Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: Sobre Entre líneas y a contracorriente

miércoles, 17 de abril de 2019

Sobre Entre líneas y a contracorriente

 
   Lo único que sé a ciencia cierta de quien firma esta reseña con el nombre de la Madre de todas las Musas, Mnemósine, es que su generosidad va más allá de mis merecimientos. Cuando se refiere a mi capacidad de "reflejar deseos, sueños, imágenes y pensamientos a través de la palabra escrita" me temo que en vez de capacidad debería atribuirme tan sólo una aspiración muy extendida entre cuantos escribimos, sin que en mi caso los logros lleguen muy lejos. 

   Esto es lo que me siento obligado a decir, ya que la modestia levemente hipócrita es la mínima cortesía que el escritor debe al crítico. Pero, tras ello, el plumilla sonríe feliz y convencido de que Mnemósine es perspicaz y sincera. Y, por supuesto, acierta en la enumeración de los fines que persigue como escritor. Pues ocurre que todos esos fines y propósitos, el reflejo por escrito de los deseos, sueños, imágenes y pensamientos, son ni más ni menos que "el espejo al borde de un camino", la novela concebida por Stendhal.

   Y aunque en Entre líneas y a contracorriente hay una novela y varios cuentos, el resto - equiparable en propósito ya que no en valía - podría haberse llamado, copiando a Carl Gustav Jung, "recuerdos, sueños y pensamientos". Es decir, todo lo que se le pasa por la cabeza a un escritor o a cualquiera que sin serlo piense en lo que ha vivido, visto y leído. Y lo desmenuce y vierta en... ¿un cajón de sastre? Tal vez suene mejor un cuaderno de bitácora, aunque viene a ser lo mismo.

   En cualquier caso, quien dedique tiempo a mirar y a reflexionar sobre el contenido del cajón de sastre o cuaderno de bitácora es digno del agradecimiento del autor, tan sólo comparable al agradecimiento de un insecto hacia el curioso entomólogo.



Sobre Entre líneas y a contracorriente

     Entre los numerosos recovecos que ofrece Internet y a modo de desván o camarote, el lector curioso y quizás un tanto despistado puede acabar encontrándose con el blog o bitácora de Tamarón.
Ese lector que, tal vez desconcertado,franquee la puerta del sitio web, descubrirá entre sorprendido y maravillado un oasis en el que las palabras fluyen dando vida y reflejando no sólo opiniones sino también los numerosos saberes y divertimentos creados por su autor, Santiago Mora-Figueroa, Marqués de Tamarón.
Santiago ha conseguido lo que es el sueño y deseo oculto de muchos apasionados lectores: ha logrado atravesar, como Julio César, el Rubicón y reflejar deseos, sueños, imágenes y pensamientos a través de la palabra escrita. Lo hace con gran maestría y habilidad, y con multitud de registros que reflejan en buena parte las distintas facetas de su personalidad y amplia cultura.
Resulta un placer, altamente recomendable, acompañar a nuestro autor a un paseo por la Sierra de Guadarrama, profundizar en el sentido del liberalismo y los desafíos que plantea la democracia o reconocer en sus preocupaciones algunas de las que pueden asaltar frecuentemente al lector. Otras entradas imprescindibles son las relacionadas con la crítica literaria y sus botones de muestra y, por último, el blog permite disfrutar de El rompimiento de Gloria, una novela para muchos desconocida pero de apasionante lectura y que en ningún caso deja indiferente.
Santiago es inquieto y, pese al éxito de su blog, ha decidido ir más allá y, volver a cruzar un segundo Rubicón, pasando a editar en papel su blog. El resultado es Entre líneas y a contracorriente, tres volúmenes editados la pasada primavera en los que se recogen de manera cronológica todas las entradas de su blog hasta la fecha de edición.
La decisión de Santiago de recoger en papel el contenido de su blog responde, creo, no sólo a su temor a lo fugaz de Internet y lo etéreo de "la nube" sino a una voluntad de facilitar la consulta a todos sus lectores y así lo demuestra el índice de contenidos, que sistemáticamente recoge todas las entradas desde 2008.
Habrá quienes prefieran la bitácora con sus acertadas ilustraciones y la viveza de sus comentarios y quienes, por el contrario, elogien la decisión de Santiago de editar y compilar en tres volúmenes el contenido de estos diez años. A mi modo de ver, es difícil decantarse por una u otra opción ya que ambas pueden ser complementarias y la facilidad y viveza del chat merecen ser recogidas para ser custodiadas no solo en un rincón de Internet sino también en un anaquel de nuestras bibliotecas.


 Mnemósine                       

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