Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: Valery Larbaud y Teócrito. Citas Proscritas V

lunes, 20 de junio de 2022

Valery Larbaud y Teócrito. Citas Proscritas V


 Fi des pays coloniaux, qui n'ont pour eux
Que les merveilles de la nature, et n'ont pas su
Même se procurer un Théocrite.

Valery Larbaud, A.O. BARNABOOTH, Poesies, 1913

O sea: 

Qué asco, los países coloniales, que no tienen más   
que las bellezas de la Naturaleza y ni siquiera han sabido 
procurarse un Teócrito.

Amable lector, antes de escandalizarte por la incorrección política de Valery Larbaud, espera que termine el cuento. Descubrí a Valery Larbaud a los veinte años, cuando estaba yo en Burdeos mejorando mis conocimientos de francés para presentarme a la oposición de ingreso en la carrera diplomática. El autor - que tenía unos treinta años cuando en 1913 publicó esa monumental fantasía enciclopédica e irónica - me atrajo, incluso al descubrir el sorprendente final del libro. No sé si me ayudó  a sacar la oposición o a desconfiar del cosmopolitismo.

El caso es que el único "país colonial" lo sufrí cuando en 24 horas de estancia en Guinea Ecuatorial cogí el paludismo. En rigor podría considerarse país colonial a Mauritania, donde viví felizmente tres años, o el Canadá, donde pasé uno. Pero Barnabooth / Larbaud no los hubieran llamado así y yo menos.

En el Journal Intime del libro A.O. BARNABOOTH, el autor juega con el lector pues precipita la decisión dramática del multimillonario narrador, que decide volver a América como Ulises a Ítaca pero con cientos de baúles, un loro que repite en español ¿Loro...lorito...?¡lorito real! y Concha, con quien se acaba de casar tres veces: selon l'église d'Angleterre, selon l'église de Rome, et selon le consulat du ***. Los tres astericos representan el nombre del país de donde es originario el protagonista y donde radica su enorme fortuna basada en el guano. Él se llamaba a sí mismo a veces Le roi du caca... 

Valery Larbaud cae simpático a cualquier lector capaz de ver a través de distintos planos cuál es la esencia de su mente y su corazón generosos. El lector medio, y yo desde luego, se angustia al saber que Larbaud tras vivir su juventud de rico heredero que viaja y reside en diversos lugares y en todos disfruta, especialmente en Alicante, a los 53 años tuvo una hemiplejia y afasia que lo dejó los 22 años restantes sentado en una silla y repitiendo lo único que podía decir, Bonsoir les choses d'ici-bas. Es decir, Buenas noches, cosas de aquí abajo. Angustia el pensarlo y más aún al saber que el cerebro sí le funcionaba. Se ocupó de él solícitamente un eminente neurólogo, el Dr. Théophile Alajouanine. Pero desazona a cualquiera preguntarse si el pobre millonario esteta hubiera preferido la eutanasia. 

Valery Larbaud hacia 1900


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