Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: Más sobre la Insobornable Contemporaneidad

miércoles, 14 de abril de 2010

Más sobre la Insobornable Contemporaneidad

Para los que aún no hayan descubierto que la Insobornable Contemporaneidad es eminentemente sobornable y efímeramente contemporánea, les aconsejo que entren en esta bitácora que muestra cómo van a quedar algunos de los parajes más hermosos de Castilla la Vieja -y muy ricos todavía en flora y fauna- cuando lo llenen de parques eólicos con un par de centenares de molinos, cada uno de ellos tan alto como la torre Picasso en Madrid. Pasen y vean cómo se fomenta en España el turismo rural:

http://entornodeguadarramasinmolinos.blogspot.com/2010/03/imagenes-para-un-desgraciado-futuro.html

4 comentarios:

  1. No sólo se fomenta el turismo rural, también la conservación de los monumentos, las costumbres, el respeto, en fin tantas miles de cosas que dan ganas de decir lo de aquella pintada de la transición: ¡que paren la tierra, que me bajo!

    ResponderEliminar
  2. Tamarón, los demócratas acabarán llamándolo al orden si utiliza usted nombres franquistas para las regiones -perdón, comunidades autónomas- de España. Debería usted distinguir muy bien entre Castilla (y León), Cantabria y La Rioja, a las que sin duda el Movimiento unió artificiosamente y contra la voluntad de sus habitantes.

    En cuanto a los molinos y otras extenuantes plagas, incluidos el cine español, los nacionalismos, la patronal y los sindicatos, tenga usted confianza en que se extinguirán cuando se extinga el animal que parasitan. A perro flaco todo son pulgas, sí, pero todas saltan cuando el perro muere.

    El paisaje que usted contempla tan perjudicado, y que se multiplica por cualquier lugar en forma de cualquier cosa -urbanizaciones no a pie de, sino en la playa; canteras; basurales; bosques quemados-, es la justa representación de nuestro estado anímico ideal sobre la pared de la caverna platónica. Putrefactos, Tamarón. Todos.

    Paciencia. Dejemos morir a España, como siempre, y veremos qué nos deja la catarsis. Protestar, según yo tengo comprobado, no vale para nada. Tener la razón es incluso menos útil, pues corre peligro la vida de uno.

    Ánimo, que hay mucha gente buscando trabajo. Aunque fuera incluso montando molinos.

    ResponderEliminar
  3. Todos los años visitaba Ampudia, uno de los más hermosos pueblos de Palencia: su elegante colegiata, el castillo de los Alburquerque, los soportales, el museo de arte sacro, la campiña y...desde hace un par de años una horrible montonera de chatarra circulante a la que llaman parque eólico.

    No he vuelto por Ampudia. No volveré más a ver el destrozo que han hecho. Nunca más hablaré a nadie de Ampudia. Ampudia ha desaparecido de mi vida.

    ResponderEliminar
  4. INVOCACIÓN A FAVONIO


    Qué bello litoral es el de Cádiz
    con molinos de viento.
    Si Villalón hubiese visto el ágil
    moverse del invento…

    -Que además es tan práctico, demonio-,
    pide con firme verso
    que el soplo favorable de Favonio
    aviente este mal sueño.

    Fernando Ortiz

    ResponderEliminar

Comentar