1 año
31 años
62 años
Margarete Wittgenstein (1882-1958), pintada por Gustav Klimt, 1905
Leer sobre
Wittgenstein es como comer angulas con guindillas: Wittgenstein es picante y
escurridizo. Leer a Wittgenstein no es lo mismo, es críptico, como las
inscripciones egipcias antes de que apareciese la Piedra de Rosetta.
Las últimas palabras de Wittgenstein, en el
lecho de muerte, fueron “Tell them I’ve had a wonderful life”[1].
Y el juicio más claro sobre él fue de
Alexander Waugh:
“Ludwig
Wittgenstein] has become an icon of the twentieth century —the handsome,
stammering, tortured, incomprehensible philosopher…”[2].
Entre ambas observaciones hay un espacio
grande e inseguro. Espacio, que no tiempo, pues Wittgenstein nació en 1889 y
murió en 1951 con tan sólo 62 años. Entre ambas fechas tuvo lugar la devastación
de Europa y de buena parte del resto del mundo por dos guerras mundiales,
varias crisis económicas y la transformación de la cultura mundial, todo ello
en un torbellino suicida.
Por esa larga serie de catástrofes mundiales,
absurdas o proféticas, o por su propia naturaleza de suma inteligencia y suma
excentricidad, Wittgenstein fue acumulando experiencias sorprendentes para él y
también para sus amigos y para sus enemigos. Valga de ejemplo su amistad con
Bertrand Russell. Cuando estaba en Trinity College, Cambridge, Wittgenstein fue
un día a ver a Russell y le dijo: “¿Crees que soy un idiota total, un idiota
absoluto?” A lo que Russell contestó: “¿Por qué quieres saberlo?” Y Wittgenstein
replicó: “Porque si soy un idiota me haré aeronauta, pero si no lo soy me haré
filósofo”. Le dije: “Mi querido amigo, no sé si eres un idiota absoluto o no,
pero si me haces un ensayo durante las vacaciones sobre cualquier asunto
filosófico que te interese, lo leeré y te contestaré”. Así lo hizo, y me lo
trajo al comienzo del siguiente trimestre. En cuanto leí la primera frase,
comprendí que era un genio y le aseguré que de ninguna manera debía hacerse
piloto. A principios de 1914 me vino a ver muy alterado y me dijo: “Me voy de
Cambridge ahora mismo”. “¿Por qué?” le pregunté. “Porque mi cuñado ha venido a
vivir a Londres y no puedo soportar el estar tan cerca de él”. Así es que pasó el resto del invierno en el
extremo Norte de Noruega. En tiempos anteriores una vez le pregunté a G. E.
Moore qué pensaba de Wittgenstein. “Tengo muy buena opinión de él” contestó. Le
pregunté por qué y me dijo: “Porque en mis conferencias parece perplejo y jamás
ningún otro lo parece”[3].
En
otro momento de la larga relación de amistad –poco a poco limitándose a lo
filosófico y profesional– Russell escribe a su amante Lady Ottoline Morrell, “lo invité [a Wittgenstein] a que admitiese
que no había ningún rinoceronte en la habitación, pero se negó”[4].
Cabe preguntarse si Wittgenstein era maniático,
o si Russell o Wittgenstein eran precursores de Ionesco. O si su retórica e
incluso su lógica eran metafóricas. Pero creo que no. Tampoco era un
jactancioso.
Se empieza a entender a Wittgenstein y de
paso también a Bertrand Russell. Tenían en común que eran como personajes de
novela. No parece que se creyeran que lo eran. Pero sí actuaban como tales. Con
muy poco exhibicionismo o quizás ninguno. Ambos tenían consciente o
inconscientemente un orgullo patricio. Con más fundamento, hasta su muerte
mucho después, tenía ese aplomo el III Conde de Russell. Se declaraba ateo y rojo
pero hacia 1946 exhortaba a lanzar un bombardeo atómico sobre la Unión
Soviética. Wittgenstein en plena Primera Guerra Mundial se escribe con Russell
sin dificultad desde el frente. Eso indica que en la Primera Guerra Mundial aún
subsistían características del siglo XIX.
