Madrid, 17 novembre 2015
Madame,
Votre programme musical, qui soulevait
mon enthousiasme il y a dix jours, provoque cette semaine ma consternation.
Vous avez demandé à ma fille et à ses camarades de chanter :
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
Il y a quatre
jours, un groupe de fanatiques a abreuvé les pavés de Paris du « sang
impur » des « ennemis de l’Islam » dans le même quartier où,
deux siècles plus tôt, la guillotine à répandu le « sang impur » des
« ennemis de la Nation ».
Aujourd´hui les
enfants de CM2C chanteront :
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
Ma fille porte dans ses veines une bonne dose de « sang impur », comme le
portent sans doute la plupart des enfants français de votre classe et
probablement vous-même, car les victimes de la Révolution furent nombreuses, et
les « aristos » n’en constituèrent qu’une toute petite minorité.
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
J’ai par hasard
près de moi les mémoires d’une ancêtre, née en 1789, petite-fille de Malesherbes.
Malesherbes, connu pour avoir protégé les Encyclopédistes et fait campagne pour
l’émancipation des Juifs et des Protestants et pour l’abolition des lettres de
cachet, se porta volontaire pour prendre la défense de Louis XVI à son procès.
Le Roi lui répondit : « Votre sacrifice est d’autant plus généreux
que vous exposez votre vie et que vous ne sauverez pas la mienne ».
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
En décembre 1793,
Malesherbes fut arrêté avec tous les membres de sa famille qui ne parvinrent
pas à fuir, comme « conspirateur ». Parmi ces
« conspirateurs » se trouvait une nièce de onze ans, l’âge de
certains de vos élèves qui aujourd´hui chanteront :
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
La petite-fille
de Malesherbes, qui avait à l’époque quatre ou cinq ans, raconte dans ses
mémoires que les crieurs vinrent sous les fenêtres de la maison qu’elle
habitait avec ses sœurs et ordonnèrent à des scieurs de pierres qui y
travaillaient d’interrompre leur activité « afin que les petites
aristocrates entendent la liste de leurs parents condamnés ».
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
Le 22 avril 1794,
Malesherbes monta sur l’échafaud en compagnie de sa fille, son gendre et sa
petite-fille dont il vit tomber les têtes avant que la sienne fut tranchée.Si
l’histoire de Malesherbes vous émeut un peu je vous épargne celle d’une autre
branche de ma famille, à Lyon, où Fouché se chargea des exécutions avec un zèle
exceptionnel. Aujourd’hui leur descendante chantera avec un enthousiasme
puéril :
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
Je me doute bien
que vous ne prétendez pas inciter les enfants au génocide. Si la République a
conservé ces paroles barbares dans son Hymne, vous n’y pouvez rien. Mais parfois il est bon de remettre en cause certains symboles
nationaux. En Allemagne on ne ferait pas chanter à des élèves, juifs ou
« aryens » :
« QU’UN SANG IMPUR ABREUVE NOS SILLONS »
Bien
à vous,
Reproduzco esta carta con permiso de su autor y sin mencionar nombres, por motivos evidentes. Pero me atrevo a decir que la suscribiría si pudiese.
Para muchos franceses el "sang impur" es el suyo propio, por oposición al "sang bleu" de la nobleza.
ResponderEliminarPor ejemplo
http://www.lemonde.fr/idees/chronique/2012/03/11/qu-un-sang-impur-abreuve-nos-sillons_1656090_3232.html
Saludos.
Es interesante el recorte de Le Monde, y tiene razón el autor desde su punto de visto de izquierdas.
EliminarLa Marsellesa es un "valor-refugio para todos los revolucionarios del mundo". Es muy aprovechable (para los revolucionarios, se entiende). Y el resto de los coristas, incluidos los reyes, deben atenerse a su papel de tontos útiles.
En cuanto al análisis de la sangre impura, el asunto es irrelevante, pues no es creíble que ni un uno por millón de los que lo han cantado desde que se compuso prefiriesen verter su propia sangre "impura" antes que la del contrario.
