Cumplo ahora con el compromiso y publico a continuación el original y las cinco traducciones. Espero que disfruten con esta serie de versiones, todas ellas competentes y algunas muy hermosas. Me gustaría saber cuál prefieren ustedes y por qué. Además del original, claro es.
Quand vous serez bien vieille
Quand vous serez bien vieille, au soir, à la chandelle,
Assise auprès du feu, dévidant et filant,
Direz, chantant mes vers, en vous émerveillant
Ronsard me célébrait du temps que j’étais belle.
Lors, vous n’aurez servante oyant telle nouvelle,
Déjà sous le labeur à demi sommeillant,
Qui au bruit de mon nom ne s’aille réveillant,
Bénissant votre nom de louange immortelle.
Je serai sous la terre et fantôme sans os :
Par les ombres myrteux je prendrai mon repos :
Vous serez au foyer une vieille accroupie,
Regrettant mon amour et votre fier dédain.
Vivez, si m’en croyez, n’attendez à demain :
Cueillez dès aujourd’hui les roses de la vie.
(Soneto de Pierre de Ronsard, 1587)
When you are old
When you are old and grey and full of sleep,
And, nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;
How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true,
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face;
And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how Love fled
And paced upon the mountain overhead
And hid his face amid a crowd of stars.
(Versión libre de W.B. Yeats, 1893)
Cuando vieja ya seas, y a la luz de una vela
te sientes junto al fuego, con el hilo en la mano,
al entonar mis versos, con estupor de abuela,
dirás: cuando era bella, Ronsard me alabó en vano.
No vivirá ya entonces la criada en duermevela,
casi rendida al término del quehacer cotidiano,
que al oír ¡Ronsard! despierte, con voz que el sueño vela,
bendiciendo, al nombrarte, lo inmortal de lo humano.
Fantasma deshuesado, yo estaré bajo tierra,
y entre mirtos sombríos de mi paz gozaré;
tú, anciana, que los ojos junto al rescoldo cierra
mi amor lamentarás y el desdén de mi fe.
No esperes a mañana: mi consejo no yerra.
¡Coge hoy las rosas vivas, aún con el agua al pie!
(Traducción de Leopoldo Panero)
Cuando seas muy vieja, en la penumbra ociosa,
hilando y devanando junto al fuego sentada,
al cantar mis estrofas dirás maravillada:
“Ronsard me celebraba cuando era tan hermosa”.
No habrá sirviente entonces al escuchar tal cosa,
por el trabajo rudo ya medio adormilada,
que al rumor de mi nombre no despierte encantada,
bendiciendo tu nombre, de alabanza gloriosa.
Yo estaré bajo tierra y, espectro descarnado,
a la sombra del mirto dormiré sin cuidado.
Tú serás en tu hogar una anciana encogida,
llorando mi amor muerto y tu repulsa vana.
Créeme: Vive ahora. ¡No esperes a mañana!
¡Recoge cada día las rosas de la vida!
(Traducción de Fernando Aguirre de Cárcer)
Cuando seas vieja y gris, colmada por el sueño,
y cabeceando al fuego, tomes este libro
y leas despacio, y con el brillo suave sueñes
que hubo en tus ojos una vez, y con sus sombras;
cuántos tus ratos de risueña gracia amaron
y tu belleza con un amor sincero o pérfido,
mas sólo un hombre amó tu alma en ti viajera
y las penas amó de tu cambiante cara;
y encogiéndote junto al fuego crepitante
murmures triste, acaso, del amor que huyera
para vagar por las montañas desoladas
y su rostro esconder en un montón de estrellas.
(Traducción de Eliseo Diego, 1991)
Cuando seas muy vieja, al claror de una vela
junto al fuego, de noche, devanando e hilando,
recitando mis versos, dirás, maravillando:
Ronsard me celebraba, cuando yo era muy bella.
Ante tal nueva, ni una habrá, de tus doncellas,
ya sobre sus labores a medias dormitando,
que al rumor de mi nombre no vaya desvelando,
con eterna alabanza bendiciendo tu estrella.
Yo estaré bajo tierra: fantasma nebuloso,
entre mirtos umbríos tomaré mi reposo:
Tú, en el hogar, serás una anciana encogida,
lamentando mi afecto y tu desdén, puritana.
Vive, créeme, ahora: no aguardes el mañana:
Recoge desde hoy mismo las rosas de la vida.
(Traducción de Javier Lentini)
Quand vous serez bien vieille, au soir, à la chandelle,
Assise auprès du feu, dévidant et filant,
Direz, chantant mes vers, en vous émerveillant
Ronsard me célébrait du temps que j’étais belle.