Se tarda. Se tarda bastantes años en comprender que Wittgenstein es incomprensible en lo principal. Él mismo tardó en comprender que el Tractatus es incoherente por su polisemia. Ya en la Introducción al Tractatus (1922) escrita por Russell, éste avisaba de que “[…] Mr. Wittgenstein’s attitude towards the mystical […] grows naturally out of his doctrine in pure logic, according to which the logical proposition is a picture (true or false) of the fact, and has in common with the fact a certain structure […] but the structure cannot itself be put into words, since it is a structure of words, as well as of the facts to which they refer. Everything, therefore, which is involved in the very idea of the expressiveness of language must remain incapable of being expressed in language, and is, therefore, inexpressible in a perfectly precise sense" [5] .
Hay otro motivo para no entenderlo. La vanidad. El lector suele ser reacio a confesar (y confesarse) que no entiende el Tractatus. Ni la versión original en alemán, ni la traducción oficial en inglés, dirigida por el propio Wittgenstein. Tal vez sean frecuentes casos como éste de una lengua propia individual, algo más que gorjeos y menos que jerga. En todo caso el Tractatus, al igual que las Philosophical Investigations, resultan casi incomprensibles para más de un lector, incluido quien esto escribe y también, el propio Alexander Waugh, horresco referens.
En
cada etapa de su vida, Wittgenstein escribía con un estilo distinto y —más
importante aún— con una clave distinta. Podía escribir las mismas palabras para
describir cosas distintas. Por ello es casi imposible hacer una
antología de citas sin caer en un guirigay dodecafónico o hundirse en el canto
de las sirenas. Puestos a ello, urge preferir los cánticos de las sirenas, por
peligrosos que sean.
Wittgenstein tan sólo vio publicado un libro suyo, Tractatus logico-philosophicus. Pero dejó ya preparado para su publicación otro libro titulado Philosophical Investigations. Ambos se caracterizan por ser de muy difícil o difícil lectura, aunque a veces el autor parece acudir al viejo recurso del alivio cómico, como es el caso del pato-conejo.
Ilusión pato-conejo, de Joseph Jastrow, 1892
En cambio, su obra póstuma Culture and
Value (subtitulada A Selection from the Posthumous Remains) es de
fácil y agradable lectura. La edición corrió a cargo de Georg Henrik von Wright.
Este último era muy sensible al aspecto aforístico de buena parte de esta obra,
aunque también subrayó que “muchos de los más impresionantes aforismos
de Wittgenstein se encuentran en sus obras filosóficas –en las Notas de
la Primera Guerra Mundial, en el Tractatus y en las Investigaciones también”[6].
Corolario de lo que antecede es el
movimiento pendular habitual en los escritos de Wittgenstein, donde tarde o
temprano aparece un aforismo –a veces incluso comprensible– que asoma como una
roca batida por las olas turbulentas. Por ejemplo, la proposición I: “The
world is everything that is the case” (“El mundo es todo lo que es el caso”[7]). O la última proposición, la VII: “Whereof one cannot speak, thereof one must be
silent” (“De lo que no se puede hablar hay que callar”[8]).
En ocasiones los aforismos recogidos
en Culture and Value [9] aparecen agrupados en un párrafo como naranjas en
una rama, en este caso la primera página del libro:
“You
get tragedy where the tree, instead of bending, breaks. Tragedy is something unjewish.
Mendelssohn is perhaps the most untragic of composers.
Tragically holding on, defiantly holding on to a tragic situation in love
always seems to me quite alien to my
ideal. Does that mean my ideal is feeble ? I cannot & should not
judge. If it is feeble then it is bad. I believe that fundamentally I have a
gentle & calm ideal. But may God protect my ideal from feebleness &
mawkishness!”. [página 3]
Hay
tragedia donde el árbol en vez de doblarse se rompe. La tragedia no es cosa
judía. Mendelssohn es tal vez el menos
trágico de los compositores. Aguantar trágicamente, desafiar agarrado a una
situación trágica en el amor siempre me pareció algo muy ajeno a mi ideal.
¿Quiere eso decir que mi ideal es débil? No puedo y no debo juzgar. Si
es débil, es malo. Creo que en el fondo tengo un ideal suave y tranquilo. ¡Pero
que Dios proteja mi ideal de la debilidad y el sentimentalismo!
MS
107. circa 1929
No recuerdo, ni siquiera en los momentos más
frívolos e inspirados de Oscar Wilde, una lluvia semejante de nueve aforismos,
por lo demás, sonrientes y alegres. A veces como en el anterior ejemplo, tragedy
is something unjewish, dando forma caprichosa a algo claramente falso. ¿Acaso
la Biblia es unjewish? ¿Y la muerte de Cristo, no es la quintaesencia de
la tragedia?
