Undsoweiter, un sabio erudito supuestamente germánico,
nacido en la mente de diversos aprendices de sabios que no sabían alemán, no ha
muerto.
Otro sabio de nombre alemán, Otto Silenus, me informa, con
abundancia de pruebas y detalles, de la pervivencia en las más altas esferas del
poder de esta capacidad de pretenciosos errores que en ellas anida. Cita un
párrafo de un artículo de Arcadi Espada publicado anteayer, Domingo 16 de
Septiembre, en El Mundo (http://www.elmundo.es/opinion/2018/09/16/5b9d4c8922601d2c428b457d.html). Se refiere,
claro está, al escabroso y candente asunto de La Tesis del Dr. Sánchez:
“En la bibliografía de la tesis se cita (página 341) un autor desconocido: Voir M. Granovetter (1985). El mismo que aparece citado, y del mismo modo, en la bibliografía (página 170) del libro. El señor Voir M. Granovetter no existe, aunque sí un cercano pariente suyo llamado M. Granovetter, autor de un artículo clásico en el que al decir de una persona entendida «plantea una crítica sociológica (en la tradición de Karl Polanyi) a la visión atomista del individuo en la economía neoclásica» y cuya «relación con la acción exterior fragmentada» -una frase de la tesis que remite a Granovetter- es, al parecer, inexplicable. A no ser que quepa explicarla por el mismo incurioso método intelectual que consiste en copypastear sin mesura, vaya usted a saber de qué remoto documento, no solo el nombre de Granovetter sino la voz francesa Voir, Ver, en francés.”
“En la bibliografía de la tesis se cita (página 341) un autor desconocido: Voir M. Granovetter (1985). El mismo que aparece citado, y del mismo modo, en la bibliografía (página 170) del libro. El señor Voir M. Granovetter no existe, aunque sí un cercano pariente suyo llamado M. Granovetter, autor de un artículo clásico en el que al decir de una persona entendida «plantea una crítica sociológica (en la tradición de Karl Polanyi) a la visión atomista del individuo en la economía neoclásica» y cuya «relación con la acción exterior fragmentada» -una frase de la tesis que remite a Granovetter- es, al parecer, inexplicable. A no ser que quepa explicarla por el mismo incurioso método intelectual que consiste en copypastear sin mesura, vaya usted a saber de qué remoto documento, no solo el nombre de Granovetter sino la voz francesa Voir, Ver, en francés.”
Todo esto me ha recordado tiempos felices, allá en Octubre de 1985, cuando publiqué en el ABC un artículo titulado “Deliberando Groserías”. Tan curiosa deliberación se refería, en boca de un muchacho puertorriqueño, a su trabajo en Nueva York de repartir paquetes de alimentos, delivering groceries. Al hilo de esos falsos amigos, surgió un clásico, el Profesor Undsoweiter, otrora muy citado por los eruditos a la violeta en las bibliografías jurídicas.
Baste aclarar que und so weiter en alemán quiere decir etcétera.
El Profesor Undsoweiter y el señor Voir M. Granovetter están bien acompañados por la célebre Marquesa Douairière, personaje de la otrora famosa novela "La Historia de San Michele". No muy lejos andan la Condesa Dowager, habitante de una serie de televisión, y un duque de fuego, víctima también de un apresurado traductor. El Presidente no innova; sigue una senda abierta hace tiempo.
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