Lors, vous n’aurez servante oyant telle nouvelle,
Déjà sous le labeur à demi sommeillant,
Qui au bruit de mon nom ne s’aille réveillant,
Bénissant votre nom de louange immortelle.
Je serai sous la terre et fantôme sans os :
Par les ombres myrteux je prendrai mon repos :
Vous serez au foyer une vieille accroupie,
Regrettant mon amour et votre fier dédain.
Vivez, si m’en croyez, n’attendez à demain :
Cueillez dès aujourd’hui les roses de la vie.
(Soneto de Pierre de Ronsard, 1587)
When you are old
When you are old and grey and full of sleep,
And, nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;
How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true,
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face;
And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how Love fled
And paced upon the mountain overhead
And hid his face amid a crowd of stars.
(Versión libre de W.B. Yeats, 1893)
Cuando vieja ya seas, y a la luz de una vela
te sientes junto al fuego, con el hilo en la mano,
al entonar mis versos, con estupor de abuela,
dirás: cuando era bella, Ronsard me alabó en vano.
No vivirá ya entonces la criada en duermevela,
casi rendida al término del quehacer cotidiano,
que al oír ¡Ronsard! despierte, con voz que el sueño vela,
bendiciendo, al nombrarte, lo inmortal de lo humano.
Fantasma deshuesado, yo estaré bajo tierra,
y entre mirtos sombríos de mi paz gozaré;
tú, anciana, que los ojos junto al rescoldo cierra
mi amor lamentarás y el desdén de mi fe.
No esperes a mañana: mi consejo no yerra.
¡Coge hoy las rosas vivas, aún con el agua al pie!
(Traducción de Leopoldo Panero)
Cuando seas muy vieja, en la penumbra ociosa,
hilando y devanando junto al fuego sentada,
al cantar mis estrofas dirás maravillada:
“Ronsard me celebraba cuando era tan hermosa”.
No habrá sirviente entonces al escuchar tal cosa,
por el trabajo rudo ya medio adormilada,
que al rumor de mi nombre no despierte encantada,
bendiciendo tu nombre, de alabanza gloriosa.
Yo estaré bajo tierra y, espectro descarnado,
a la sombra del mirto dormiré sin cuidado.
Tú serás en tu hogar una anciana encogida,
llorando mi amor muerto y tu repulsa vana.
Créeme: Vive ahora. ¡No esperes a mañana!
¡Recoge cada día las rosas de la vida!
(Traducción de Fernando Aguirre de Cárcer)
Cuando seas vieja y gris, colmada por el sueño,
y cabeceando al fuego, tomes este libro
y leas despacio, y con el brillo suave sueñes
que hubo en tus ojos una vez, y con sus sombras;
cuántos tus ratos de risueña gracia amaron
y tu belleza con un amor sincero o pérfido,
mas sólo un hombre amó tu alma en ti viajera
y las penas amó de tu cambiante cara;
y encogiéndote junto al fuego crepitante
murmures triste, acaso, del amor que huyera
para vagar por las montañas desoladas
y su rostro esconder en un montón de estrellas.
(Traducción de Eliseo Diego, 1991)
Cuando seas muy vieja, al claror de una vela
junto al fuego, de noche, devanando e hilando,
recitando mis versos, dirás, maravillando:
Ronsard me celebraba, cuando yo era muy bella.
Ante tal nueva, ni una habrá, de tus doncellas,
ya sobre sus labores a medias dormitando,
que al rumor de mi nombre no vaya desvelando,
con eterna alabanza bendiciendo tu estrella.
Yo estaré bajo tierra: fantasma nebuloso,
entre mirtos umbríos tomaré mi reposo:
Tú, en el hogar, serás una anciana encogida,
lamentando mi afecto y tu desdén, puritana.
Vive, créeme, ahora: no aguardes el mañana:
Recoge desde hoy mismo las rosas de la vida.
(Traducción de Javier Lentini)
Muchas gracias, Don Santiago.
ResponderEliminarComo aficionada a la poesía voto por la traducción de Javier Lentin por su lograda musicalidad, que la acerca mucho al original.
La versión de Yeats mejora incluso el original (a mi modo de ver). Un saludo, Carla
Santiago, escribías el pasado 8 de septiembre que Eliseo Diego traduce la versión libre de Yeats.
ResponderEliminarMe preguntaba como sería, en este mundo digital del XXI, el viaje de regreso al inglés del XIX de esa versión en español del XX.
Así es la versión en inglés de la española de Eliseo Diego propuesta por el traductor automático de Google. ¿Se acerca a Yeats?