El libro entero, ya de por sí una selección, es una mina de muy
diferentes minerales, de lo trágico a lo cómico y de lo superficial a lo
profundo. En la selección que hizo G. H. von Wright se codean bromas y
tragedias, y muy pocos textos están guardados por Wittgenstein para
aprovecharlos en su labor filosófica.
Within the history of the peoples of Europe the history of the Jews is not treated so circumstantially as their intervention in European affairs would actually merit, because within this history they are experienced as a sort of disease, anomaly, & nobody wants to put a disease on the same level as normal life.
MS 154.1931
En la historia de los pueblos de Europa
la historia de los Judíos no es tratada tan detalladamente como su intervención
en los asuntos europeos lo merecería, ya que dentro de esa historia los Judíos
son considerados como una especie de enfermedad, anomalía y nadie quiere
colocar una enfermedad al mismo nivel que la vida normal.
In Christianity it is as though God said to human beings : don’t act a tragedy, that is to say, don’t enact heaven & hell on Earth, heaven & hell are my affair.
MS 111. 1931
En la Cristiandad es como si Dios dijera a
los seres humanos: no representes una tragedia, es decir, no representes el
cielo y el infierno en la Tierra, el cielo y el infierno son mi asunto.
The inexpressible (what I find enigmatic & cannot express) perhaps provides the background, against which whatever I was able to express acquires meaning.
MS 112.1931
Lo inexpresable (lo que me parece
enigmático y no puedo expresar) tal vez proporciona el telón de fondo sobre el
cual cualquier cosa que soy capaz de expresar adquiere significado.
Tal vez el origen de este párrafo esté en el
último del Tractatus logico-philosophicus, antes citado: “Whereof
one cannot speak, thereof one must be silent”, o sea “De lo que no se
puede hablar hay que callar”.
Y tal vez a esto se refería Bertrand Russell
en su Introducción al Tractatus: “The totalities concerning which Mr.
Wittgenstein holds that it is impossible to speak logically are nevertheless
thought by him to exist, and are the subject-matter of his mysticism” (“Las
totalidades a propósito de las cuales el Sr. Wittgenstein sostiene que es
imposible hablar lógicamente son sin embargo en su opinión algo que existe y
son el objeto y materia de su misticismo”).
Creo que no soy el único a quien
Wittgenstein da vértigo con sus Proposiciones. Por fortuna, tarde o
temprano vuelve al alivio cómico con frases como esta:
It is often only very slightly more disagreeable to tell the truth than a lie; only about as much as is drinking bitter rather than sweet coffee; & yet even then I have a strong inclination to tell the lie.
MS 162B. 21 de Agosto de 1940
A menudo, tan sólo es un poco más
desagradable decir la verdad que una mentira; tan sólo más o menos como es
beber café amargo en vez de endulzado, y sin embargo, incluso entonces tengo
una fuerte inclinación a decir la mentira.
La cita es fascinante por la fecha.
Se trata del apogeo del Blitz sobre Londres y Wittgenstein estaba dando clases
de filosofía en Cambridge en Agosto de 1940. Aquellas semanas angustiosas para
los británicos, la única nación de Europa que todavía resistía al Eje, no
parecía turbar sobremanera a Wittgenstein.
The whole
Earth cannot be in greater distress than one soul.
Christian
faith –so I believe– is refuge in this ultimate distress.
Someone to
whom it is given in such distress to open his heart instead of contracting it,
absorbs the remedy into his heart.
Someone who in this way opens his heart to God in remorseful confession opens it for others too. He thereby loses his dignity as someone special & so becomes like a child. That means without office, dignity & aloofness from others. You can open yourself to others only out of a particular kind of love. Which acknowledges as it were that we are all wicked children.
MS 128.1944
La Tierra entera no puede tener mayor
pesadumbre que un alma.
La fe cristiana –eso creo– es refugio
en esta máxima pesadumbre.
A quien le es dado en esa pesadumbre
abrir su corazón en vez de encogerse, absorbe en su corazón el remedio.
