Madonna della Candeletta por Carlo Crivelli, 1490 |
Felices Pascuas a todos o mejor dicho está aquí por Haendel y con música:
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Aleluya
Santiago de Mora-Figueroa
Madonna della Candeletta por Carlo Crivelli, 1490 |
Vinieron los sarracenosDicen muchos que es letrilla cínica. Tal vez no. La vieja construcción sintáctica son más que, puede llevar implícito otro término tal que, en este caso, alentados. Muchos pensarán que eso tan sólo se puede guardar como esperanza, pero algo es algo. Habrá que aspirar, al menos, a ser más resueltos que los malos. A Dios rogando y con el mazo dando.
y nos molieron a palos,
que Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.
Escudo heráldico del Cardenal Newman |
"Las Siete Espadas de Dolor que atraviesan el corazón de María cuando se vuelve testigo del sufrimiento de su hijo se transfiguran en siete santos de Europa en la visión poética de Chesterton (Santiago de España, San Dionisio de Francia, San Antonio de Italia, San Patricio de Irlanda, San David de Gales, San Andrés de Escocia y San Jorge de Inglaterra). [...]
Es una alegoría de la defensa de la fe que se centra en la mirada que cada santo tiene de su nación: Santiago fortalece sus ojos con penurias; San Dionisio vuelve fieros sus ojos por la fiebre; San Antonio se ciega por los resplandores que ve; San Patricio aviva sus ojos por la rabia; David de Gales endurece sus ojos por el horror; en San Andrés sus ojos se vuelven tímidos por los secretos que conocen; y los ojos de San Jorge se sellan por el sueño. [...]
... cada uno admite los fallos de su propia historia, para pedir auxilio a la Virgen. Santiago de España narra la dureza de la dominación musulmana y cómo después de la Reconquista se perdió esa fortaleza en la defensa de la fe y clama "Reina, no olvides lo que todos han olvidado: que aquella batalla la ganamos"."
(Op. cit. pg. 304)
St. James of Spain
Mine eyes were strong with sorrows; none other blood shall say
What lay on my heart for a hundred years ere the stone was rolled away,
When crushing the vines and statuary, the rock of Mahound was hurled,
Featureless, faceless, enormous; the rolling stone of the world.
The haters of wine, the horsemen, came on us like night at noon.
The veiled knights with the crooked swords that sware by the crooked moon.
We endured to go down under darkness, beholding, as men that die,
The name of their God of Battles scrawled backwards across the sky.
Queen, if our gold rotted what no man’s iron could rend,En esta serie de santos patronos de algunas de las grandes naciones cristianas de Europa el broche melancólico pertenece a San Jorge, triste por no haber sabido defender hasta el final a la princesa que en su día salvó del dragón:
Bronzed gold, dark wine of the dust; if we stiffened and stood at the end
A gilded skeleton army brittle and brown in the sun,
Forget not what all have forgotten; this field was won.
Más patético, si cabe, es el parlamento de San Jorge de Inglaterra. El caballero que venció al dragón abandonó a la princesa, robó su dote (quizá una alusión al viejo título de Inglaterra como Dote de María). Y se dirige al Espejo de Justicia pidiendo que los despierte. "Los que amábamos te hemos fallado. Tú no nos falles a nosotros".El texto original de los tres cuartetos dedicados a San Jorge es éste:
(Op. cit. pg. 305)
St. George of England
Mine eyes were sealed with slumber; I sat too long at the ale.
The green dew blights the banner; the red rust eats the mail.
And a spider spanned the chasm from the hand to the fallen sword,
And the sea sand me to sleep; for it called me lord
This was the hand of the hero; it strangled the dragon’s scream,
But I dreamed so long of the dragon that the dragon was a dream;
And the knight that defied the dragon deserted the princess.
Her knight has stolen her dowry; she has no redress.
Mirror of Justice, shine on us; Blaze though the broad sky breakDon Javier de Mora-Figueroa concluye con melancolía pero también con esperanza:
Show us our face though it shatter us; shatter and shake us awake!
We were not tortured of demons, with Berber and Scot,
We that have loved have failed thee. Oh, fail us not!