Lejos de parecer una forma racional y civilizada, el tributo de sangre ajena que para su perpetuación parece reclamar la República recuerda en todo punto la exigencia de muerte que el "salvaje indocto" de Sir James George Frazer precisa para asegurar la supervivencia de su tribu. Quizá sea que el poso demoscópico, numérico y por ello brutal, que es consustancial a la tribu sea también el sustrato de toda forma republicana, y por ello tribu y república responden de igual modo a la menor (o mayor) amenaza de orden espiritual pese a su pretendido furor laico.
ResponderEliminarEs de hacer notar que mientras el republicano de tropa (justamente dolido o simplemente aprovechando la ocasión) exige la sangre del contrario al demos, el legionario canta con melancólica fatalidad su propia muerte cuando es reclamado a cumplir su promesa de entrega incondicional a la patria. Se muestra aquí una forma superior a la republicana y demoscópica, la del individuo sabedor de que su singularidad es inseparable de su propia muerte, y que ambas son materiales fundacionales de todo orden aristocrático.
La letra de la Marsellesa es vulgar y facilona, exactamente lo contrario de esta carta, tan justa y bella incluso estéticamente. La música del himno es la adaptación de una pieza (Tema y variaciones en Do Mayor) del compositor italiano Giovanni Battista Viotti, y recuerda bastante a uno de los temas del primer movimiento del Concierto número 25 de Mozart. Seguramente la combinación de una buena melodía y unos ripios brutales ha asegurado su pervivencia.
ResponderEliminarCon Otto Silenus: lo facilón y sentimental de la construcción melódica de la Marsellesa, compuesta como todo himno nacional con ánimo de marcha campesina de altas miras (así sean en Francia como en Zambia), de ciega confianza en el futuro luminoso encarrilado por la revolución, son cosas muy apropiadas para exaltar los ánimos citoyens de los Estados sin Nación que componen Europa. Aunque sea ocioso, me pregunto si Europa no será a menos que sea capaz de tener por himno una marcha militar carolingia o un madrigal de Carlo Gesualdo. ¿Exagerado? Sí, pero ya dije que era ocioso.
ResponderEliminarPor cierto que Rouget de Lisle, autor venerado de la Marsellesa, escribió en 1814 otro himno bellísimo titulado “Vive le Roi”, en cuanto se produjo la restauración monárquica de Luis XVIII. El oficial de ingenieros y músico, traidor a Luis XVI, traidor a la Revolución y traidor a Napoleón Bonaparte, era tan trepa y bellaco como muchos otros de su época.
EliminarAconsejo vivamente la lectura de su biografía y de la letra del himno que sucedió a la Marsellesa, escrito por el mismo autor de ambos.
La música de "Vive le Roi" es endeble y quizá por eso no le gustó a Luis XVIII. Pero hay que excusar en esto al ínclito Rouget de Lisle pues parece ser que esta vez no plagió a nadie, y en cambio la Marsellesa sí estaba copiada.
Caramba con monsieur de Lisle. Si tuviera uno más posibles y él no anduviera por el ultramundo le contrataría para que me compusiera unas loas cortesanas adobadas con apagadas pero enfáticas trompas inglesas, que siempre dan un punto de emocionada dignidad a cualquier pieza.
EliminarPero ni las bromas ni las veras alteran la pertinaz ampliación del ámbito de la res publica ni del furor laico con el que se presenta. La emboscadura jüngeriana, admitiendo sólo la benefactora compañía de unos pocos, parece no ya un ideal de escolástica belleza sino una perentoria necesidad del día a día. Con Garcilaso:
Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura
toda de hiedra revestida y llena,
que por el tronco va hasta el altura
y así la teje arriba y encadena
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido,
alegrando la vista y el oído.
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Garcilaso de la Vega, Égloga III.
Acabáramos!
ResponderEliminarEs una buena y bonita canción.es una estrategia para unirse..
ResponderEliminarEs verdad, qué linda y tierna es la Marseyesa. Mismamente parece mezcla de Platero y yo con Bambi.
EliminarPlatero es cursilería.a pesar de ser yo Andalucía la baja u tener momentos tiernos para los andaluces,su color,su espacio...sus árboles..y bambi es insoportable.prefiero leer a García Pavón y su detective Plinio,muy simple y divertido.casi. Premoderno
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