Aquel que de esta manera abre su
corazón a Dios en confesión con remordimientos, lo abre también a otros. De tal
manera pierde su dignidad como alguien especial y se convierte en un niño. Eso
quiere decir sin trabajo, dignidad y distancia de otros. Puede uno abrirse a
otros tan sólo con un tipo especial de amor. Lo cual equivale a reconocer que
somos todos niños díscolos.
The less somebody knows & understands himself, the less great he is, however great may be his talent. For this reason our scientists are not great. For this reason Freud, Spengler, Kraus, Einstein are not great.
MS 130. 1 de Agosto de 1946
Cuanto menos alguien se conoce y
comprende a sí mismo, menos grande es, por muy grande que sea su talento. Por
esa razón nuestros científicos no son grandes. Por esa razón Freud, Spengler,
Kraus, Einstein no son grandes.
The hysterical fear of the atom bomb the public now has, or at least expresses, is almost a sign that here for once a really salutary discovery has been made.
MS 131. 19 de Agosto de 1946
El miedo histérico a la bomba atómica que el
público tiene ahora, o por lo menos lo expresa, es casi una señal de que ahora
por fin se ha hecho un descubrimiento de verdad saludable.
I often fear madness.
MS 132. 19 de Octubre de 1946
A menudo temo la locura.
Madness doesn’t have to be regarded as an illness. Why not as a sudden–more or less sudden– change of character?
MS 133. 23 de Octubre de 1946
La locura no necesariamente ha de ser
considerada una enfermedad. ¿Por qué no verla como un cambio de carácter
súbito, más o menos súbito?
“It is high time for us to compare this phenomenon with something different”– one may say. – I am thinking, e.g. of mental illnesses.
MS 133. 29 de Octubre de 1946
“Ya es hora de que comparemos este fenómeno
con algo diferente” –podría uno decir. – Estoy pensando, por ej. en
enfermedades mentales.
The fundamental insecurity of life. Misery, everywhere
you look.
The grinning faces of idiots may, it is true, make us think they do not really suffer ; but they do, only not in the same place as the more intelligent.
MS 133. 12 de Noviembre de 1946
La inseguridad fundamental de la vida. Desdicha,
donde miremos.
Las caras sonrientes de los idiotas
pueden, es verdad, hacernos pensar que ellos no sufren realmente; pero sí
sufren, aunque no en el mismo lugar que otros más inteligentes.
Sometimes a sentence can be understood only if it is read at the right tempo. My sentences are all to be read slowly.
MS 134. 28 de Marzo de 1947
A veces una frase tan sólo se entiende si se lee con el tempo adecuado. Mis frases han de ser leídas todas despacio.
“Wisdom is grey”. Life on the other hand & religion are full of colour.
MS 134. 27 de Junio de 1947
“La sabiduria es gris”. En cambio,
la vida y la religión están llenas de color.
Where there is bad management in the state, I believe, bad management is fostered in families too. A worker who is ready for a strike at any time will not bring up his children to respect order either.
MS 135. 27 de Julio de 1947
Donde hay mala administración en
el Estado, creo que se fomenta la mala administración también en las familias.
Un trabajador que está preparado para una huelga en cualquier momento tampoco
criará a sus hijos para respetar el orden.
Life is like a path along a mountain ridge ; right & left smooth slopes down which you slide in this or that direction without being able to stop yourself. I keep seeing people slip like this & I say : “How could anyone help himself in that situation !” And that is what « denying free will » comes to. That is the attitude that expresses itself in this « belief ». But it is not a scientific belief, has nothing to do with scientific convictions.
MS 135. 28 de Julio de 1947
La vida es como un sendero en la cresta de una montaña; a la derecha y a la izquierda hay laderas lisas desde donde puede uno deslizarse en tal o cual dirección sin ser capaz de pararse. Veo a gente que allí resbala de esa manera y digo: “¡cómo puede nadie reponerse en esa situación’” Y eso es a lo que “la negación del libre albedrío” lleva. Esa es la actitud que se expresa en esta “creencia”. Pero no es una creencia científica, nada tiene que ver con las convicciones científicas.
It is important for our approach, that someone may feel concerning certain people, that he will never know what goes on inside them. He will never understand them. (Englishwomen for Europeans).
MS 137. 9 de Julio de 1948
Es importante para nuestro análisis que
alguien pueda sentir a propósito de ciertas personas que él nunca sabrá lo que
llevan dentro. Que nunca las comprenderá. ([Como] las mujeres inglesas para los
europeos).
