Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: Una décima egipcia de Fidel Sendagorta

martes, 7 de agosto de 2012

Una décima egipcia de Fidel Sendagorta

Reconforta comprobar que aún quedan observadores capaces de ver la realidad tanto en clave ensayística como en clave poética. Uno de ellos es Fidel Sendagorta, que en la misma semana publicó un lúcido artículo (Euroescépticos y euroestoicos) y me envió desde Egipto una décima espinela llena de brillantes matices, y no sólo cromáticos.

Me dice el autor: "El primer verso está inspirado en una oración que gustaba mucho a Graham Greene y que empezaba así: Oh Jesus of the evening. Lo leí en su biografía y ahora no lo encuentro". Buceando gracias a Mr. Google en el Libro de las Horas y en el Book of Common Prayer encuentro algo muy próximo a la frase que gustaba a Graham Greene:
"Cristo, señor de la noche,
que disipas las tinieblas"
(Himno en las Completas, en la versión española y moderna del Libro de las Horas).
Lo curioso es que en la versión antigua, en latín, no encuentro esa advocación y sí otra bastante distinta:
 "Christe, qui, splendor et dies, noctis tenebras detegis..."
Ese himno también se cantaba a veces con el nombre de Christe qui lux. Parece ser extraordinariamente antiguo; los ingleses a veces lo atribuyen a San Beda el Venerable (siglo VII) y otros incluso a San Ambrosio (siglo IV). En el Book of Common Prayer, y sobre todo después de que los anglicanos -en un arrebato precursor de nuestros golpes católicos contra la belleza en la nueva liturgia, después del Concilio Vaticano II- uniesen las dos horas canónicas de Vísperas y Completas, ya sólo queda un tenue eco de la plegaria a Dios como Señor de la noche que disipa las tinieblas.

En fin, esta décima está, a todas luces, repleta de tornasoles psicológicos, espirituales e históricos, pero sobre todo parece un hermoso suspiro de esperanza en tiempos aciagos (palabra que por cierto viene de aegyptiacus). Celebro que su autor me permita publicarla.
Gracias Señor de la tarde
por la nube incandescente
y una charla intrascendente
bajo este cielo que arde.
Y no hay memoria que guarde
este instante tan precioso
pues que apenas deja poso
y una eternidad merece,
mientras el asombro crece
ante el misterio gozoso.
Fidel Sendagorta, El Cairo, Abril de 2012

1 comentario:

  1. "yo tambien llevo mi propia luz
    hacia mi propia noche" Gottfried Benn
    ha esta máxima me ha llevado la lectura, estupenda , de la décima de Fidel. Gracias!!!

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