Espigadas en lecturas
sin orden mas no sin concierto,
con procedencia verificable.
sin orden mas no sin concierto,
con procedencia verificable.
Pero si todas las tesis del reaccionario sorprenden al progresista, la mera postura reaccionaria lo desconcierta. Que el reaccionario proteste contra la sociedad progresista, la juzgue, y la condene, pero que se resigne, sin embargo, a su actual monopolio de la historia, le parece una posición extravagante. El progresista radical, por una parte, no comprende cómo el reaccionario condena un hecho que admite, y el progresista liberal, por otra, no entiende cómo admite un hecho que condena. El primero le exige que renuncie a condenar si reconoce que el hecho es necesario, y el segundo que no se limite a abstenerse si confiesa que el hecho es reprobable. Aquel lo conmina a rendirse, éste a actuar. Ambos censuran su pasiva lealtad a la derrota. El progresista radical y el progresista liberal, en efecto, reprenden al reaccionario de distinta manera, porque el uno sostiene que la necesidad es razón, mientras que el otro afirma que la razón es libertad. Una distinta visión de la historia condiciona sus críticas. Para el progresista radical, necesidad y razón son sinónimos: la razón es la sustancia de la necesidad, y la necesidad el proceso en que la razón se realiza. Ambas son un solo torrente de existencias.
[…]
El reaccionario no es el soñador nostálgico de pasados abolidos, sino el cazador de sombras sagradas sobre las colinas eternas.
"El reaccionario auténtico", por Nicolás Gómez Dávila
© Revista de la Universidad de Antioquia
Permítaseme un escolio al maestro de los escolios, Nicolás Gómez Dávila. Alegra descubrir al cabo de los años que uno tuvo un maestro desconocido. Digo desconocido porque hasta este verano no había leído nada suyo. Sabía de su existencia como se sabe de la del unicornio o la esfinge. Incluso recordaba haber recibido tiempo atrás un libro suyo, y haberlo perdido en el acto. Un día reapareció y luego todo se aceleró, como suele ocurrir. El Magister quondam Magisterque futurus se aparece en las páginas de otros libros, revistas o sitios de la red, citado con respeto, odio o envidia. En fin, yo ya sólo puedo aconsejar a quien no conozca al maestro, una vez más, empezar por la Wikipedia (Nicolás Gómez Dávila) y seguir luego buscando sus aforismos y ensayos. Y - de acuerdo o no - disfrutar de su inteligencia y belleza.
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Nota: Este comentario es copia del publicado en otro artículo de esta bitácora.
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En cierto modo el reaccionario del que habla Gómez Dávila recuerda al anarca que describe Ernst Jünger en Eumeswil, quizás por su sentido histórico, su distancia y su renuncia a la acción.
Gómez de Lesaca
Saludos.
Ser reaccionario hoy no es tanto una opción como un estricto deber. Una actitud indeclinable, un modo de mirar y pintar el mundo, tal como..."los Masais o las Clarisas Descalzas" (pag 111 de "El rompimiento de gloria")
ResponderEliminarAunque, a propósito del calzado, al escribir "clarisas" seguro que Vd. estaba pensando en las "carmelitas"... digo yo.
Gracias por su blog. Poder leerle es un placer inconmensurable.
Las Clarisas Descalzas existen,virtuosamente como siempre y,ahora,también virtualmente:tienen blog y están en facebook.Pero sí,yo debía de estar pensando en las Carmelitas Descalzas,aunque sólo fuese por su lema heráldico(Zelo zelatus sum pro Domino Deo exercitum),que invoca al Señor Dios de los Ejércitos con arrestos muy pre-conciliares.
ResponderEliminarSin embargo,también están ya en la Red.No hay quien pare el progreso.
¿Y el latinajo?
ResponderEliminarRoja tenías que ser. Magister quondam Magisterque futurus es calco del epitafio mítico del Rey Arturo: Rex quondam Rexque futurus. O sea, Rey que fue y será. Nicolás Gómez Dávila se convierte –al menos para mí– en el maestro que fue (aunque de manera inconsciente para mí) y será (de manera ya consciente).
ResponderEliminarLa otra redacción posible sería Magister quondam atque futurus: más eufónica pero menos histórica, puestos a plagiar a Sir Thomas Malory.
Pues claro que Caperucita Roja es Roja. Pero a lo que iba: Gómez Dávila parece más Merlín que Arturo.
ResponderEliminarQuizás.La lógica y la magia van juntas a veces.Y Pitágoras,Ramón Lull o Wittgenstein mezclaban lo esotérico con lo exotérico.
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