When he was old Charlemagne tried unsuccesfully to learn to write; & someone may be similarly unsuccessful in trying to learn a new line of thinking. He never becomes fluent in it.
MS 137. 5 de Noviembre de 1948
Cuando Carlomagno era viejo intentó sin éxito aprender a escribir. Algunos pueden ser igual de fracasados al intentar aprender una nueva línea de pensamiento. Nunca adquieren soltura.
Al llegar a este punto, el lector cree ver confirmada su sospecha de que Wittgenstein padecía una de las formas de desequilibrio mental no del todo graves. Los verdes valles de la locura… ¿pueden ser envidiables?
Tradition is not something that
anyone can pick up, it’s not a thread, that someone can pick up, if & when
he pleases; any more than you can choose your own ancestors. Someone who has no
tradition & would like to have it, is like an unhappy lover.
The happy lover & the unhappy lover both have their particular pathos. But it is harder to bear yourself well as an unhappy lover than as a happy one.
MS 137. 29 de Noviembre de 1948
La tradición no es algo que cualquiera puede
recoger, no es un hilo que alguien puede retomar como y cuando quiera; como
tampoco puede uno escoger a sus propios antepasados. Alguien que no tiene
ninguna tradición y quisiera tenerla es como un amante infeliz.
Ambos, el amante feliz y el amante desdichado
tienen su personal patetismo. Pero es más difícil comportarse como un amante desdichado
que como uno feliz.
Philosophy hasn’t made any progress ? –If someone scratches where it itches, do we have to see progress ? Isn’t it genuine scratching otherwise, or genuine itching ? And can’t this reaction to the irritation go on like this for a long time, before a cure for the itching is found ?
MS 174. 1950
¿La filosofía no ha hecho ningún progreso? Si alguien se rasca donde pica, ¿hemos de ver ahí progreso? ¿No es otra cosa el auténtico rascar, o el auténtico picor? ¿Y no puede esa reacción ante la irritación continuar así durante mucho tiempo, antes de que la cura para el picor se encuentre?
Is the sense of belief in the Devil this, that not everything that comes to us as an inspiration is good ?
MS 175. 17 de Marzo de 1951
¿Denotará la creencia en el Demonio que
no todo lo que nos llega como una inspiración es bueno?
Y así terminan, con este
inquietante y penúltimo aforismo sobre el Demonio, estas reflexiones sobre Cultura
y Valor. El lector se queda perplejo, sin saber si el Innombrable es el amo
del mundo.
Post Scriptum
La Proposición 1 del Tractatus logico-philosophicus
de Wittgenstein dice[11]:
El
mundo es todo lo que es el caso.
El
mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.
El
mundo viene determinado por los hechos, y por ser éstos todos los
hechos.
Porque
la totalidad de los hechos determina lo que es el caso y también todo cuanto no es el
caso.
Los
hechos en el espacio lógico son el mundo.
El
mundo se descompone en hechos.
Algo
puede ser el caso o no ser el caso, y todo lo demás permanecer igual[10].
Dicha
Proposición puede interpretarse como una reformulación de la eterna pregunta:
¿Por qué hay el ser y no
la nada?
A lo cual muchos contestan:
Porque Dios es Creador.
Pero siempre puede replicarse:
¿Y por qué hay Dios y no
la nada?
De esto se puede seguir
argumentando durante la eternidad, sin que ninguno de los interlocutores se
percate de que están prisioneros de una aporía.
Bibliografía
Tractatus
logico-philosophicus
Por Ludwig Wittgenstein, introducción por Bertrand Russell, 1922
¿Inefable?
¿O en clave?
La primera proposición: Die Welt ist alles, was der Fall ist (El mundo es todo lo que es el caso).La última: Wovon man nicht sprechen kann, darüber muss man schweigen (De lo que no se puede hablar hay que callar).
Tractatus
logico-philosophicus
Por Ludwig Wittgenstein, versión e introducción de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera, 2003
La traducción al español, de
2003, parece diferir de la traducción al inglés de Ogden, de 1922. Y no tiene
la versión original en alemán.
Philosophical Investigations
Por Ludwig Wittgenstein, traducción al inglés por G.E.M. Anscombe, P.M.S. Hacker y Joachim Schulte, 1958
Tan críptico como el Tractatus
pero mucho más largo.
Publicado
póstumamente en 1953 y 1958.
