Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: DELENDA EST CARTHAGO

martes, 14 de mayo de 2013

DELENDA EST CARTHAGO

(STULTORUM INFINITUS EST NUMERUS)
Todavía hay esperanza. Con partidarios de la República tan ignorantes, ¿quién necesita adversarios? Un divino impaciente llamado Rafael Borràs Betriu (otrora poderoso muñidor de premios Planeta, hoy nostálgico de repúblicas) publicó el pasado 14 de Abril un artículo que contenía, entre otras frases inefables, ésta:
"Ortega sentencia: Delenda est Monarchia (la monarquía está destruida), y arrastra tras de sí lo mejor del mundo intelectual y universitario." (El Mundo, 14 de Abril, 2013)
Es sabido -o al menos lo era antes de la LOGSE- que la frase citada quería decir "la Monarquía ha de ser destruida", no que ya "está destruida". Si ya hubiese estado destruida no se hubieran agitado tanto los primates (más bien de derechas, por cierto) Ortega, Marañón y Pérez de Ayala para destruirla. También es sabido que Ortega y Gasset, hombre culto, como sus conmilitones, traspuso la frase con la que Catón el Viejo cerraba sus discursos, Delenda est Carthago.
Ya menos sabido -desde el principio se encargaron muchos de echar tierra al asunto y pocos habrá ahora que quieran desenterrarlo- es que tras el artículo de Ortega que terminaba Delenda est Monarchia, publicado el 15 de noviembre de 1930 y seguido el 14 de Abril de 1931 por la proclamación de la Segunda República, meses después, el 9 de Septiembre de 1931, escribió Ortega otro artículo donde cantaba la palinodia:
"Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron en el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos: «¡No es esto, no es esto!»".
La mejor glosa al comentario que antecede la hizo en 1944 -algo tarde, es verdad- Eugenio d'Ors, callando por discreción el nombre de Ortega y cambiando por distracción el pronombre:
"... aquel apostador de casino, que, llevado frente a la jaula del león, en la Casa de Fieras, y como éste lanzara un rugido poco análogo a lo que el de la apuesta había asegurado ser, «¡No es eso, no es eso!», díjole meneando un índice inflexible en denegación enérgica y obstinada."
A mí me caen simpáticos los progres listillos como Rafael Borràs. Con sus traspiés ridículos hacen barruntar que no todo está perdido. A lo mejor lo de "un fantasma recorre Europa..." se refería a la estupidez, más que al comunismo. Tal vez Carlos Marx fue precursor en secreto de Groucho Marx, y desde luego éste estaba de acuerdo con el Eclesiastés tal como San Jerónimo lo tradujo: "el número de tontos es infinito".


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7 comentarios:

  1. yo creo que la televisión, la propaganda, y la publicidad están creando la generación más cretina de la Historia

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  2. Interminable es, en efecto, la pronta y pobre polémica que quiere acabar donde la sana Razón no quiere ir. Lo que más me asombra es la rápida acogida que tiene la tiranía “progre” cuando se viste de República o se disfraza de Marxismo, que con usted me avengo a considerar más de risa que de otra cosa. Lamento que la Nobleza y la Grandeza, otrora referente y necesaria, esté tan desvalida en los, digamos, medios públicos contemporáneos.
    También Alberto Einstein afirmó que la infinitud del universo y la estupidez humana le parecía cuestión indudable, matizando que no estaba completamente seguro de la aseveración en su vertiente cosmológica.
    Quizá vendría bien la sentencia de Santo Tomás, cuando dice, , para guardarnos de falsas apariencias y tosquedades mentales.
    Lo propio del hombre de Bien sería la salvaguarda de los valores y modos que la Tradición prescribe, pues construir cuesta mucho y deshacer es pronta cosa, pero como decíamos en otro comentario, se sigue confundiendo progresar con conspirar.
    Cierto es que la cursilería y los modos bajos no son ya garantía de filiación ideológica, ni siquiera, mientras la confusión es nuestra principal pesadilla.
    Vendría bien explicar que la Revolución Francesa no fue lo que se enseña, y que además tiene tufos de farsa.
    Por fortuna la Verdad no muda.

    Reciba mi más sincero aprecio, y mi más alta admiración.

    A su servicio,


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    1. Marqués, la cita de Santo Tomás:Timeo hominem unius libri,no aparece, si la ha quitado usted, me avengo y me parece bien, pero me sorprende, pues es la segunda vez que me pasa cuando coloco la cita entre corchetes, quizá sea un problema informático.
      Disculpe, mi comentario, y agradezco como siempre publique mis humildes apostillas en su ejemplar blog.

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    2. Claro que no quité nada, estimado amigo, el comentario llegó dos veces anoche, con idéntico texto pero sin la cita muy bien traída de Santo Tomás. Tiene que ser un problema informático, no sé si por los corchetes. Gracias por avisarme y saludos cordiales de Santiago

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  3. D Santiago tiene más razón que un santo saludos Juan Viejo

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  4. Usted no tiene ni idea de quien es Rafael Borràs, de otra forma no podría llamarle progre...al lado del editor catalán usted es un progre liberal, que también existís, majete

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    1. Gracias, estimado Anónimo, por revelarnos la auténtica índole reaccionaria de Don Rafael Borràs, a cuya vera, según usted, yo soy un progre liberal. Me reconocerá, empero, que resulta imposible no atribuir tendencias progresistas a un hombre que cita en latín sin conocer la lengua. Es un acto premeditado de destrucción de la cultura clásica. Es, pues, un acto que ansía afianzar el Progreso, la Insobornable Contemporaneidad, incluso la Pusmodernidad. Es un acto impropio de un reaccionario como dice usted que es Don Rafael Borràs, a quien desde aquí envío mis respetos.

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