When you're old and gray, filled with sleep,
and nodding to the fire, take down this book
and read slowly, and the soft glow dream
that was in your eyes once, and shadows;
many moments of laughing grace your loved
and your beauty with a sincere love and perfidious
but only a man you loved your soul traveler
and loved the sorrows of your changing face;
and the fire crackling encogiéndote
Murmur sad, perhaps, love to run away
to roam the desolate mountains
and his face hidden in a lot of stars
(Translation of Eliseo Diego, 1991)
La versión de Lentini tiene fallos métricos (el hemistiquio donde va la palabra "puritana" tiene una sílaba más). Las versiones de Yeats, Panero y Aguirre de Cárcer consiguen maravillosamente recrear un poema en su lengua. El "carpe diem" es motivo central del poema, y no está `presente en alguna versión, o no lo suficiente, y eso la invalida. Este poema ha tenido suerte al ser traducido.
ResponderEliminarFernando Ortiz
El verso de Lentini está bien medido.
ResponderEliminarComo debe saber (y parece que no sabe) el docto sevillano, en casos como "afecto y" hay una sinalefa (en estos casos, en el habla, se forma un diptongo decreciente: se trata de un conocidísimo recurso fonético); así es que el verso (perdonen el descenso a este ejercicio escolar) se mide así:
la-men-tan-do- mi a-fec-to y- / tu- des-dén-, pu-ri-ta-na.
O sea, 7 + 7.
Qué le vamos a hacer...
Le agradecería mucho que me mostrase, para mi instrucción, un ejemplo de
ResponderEliminaresa sinalefa al final de hemistiquio de alejandrino tomado de nuestros
clásicos.
Por cierto, permítaseme que vuelva a la carga para matizar que en el poema original el "carpe diem" está matizado por el "collige, virgo, rosas". Y Yeats no traduce. Hace una versión estupenda. Y Eliseo Diego sí traduce, pero no del soneto de Ronsard, sino de la versión libre en inglés de Yeats.
ResponderEliminarDoy gracias a Fernando Ortiz. Es muy cierto que la versión libre en inglés de Yeats (así calificada en esta entrada), es la que traduce al español Eliseo Diego, que por supuesto no traduce el soneto en francés de Ronsard. Yo debería haber repetido esta segunda consideración, que ya apunté en Citas desde la caverna (III), y debería haber puesto un orden distinto en la publicación de los seis poemas. Como penitencia por mi descuido, intentaré reordenar la serie de poemas. Pero no sé si este programa bloguero me dejará; últimamente está tan avieso como Hal en "2001: Una odisea en el espacio".
ResponderEliminarY gracias a Chimo. Su experimento de traducción automática (inversa hacia el origen) con el traductor Google deja preguntas en la mesa: ¿El traductor automático sabe poesía o sabe plagiar? ¿O es otra reencarnación de Hal el díscolo? ¿Por qué deja en español la palabra "encogiéndote"? ¿Acaso es para encogernos el ánimo?
Estos sí que son duendes de la imprenta.
(Para evitar confusiones con otros posibles “Anónimos”, me identificaré como “Brisa reciente”)
ResponderEliminarDisculpe, don Fernando Ortiz, que responda con tanto retraso (algo anómalo en un blog) a su demanda sobre final de hemistiquio. La respuesta que le doy tal vez sirva para explicar (y excusar) el porqué de la tardanza.
Que la sinalefa al final de hemistiquio haya sido utilizada o no con anterioridad no anula el hecho de que en ese verso de la traducción de Lentini sí esté.
Como no soy especialista en métrica –y además no dispongo de mucho tiempo para indagaciones–, no estaba seguro de poder darle algún ejemplo de esa sinalefa al final de hemistiquio en “nuestros clásicos”. Le agradezco la pregunta porque –por no quedar como descortés al no decir ni pío–, me he puesto a releer algunos poemas medievales (como usted sabe, en el Siglo de Oro se utilizó muy poco el alejandrino).
Aquí tiene un par de ejemplos del LIBRO DE BUEN AMOR:
-En la “Oración” inicial: “Señora, dame graçia e dame consolaçión”.
-En la “Disputa de griegos y romanos”: “con el ribald romano e con su poca sabiençia”.
No obstante, como el Arcipreste utiliza ese metro con bastantes irregularidades (hay quien dice que por influencia de la oralidad; no sé), me he ido al siglo XX donde, desde luego, el más atrevido –según mi corto saber– me parece Rubén Darío, no solo en alguna que otra sinalefa de ese tipo sino en otros recursos, como puede verse en los finales de los primeros hemistiquios de estos versos:
-De EL CANTO ERRANTE: “Epístola” (A la señora de Leopoldo Lugones):
“los delegados pan-americanos que”;
“quiero decir que me en-fermé. La neurastenia”;
“que estoy grave. Esto es mu-cho ruido y pocas nueces”.