Ludwig Wittgenstein, Culture and Value. A Selection from the Posthumous Remains
Edited by Georg
Henrik von Wright, 1977
El subtítulo es un guiño al lector pero la verdad es que el contenido, sacado de los manuscritos del autor, es una mezcla refrescante de ironía y sabiduría.
Ludwig Wittgenstein, The duty of genius
Por Ray Monk, 1991
Excelente biografía, muy
detallada y sin embargo amena. Ray Monk casi nunca deja que sus propias ideas
condicionen la descripción de lo ocurrido, salvo al final de la vida de
Wittgenstein, cuando Monk se empeña en convencer al lector de que su
biografiado no era creyente.
Por Ludwig Wittgenstein, trad. Elsa Cecilia Frost, prólogo de Javier Sádaba, 1995
El texto es tan sólo una parte de
la versión en inglés y alemán antes citada. El prólogo de Sádaba vale poco y el
prefacio de Georg Henrik von Wright vale mucho.
Wittgenstein’s Poker, the story of a ten-minute argument
between two great philosophers
Por David Edmonds y John Eidinow, 2001
La reunión en Cambridge en Octubre de 1946 duró unos diez
minutos, y se acabó cuando Wittgenstein se enfadó con Popper y agitó el
atizador (poker) hasta que intervino Russell para calmarlo. El libro
tiene gracia y parece veraz.
Ludwig Wittgenstein, Diarios secretos
Por Ludwig Wittgenstein, trad. de los Diarios Secretos por Andrés Sánchez Pascual y los Cuadernos de Guerra por Isidoro Reguera, 1991.
Merece la
pena aunque sólo sea por ver cómo Wittgenstein reconoce el miedo en las
trincheras y no se jacta de su constante valor, que constó a sus jefes y
compañeros. Es curioso como ese hombre de izquierdas detesta a la soldadesca de
su propio bando por ser grosera y zafia.
Por Alexander Waugh, 2008
Ludwig
Wittgenstein era uno de cinco hermanos y tres hermanas. Tres de sus hermanos se
suicidaron, otro quedó manco en la guerra pero se convirtió en un gran
pianista. Las tres hermanas también tenían algunos rasgos excéntricos. Ludwig
no es el principal personaje de este libro, pero Alexander Waugh, el autor
inglés escribe sobre el gran austriaco con todas las trazas de atrevimiento de
su abuelo Evelyn Waugh.
Tiempo de magos. La gran década de la filosofía 1919-1929 (Zeit der zauberer) por Wolfram Eilenberg, 2018.
La exégesis que hace Eilenberger del Tractatus logico-philosophicus es admirable. Incluso logra explicar la proposición: 7 De lo que no se puede hablar, es mejor callar. Lo explica pero yo no lo entiendo, tal como al propio Bertrand Russell le ocurría. La verdad es que lo más útil que hace Eilenberger es iluminar parte del Tractatus de esta manera: Proposición 6.372 … los antiguos eran aún más claros, en cuanto que reconocían un límite preciso mientras que el sistema moderno quiere aparentar que todo está explicado. La verdad es que el autor alemán explica con más sencillez que ningún otro exégeta el Tractatus y la misma vida de Wittgenstein.
Filmografía
Wittgenstein: A Wonderful Life (1989). YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=LpJwW0vW54E
Esta película está muy bien hecha y termina uno creyendo que ha entendido al críptico pensador.
Epílogo
Era el tercer o cuarto asedio. Volví a fracasar. Pero il y a des défaîtes qui font pâlir d’envie certaines victoires… Sí, hay derrotas que hacen palidecer de envidia a ciertas victorias.
Ni yo ni Google sabemos quién dijo esto, y llevo años buscándolo. Dejemos a la cita su halo misterioso.
Y prometo completar en breve el presente comentario añadiendo un resumen de la vida agitada de Ludwig Wittgenstein. En este artículo tan sólo me he permitido un alivio de luto reproduciendo el retrato sonriente y lleno de color de Margarete Wittgenstein, hermana del filósofo.
[1] “Diles que he tenido una vida maravillosa”.
[2] “[Ludwig Wittgenstein] se ha convertido
en un icono del Siglo XX —el bien parecido, tartamudo, torturado,
incomprensible filósofo…” The House of Wittgenstein. A Family at War, por Alexander
Waugh, 2008.