Los siete juntos reconocen que perdieron sus espadas en la batalla.Se comprende que la poesía tanto como la prosa de Chesterton atrajese por igual a correligionarios o adversarios: G. B. Shaw el irlandés ateo, George Steiner el judío agnóstico, Borges el argentino reaccionario y descreído o H. G. Wells el socialista deísta sin religión positiva, todos fueron o son admiradores de su obra. Y probablemente, confesándolo o no, de su personalidad arrolladora.
(Op. cit. pg. 305)
Cardenal Newman por John Everett Millais © National Portrait Gallery, Londres |
“¿Qué madre, qué marido o esposa, qué joven o doncella enamorados no dicen miles de tonterías para demostrar su cariño? Quien las dice sentiría mucho que las oyeran los extraños, pero a quienes van dirigidas esas frases las reciben con agrado… Así sucede con la devoción. Pensamientos y palabras ardientes están tan abiertos a la crítica como están más allá de ella. Lo que es extravagante de modo abstracto, puede ser apropiado y bonito y sólo se rechaza cuando se encuentra en otros que lo imitan. […]”Escribe a este propósito Don Javier de Mora-Figueroa esto:
“Ex umbris et imaginibus in veritate: este epitafio escrito por él mismo puede resumir perfectamente la evolución del pensamiento de Newman sobre la Virgen. Desde sus tiempos de protestantismo evangélico, pasando por su periodo anglicano, hasta llegar a Roma, Newman fue aumentando su fe y su devoción acerca de María.”El epitafio quiere decir Desde las sombras y los fantasmas hacia la verdad. Para completar su sentido hay quien lo relaciona con la alegoría de la Caverna platónica. En todo caso resulta hermoso y misterioso, quizá un milagro más de la Virgen María, comprobar que hoy el Beato John Henry Newman (beatificado en 2010 por Benedicto XVI) es venerado en la Iglesia Católica con su día de fiesta el 9 de Octubre y también lo es en la Iglesia Anglicana el 11 de Agosto.
Calibán bailando por Johann Heinrich Ramberg (1763-1840) |
Fotografía: EFE |
Un informe confeccionado por el Ministerio de Medio Ambiente, que recopila los incendios registrados en España entre 2001 y 2010, recoge que solo detrás del 4,3% de todos estos fuegos había causas naturales; y del 23,3%, negligencias y accidentes. Del resto, un 15% se desconoce qué los provocó; y un 54,7% fueron intencionados. "Estos últimos son los más numerosos, representan el 60% de la superficie afectada", explica el documento, que señala que, de ellos, un 68,3% corresponden a quemas ilegales agrícolas, eliminación de matorral y regeneración de pastos que se hicieron "de forma incontrolada"; un 11,9% a venganzas y vandalismo; y un 9,7% a pirómanos.
Los investigadores distinguen, por ello, dos perfiles. El del incendiario: "Un hombre de 30 a 50 años, con domicilio cerca del lugar y sin cualificación profesional; que actúa por motivos de maldad, interés económico, venganza... Son frecuentes las personas desestructuradas, tanto familiarmente como socialmente", explica un informe de la Guardia Civil de Galicia. Y los pirómanos: "Son gente enferma, con un trastorno de conducta, que no pueden controlarse y que requieren tratamiento", sentencia el integrante de Greenpeace.La última frase es inefable y cabe imaginar cómo la musita, melifluo, el onegero anónimo de Greenpeace. Eso, los pirómanos son igual que los violadores y asesinos de niños, enfermos que requieren tratamiento y, mientras, hay que soltarlos para que entren en razón. Por mucho que los médicos avisen de que esos hideputas siempre seguirán delinquiendo.
¿Quién quema el monte?Por último, este asunto de extrema gravedad está degenerando en un cruce de acusaciones impropio de un país serio que se supone un Estado de Derecho. Aparece la tendencia a atribuir los incendios -una vez que está claro que han sido provocados- a una de estas dos causas: la nueva ley que facilita edificar en terrenos quemados y la nueva ley que quita facultades a los agentes forestales. En el primer caso los sospechosos de haber prendido el fuego son unos ricos explotadores del pueblo (aunque no creo que para edificar sea necesario y ni siquiera conveniente convertir 8.000 hectáreas en terreno calcinado). Y en el segundo caso los agentes forestales estarían justificados al defender sus legítimos intereses, como explicó un espontáneo en comentario en El País el 30 de Julio:
Demonizar a los trabajadores que pelean por sus derechos, es propio de regímenes fascistas. Los derechos amparan nuestras libertades, y el de huelga es sagrado.Así, la huelga se ideó para dañar a la otra parte y hacerla ceder en sus pretensiones, protegiendo de esa manera los derechos laborales del trabajador............................. Hablar de huelgas agresivas o sabotajes , es desconocer la legislación y los derechos humanos por completo. ¡¡Más de un periodista debería volver a la universidad.......si es que ha estado alguna vez!!!.Aunque también puede ser este comentario obra no de un saboteador sino de un provocador del bando opuesto al proletario indignado.