-De CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA: “Nocturno”:
“del ruiseñor prima-veral y matinal”;
“de ir a tientas en in-termitentes espantos”.
Algo parecido encontré también en Manuel Machado:
-De CAPRICHOS: “Sé buena”:
“de una pasión concep-tuosa y sus maneras”.
-De EL MAL POEMA: “Retrato”:
“amo más que las lan-guideces de la luna”.
Y en el poema “Prólogo-epílogo”, del mismo libro, este caso:
“abandonada, y o-jerosa y mal ceñida”.
O sea, según se ve –y como usted bien sabe–, son recursos que ofrece la lengua y que el poeta emplea en pro de un determinado ritmo. Por eso me ha extrañando su pregunta, porque usted, don Fernando –por lo que de su obra he leído–, es un poeta con buen sentido rítmico.
Espero, en fin, que estos ejemplos le valgan no para su instrucción (no me atrevería yo a tanto) sino para su curiosidad, digamos.
En cualquier caso, le agradezco que todo este trajín me haya permitido volver a la lectura de poemas que hacía años que no frecuentaba. Ya ve, al final, es usted el que –indirectamente– procura la instrucción de este humilde lector de poesía.
De todas formas, permítame insistir en lo que dije el principio: aunque no hubiese encontrado ningún ejemplo, eso no anularía el hecho de un recurso fónico que está ahí, en la lengua, y que el poeta –en este caso Lentini en su traducción– emplea con total propiedad.
(¡Ojo!, no caer en la trampa del llamado tridecasílabo. Perdón por este inciso final, ya sé que innecesario en su caso, pero por si las moscas).
Saludos muy cordiales. De verdad.
A "Brisa Reciente". Estimado contertulio: En efecto, la Edad Media no cuenta para el alejandrino (porque cuentan de otra manera las sílabas). Al decir "clásicos" me refería yo a los tenidos por tales en castellano y que aún vemos vivos por la calle. En el Siglo de Oro, que yo sepa (aunque alguna otra perla habrá), sólo hay en alejandrinos el magnífico soneto del poeta antequerano Pedro de Espinosa a la Virgen. El modernismo renueva la métrica. Los ejemplos que Ud. pone de romper hemistiquio en una palabra son muy acertados. Pero eso nada tiene que ver con la cuestión que planteo. Atentamente Fernando Ortiz
ResponderEliminarSí hay, estimado don Fernando, varias perlas más de alejandrinos en el Siglo de Oro, pero no es cuestión de dar la tabarra erudita ("la erudición engaña", dijo -como sabe- el maestro de maestros).
ResponderEliminarEn cuanto a los versos que cité, repare en que sí hay dos que tienen que ver con la cuestión planteada (sinalefa al final de hemistiquio): "quiero decir que me en-fermé. La neurastenia" y, sobre todo, "abandonada, y o-jerosa y mal ceñida" donde, por cierto, la sinalefa se da entre las mismas vocales -aunque en sentido inverso- que en el verso de Lentini.
Un placer perder (o ganar) el tiempo en estos asuntos.
Saludos. Brisa reciente.
Yo sólo veo dos versiones válidas, por este orden: la de Aguirre de Cárcer y la de Panero. La de Eliseo Diego no es más que una versión no muy feliz de la libérrima paráfrasis de Yeats, como muy bien señala Fernando Ortiz. La de Lentini es ripiosa e incalificable.
ResponderEliminar¿Le gustaría saber cuál prefiero y por qué?
ResponderEliminarPués mi respuesta es NINGUNA porque la poesia es imposible de traducir. Intente usted traducir a García Lorca al francés y verá que no es posible
Se equivoca el Anónimo, a mi parecer. La poesía es imposible de traducir con exactitud, cierto (quizá ningún texto literario, ni en prosa, es susceptible de eso); pero es posible recrearlo en otro idioma con verdadero acierto, a veces incluso mejorándolo. Hay traducciones espléndidas, a Dios gracias, y es posible leer a Homero, a Hölderlin, a Whitman, sin saber los respectivos idiomas, gracias a excelentes traducciones que nos los acercan. Yo estoy más con Goethe, que venía a decir que cuanto más grande sea un poema más traducible es, que con quienes consideran la diferencia de idiomas una barrera insalvable. No lo es, creo.
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