[3] Autobiography, Bertrand
Russell, 1975.
[4] Ludwig Wittgenstein, Diarios secretos. Ludwig Wittgenstein, trad. de los Diarios Secretos por Andrés Sánchez Pascual y los Cuadernos de Guerra por Isidoro Reguera, 1991.
[5] “[…]La actitud del Sr. Wittgenstein hacia
lo místico […] crece naturalmente de su doctrina en pura lógica, con arreglo a
la cual la proposición lógica es un retrato (verdadero o falso) del hecho, y
tiene en común con el hecho una cierta estructura […] pero la estructura en sí
no se puede poner en palabras, puesto que es una estructura de palabras,
al igual que los hechos a los que aquellas se refieren. Todo, pues, que está
implicado en la misma idea de la expresividad del lenguaje debe permanecer
incapaz de ser expresado en lenguaje, y es, por tanto, inexpresable con un
sentido perfectamente exacto”. Trad.propia.
[6] Culture and Value. A
Selection from the Posthumous Remains, de Ludwig Wittgenstein. Edited by Georg Henrik von Wright, 1977.
[7] Así suele aparecer traducido al español,
como en la versión de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera,
2003.Pero la tentación vulgar de alguien que no sepa alemán ni inglés sería
traducirlo como: “El mundo es todo lo que hace al caso”.
[8] Traducción de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera, 2003.
Hay que aclarar, con todos los respetos que se merecen los citados traductores
al español, que la traducción al inglés goza de especial autoridad ya que fue
revisada por el propio Wittgenstein.
[9]
[10] Versión e introducción de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera, 2003.
[11] 1. The world is everything that is the case.
1.1 The world is the totality of facts, not of things.
1.11 The world is determined by the facts, and by these
being all the
facts.
1.12 For the totality of facts determines both what is
the case, and
also all that is not the case.
1.13 The facts in logical space are the world.
1.2 The world divides into facts.
1.21 Any one can either be the case or not be the case,
and everything
else remain the same.
Tractatus
Logico-Philosophicus, de
Ludwig Wittgenstein, 1922.
Enlaces relacionados:
La gran sindéresis
Charles Baudelaire. Reaccionarios Liberales o Liberales Reaccionarios I
Liberales Reaccionarios (II)
Juan de Valdés y Julia Gonzaga o El Hereje Conquense y la Infinita Belleza
Muchas gracias don Santiago... Juan viejo
ResponderEliminarEnhorabuena Santiago, la entrada del blog es magnífica, porque pones como siempre el dedo en la llaga, cosa que nadie se atreve a hacer, porque al hacerlo parece que no es capaz de entender la herida, y que poner ese dedo sobre la llaga es síntoma de torpeza o limitación. Encarar al toro por derecho es algo que nadie se atreve a hacer con un pensador que es ya un mito, una suerte de estrella del rock antes del rock, y entonces solo queda la adhesión inquebrantable del groupie, pero nunca el cuestionamiento, y menos el esfuerzo que tú haces, que no es tanto rebatirlo, eso es muy fácil, sino tratar de verdad de entenderlo. Con la biografía podrías redondear un librito, librín dirían en Asturias, una suerte de aproximación al personaje y a su pensamiento, con las citas que incluyes.
ResponderEliminarY me alegra comprobar que te llegó el Tiempo de Magos que encargamos el día que nos vimos, a mí me gustó por ayudarme a entender el periodo y por lo dispar de las respuestas al fin de la filosofía clásica, me recordó a EL Ruido Eterno de Alex Ross, que cuenta el mismo periodo pero en la música, cuando las vanguardias terminan por romper las costuras, y como digo yo en mi Ruido, el problema no es tanto que valore eso que has hecho rompiendo las costuras, sino que lo llames música o pretendas que lo entienda. Y por la misma vía va la filosofía, con Benjamin dedicándose a poner el foco en lo pequeño, en lo fragmentario, y Wittgenstein rompiendo él las costuras del pensamiento, y con ello las del lenguaje mismo. Nos quedaría un tercer ensayo sobre lo literario del mismo periodo, con Finnegans Wake o el Altazor de Huidobro como fin de fiesta. Lo dicho, enhorabuena.
¡Está claro hay que volver a la a e i o u!. Las palabras necesitan su purificación, sin sonoridad desde hace mucho tiempo...