ha recordado que en 2003, "con un gobierno socialista", se quemaron en Extremadura 50.000 hectáreas en Valencia de Alcántara (Cáceres) "y no existía esta ley de Montes, lo que existía era lo mismo que existe ahora: gente con deseo de querer quemar el monte".
Ha recalcado que detrás del inicio de un incendio como el de Sierra de Gata "siempre está la mano del hombre, de una o varias malas personas" y "no el marco normativo". (El Periódico de Extremadura)En fin, lo único seguro del incendio de la Sierra de Gata es que ha sido provocado. Y casi igual de seguro es que los culpables no irán a la cárcel.
Adiós al fin, tierra como tu gente fría,La verdad es que en general lo inglés es mucho menos atractivo para los españoles y otros mediterráneos que España para los británicos. Para nosotros lo inglés es un gusto adquirido, como los espárragos y los nísperos. Este libro -profundo e irónico- ayudará a los españoles a conocer a los ingleses y tal vez a los ingleses a conocerse a ellos mismos mirándose en un espejo exótico.
un error me trajo y otro me lleva.
Gracias por todo y por nada. No volveré a pisarte.
En el reinado de los Católicos, no sólo había límites [se refiere al Tratado de Tordesillas] en los dominios; los hubo también entre los dos campos de la Política y la Religión. Nadie hubo más devoto que los monarcas que merecieron muy justamente el título de Católicos que, concorde con una tradición de los Reinos hispánicos, les otorgó el Papa Alejandro VI y que ostentan hasta hoy los soberanos españoles. Pero esta devoción no implicó nunca sumisión en la política, antes bien convivió con una pugna, ora larvada y latente, ora -más a menudo- patente y actuante, entre la Iglesia y el Estado. «Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» es ni más ni menos que un innegable mandato evangélico. De otra manera formulado, se muestra en una carta que parece haber enviado Fernando el Católico a su Virrey en Nápoles: «ellos al Papa y vos a la Capa». [...]. Los Reyes Católicos respetaron devotamente a la Sede Romana, la defendieron frente a sus atacantes, propugnaron su independencia, pero nunca hicieron ante ella renuncia de sus propios derechos, ni por ella se separaron de sus fácticos objetivos".(Miguel-Ángel Ochoa Brun, Miscelánea diplomática, pgs. 28-29)
"Tamerlán les preguntó cortesmente cómo estaba el rey y si era bien sano; escuchó el discurso de los embajadores y luego se volvió a sus cortesanos y les dijo: «Catad aquí estos embajadores que me envía mi hijo el rey de España, que es el mayor rey que hay en los francos, que son en el un cabo de mundo; y son muy gran gente y de verdad; y yo le daré mi bendición a mi hijo el rey». En los días siguientes, los embajadores castellanos participaron de los festejos de la corte y de muchos agasajos en su honor. Tamerlán dispuso que se les otorgase precedencia sobre los embajadores del emperador del Catay, que también allí estaban por entonces."(Miguel-Ángel Ochoa Brun, Historia de la Diplomacia Española, volumen I, pgs. 229-245)
"...la relación de Clavijo es también una pieza literaria, obra de quien se revela como un verdadero escritor. Es curioso que, pese a esa su indudable condición, el autor no incurra en uno de los habituales vicios del intelectual -sobre todo del intelectual político- que, llamado a describir hechos o circunstancias memorables de que fue testigo, cae por lo general en la tentación de puntualizar y destacar antes que nada su propia participación y su personal protagonismo [...]. La pedantería inherente al intelectual, su frecuente autoconsideración como centro del mundo o su tendencia a arrimar -reformándolos- los datos empíricos a sus propios prejuicios ideológicos, restan muchas veces valor a sus testimonios. No es este el caso de Clavijo".(Ibid 244)