. La novela policíaca en general y la negra en particular

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  4. 100 años de soledad de Gabriel García Márquez, a mi entender, totalmente sobrevalorada. Un abrazo. A.

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  5. Casi no me atrevo. No es mi fuerte la literatura así que no pretendo llevar mi opinión a categoría alguna, en mi biblioteca lo estrictamente literario será un diez por ciento como mucho. Además aquí no se nos pide opinión sobre nuestros gustos, cosa que sería más fácil, sino que nos pronunciemos en tanto bien o mal, a nuestro juicio, valorados socialmente.
    En España, a mi parecer, casi todo lo premiado en los últimos 35 años con subvención pública, especialmente en Cataluña, tiene muy poco mérito. Luján, Cunqueiro y Perucho me parecen postergados. Más allá: Borges me parece injustamente no premiado con el Nobel. No entiendo los premios Nobel de Churchil, ni de Bob Dylan ni de Sartre, entre otros.

    Sobre gustos:


    No sé si Wilde está o no bien valorado, a mí me parece muy buen escritor, lo mismo pienso de Verne, considerado autor para la juventud y en este sentido, a mi parecer mal clasificado. Youcernar, Mary Shelley, Deliciosas.

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  6. Ay! Perdón, seguía:
    Saramago me parece muy mal legible, y en general todos aquellos que suplen la inventiva narrativa por la gramatical, es decir: tienden a la confusión quizá con la pretensión de ser muy valorados por los que no le leen.

    Suyo siempre y a su servicio Don Santiago.

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  7. Pues yo no sé si es defecto mío pero la obra Los Hermanos Karamazov, dos veces he intentado leerla, la segunda llegué más lejos, pero no me dijo nada de nada, salvo dos anécdotas o tres así un poco interesantes, no sé si es verdad la fama que tiene de magnífica obra, por supuesto que el autor es un gran escritor sin lugar a dudas.

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  8. Hay un escritor español que ya ni menospreciado sino totalmente olvidado es un tesoro de Dios, lleno de sensibilidad, se trata de Emilio Prados. ¡Quizás porque los tesoros no están nunca a la vista!.

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  9. Añado que Emilio Prados decía: " Cerré mi puerta al mundo".¿ No es cualquier cosa, verdad?.

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  10. Conozco la biblioteca de Alcides Bergamota y doy fe de que sus opiniones, que en gran parte comparto- son fruto de muy extensas y meditadas lecturas. Me merece mucho crédito. Puedo presumir de ser yo quien le puso sobre la pista de Alvaro Cunqueiro y Rafael Sánchez Mazas. También en de Luis Martín Santos, y en este punto disiento del juicio mas bien negativo de Don Alcides.

    Me extraña mucho la ausencia -salvo que error- de Mario Vargas Llosa. Cierto que no todas sus novelas tienen el mismo nivel, pero algunas, como La Casa Verde, Conversación en la Catedral y incluso la mas reciente La fiesta del chivo me parecen casi obras maestras. Como obra maestra me parece Mazurca para dos muertos, a pesar de ser una de las últimas cosas de Cela.

    Para terminar, dos menciones mas.

    Gran acierto la inclusión de Carlos Luis Alvarez, Candido, uno de los mejores articulistas españoles, sino el mejor, de las últimas décadas. La mezcla de cultura, ingenio y humor producen un enorme placer.

    Y nada se dice -de nuevo salvo error por mi parte- de Antonio Muñoz Molina. Su producción literaria es muy desigual, pero pienso que Sefarard es una novela -a salvo un cierto exceso de caudal- extraordinaria. producían verdaderamente asombro mo

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  11. Me olvidaba, los menos preciados, más bien ni tenidos en cuenta, porque siempre han dicho " eso es cosa de las abuelitas o cosas de viejas", pues sí los cuentos de las abuelas, bien verdaderos que son, nada de tonterías. Siempre buscamos excusas como esto siempre ha pasado, eso es de la imaginación, todo eso es psicológico.

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  12. cada uno arrima el ascua a su sardina. Me temo que tiene que ver con la ideología. Lo más gracioso, lo de Carmen Posadas, para los más infravalorados son siempre mujeres

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  13. Sobrevalorados, la narrativa española de los últimos 40 años con Pérez Reverte a la cabeza.
    Gran escritor pero no tan buen novelista, Cela. Gran novelista pero no tan buen narrador, Roth.

    Poco valorados, Martin Santos, Cunqueiro, Blanco Amor y a pesar de sus neuras, Fiodor D.
    Pero es sin duda nuestro teatro, lo menos valorado, desde Rojas a Mayorga...

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