ResponderEliminarExcelente artículo . Es de agradecer su mérito y esfuerzo. A su servicio don Santiago.
ResponderEliminarPara nada, totalmente equivocado: " “La sabiduría es gris"; la sabiduría viene del Cielo y es clara, no tiene nada de gris, viene de la Palabra, Luz de Luz. El gris es utilizado para engañar y todo lo intelectual se queda en nada.
ResponderEliminarImagino la sonrisa beatífica de Wittgenstein si le llega noticia al Cielo de su excomunión tardía y anónima desde la Tierra.
EliminarLe recuerdo a nuestro corresponsal Anónimo la nota literal de Wittgenstein el 27 de Junio de 1947:
“Wisdom is grey”. Life on the other hand & religion are full of colour (“La sabiduria es gris”. En cambio, la vida y la religión están llenas de color).
Ya, mi comentario ha sido en base a lo escrito en el post y que Usted me hace recordar " La sabiduría es gris. En cambio, la vida y la religión están llenas de color". ¿ Y?.
EliminarEsperemos que el Señor Ludwig salvara su alma en el juicio particular, eso solo lo sabe el Dueño de la Vida y la muerte, el Dueño de la Historia.
Vuelvo a decir que la sabiduría nunca es gris y nada que ver con la intelectualidad como humanamente la conocemos. La vida si tiene color y es un Don, el hombre es la que la estropea con su voluntad propia y en cuanto a la religiones hasta el mismo hombre se crea la religión propia suya, pero estas religiones son perecederas.
El hombre y su Yo, ser Dios para sí mismo y para los demás, y hasta lo intelectual tiene vanidad y soberbia así también las palabras. Lo difícil es que un intelectual engañado llegue algún día a decirse...¿ me parece a mí que he sido engañado o no?, ojalá hubiera muchas almas que llegaran en su corazón a plantearse tal cuestión, sería maravilloso. No sé si el señor Ludwig llegó a esa conclusión.
Pues me quedo Señor de Tamarón con dos cosas para poder mostrar, una el cariño que le dio su maestra cuando Usted era niño, porque el amor sí que construye y solo necesita de palabras muy sencillas pero verdaderas, ahí no hay teatralidad ni engaño normalmente, y me quedo también con la escena en la que Usted una vez comentó, cuando su padre vio que Usted fue a un programa de televisión cuando joven y empezó a hablar de forma presumida o algo así, Usted mismo comentó, que su padre le dijo: " muchacho tú por qué has hablado así y no como tu normalmente hablas ?, esa escena verdadera que podría ser literaria es la que vale mucho. Su padre defendió la autenticidad, a mi parecer, que no es poco en cualquier tiempo.
Quizás Don Santiago el Señor Ludwig necesitó más la cura de su alma y no tanta intelectualidad mal sana, no toda la intelectualidad es insana claro, pero hay muchas que sí y según lo que leamos afecta o no al alma, San Juan Bosco sabría más de esto y San Felipe Neri. Ojalá salvara su alma en el último instante este Señor.
EliminarLos detalles de su biografía, la historia de sus tres hermanos, las cadenas intergeneracionales intervienen en la vida de este Señor también, la historia de sus antepasados...herencia generacional. Quizás no sabemos si se encontró con un San Gabriel de la Dolorosa y le sanó su alma. Una palabra al sol se ve mejor que no en la oscuridad de la tarde o noche. Quizás no sabemos para el Señor Ludwig la escena literaria mayor y mejor fuera la Oración en el Huerto de Getsemaní.
ResponderEliminarBuenas noticias, Señor Anónimo o Señores Anónimos. Mi maestra Conchita me sugiere contestarles a ustedes con la dedicatoria del Volumen I de “Entre líneas y a contracorriente”: “A Conchita Guzmán Lopátegui, conservadora republicana, católica anticlerical, maestra de escuela depurada en 1939, socorrida por tres falangistas que le encomendaron la educación de sus hijos. Tal vez sin darse cuenta, me enseñó a pensar a contracorriente y a escribir entre líneas, y a intentar hacerlo sin odio. Que Dios la tenga en su Gloria.”
ResponderEliminar¡Esperemos que la Señora Conchita Guzman esté en la Gloria, si fue virtuosa en su vida y ofreció cariño y buena enseñanza a los niños!. Y sí, también es Santa Catalina de Siena la que sabía de " la contracorriente".
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