Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: julio 2024

jueves, 11 de julio de 2024

GENUS IRRITABILE VATUM

 

GENUS IRRITABILE VATUM,

La raza irritable de los poetas

(Horacio, Epístolas, II, 2, 102)

 

        José Ortega y Gasset por Ignacio Zuloaga


Una de las pocas ventajas de la vejez es la debilidad de la memoria. Acabo de releer y disfrutar de nuevo un texto de Ortega y Gasset que había leído hace menos de un año y olvidado enseguida.

Pero parejo a esa ventaja va el perpetuo inconveniente de la duda que tanto estorba al disfrute del críptico y sacro texto. Mi duda sobre este exabrupto de Ortega contra sus críticos es tan fácil como humillante de reconocer: no sé lo que mi admirado y querido maestro Ortega quería decir.

Sí, ya sabemos que nos iremos al otro mundo sin haber resuelto nuestras dudas, pero… Las dudas pueden ser tan sólidas como las certidumbres. En fin, juzgue el avezado lector el exabrupto del maestro frente a sus tal vez discípulos díscolos:

“Pensar que durante más de treinta años —se dice pronto— he tenido día por día que soportar en silencio, nunca interrumpido, a los pseudo-intelectuales cretinos de mi país que descalificaban mi pensamiento, porque «no escribía más que metáforas» —decían ellos. Esto les hacía triunfalmente sentenciar y proclamar que mis escritos no eran filosofía. ¡Y claro que afortunadamente no lo eran! si filosofía es algo que ellos son capaces de segregar. Ciertamente que yo extremaba la ocultación de la musculatura dialéctica definitoria de mi pensamiento, como la naturaleza cuida de cubrir fibra, nervio y tendón con la literatura ectodérmica de la piel donde se esmeró en poner el stratum lucidum. Parece mentira que ante mis escritos —cuya importancia aparte de esta cuestión, reconozco que es escasa— nadie haya hecho la generosa observación que es, además, irrefutable, de que en ellos no se trata de algo que se da como filosofía y resulta ser  literatura, sino, por el contrario, de algo que se da como literatura y resulta que es filosofía. Pero esas gentes que de nada entienden, menos que de nada entienden de elegancia, y no conciben que una vida y una obra puedan cuidar esta virtud. Ni de lejos sospechan por qué esenciales y graves razones, es el hombre el animal elegante. Dies irae, dies illa!”[1]

No lo puedo remediar, el tótem filosófico español que vivía en el siglo y en lo eterno, el que declaró Delenda est Monarchia el 15 de Noviembre de 1930 y se desdijo diciendo No es esto, no es esto el 6 de Diciembre de 1931, el mejor prosista del siglo XX, me cae siempre simpático. Y como simpatía en griego es condolencia en latín, me conduelo con Ortega y lo apoyo en su sonoro cabreo contra los “pseudo-intelectuales cretinos”. Aunque no sepa lo que habían dicho los cretinos, imagino que bobadas progres.




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[1] La idea de principio en Leibniz. Cap. 30 Creencia y verdad,1947, José Ortega y Gasset, Obras Completas, Tomo IX, Obra póstuma.