Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: Más agradecimientos de los Rustica Numina

jueves, 16 de agosto de 2012

Más agradecimientos de los Rustica Numina

     El otro día me dejé en el tintero lo principal, aclarar quiénes son los Rustica Numina. Júpiter, por boca de Ovidio (Metamorfosis, I, 192-198), dice a los demás dioses del Olimpo que tiene que acabar con el género humano (mediante un diluvio, como hizo Yavé) pues
"Tengo yo semidioses, tengo divinidades campestres, Ninfas, Faunos, Sátiros y Silvanos que habitan los montes; puesto que a ellos todavía no les he concedido el honor de residir en el cielo, permitámosles al menos habitar la tierra que sí les di. ¿Creéis, dioses, que van a estar ellos seguros, cuando a mí, que poseo el rayo, que os poseo y gobierno a vosotros, me ha preparado acechanzas Licaón, ya conocido por su ferocidad?"
(Sunt mihi semidei, sunt rustica numina, Nymphae Faunique Satyrique et monticolae Silvani,
...)
     El caso es que coincidieron dos presagios faustos con uno funesto durante esos días. El segundo signo esperanzador fue que releí por casualidad (o quizá a petición de un amigo cura, pero esa ya es otra historia) un cuento hermoso de Marguerite Yourcenar, titulado Notre-Dame-des-Hirondelles (Nuestra Señora de las Golondrinas). Allí también aparecen unas Rustica Numina, en este caso ninfas, en peligro de muerte porque su tiempo histórico ha pasado. Las salva la Virgen María, convirtiéndolas en golondrinas.

     Y, claro está, con la claridad funesta de las llamas, que todos los dioses menores que moran en los bosques están hoy en peligro de desaparecer con los incendios provocados a diario en los lugares más hermosos que quedan en España. Las llamas se llevan la belleza, la naturaleza y la historia, todo lo que hace soportable la vida en nuestra piel de toro. Por eso entiendo que cualquiera que no comparta la pulcrofobia de los incendiarios, cualquiera que alabe cosas en peligro como las que he procurado celebrar en El rompimiento de gloria, se merece el agradecimiento no ya mío sino sobre todo de las criaturas -vegetales, animales o divinas- que aún quedan.

     Muy en particular es digna de este agradecimiento una nueva reseña, Ardor y pedagogía: "El rompimiento de gloria" de Tamarón, escrita por Enrique García-Máiquez. Les aconsejo que entren aquí y vean también los comentarios de los lectores. Pero sobre todo los de García-Máiquez, que interviene en la discusión con penetrante clarividencia.

Enlace relacionado:
Rustica Numina

1 comentario:

  1. La referencia al cuento de Yourcenar es hermosa y didáctica aunque hoy, urbanizado hasta el propio mar, nos resulte algo insólita esa protección de Nuestra Señora de las Golodrinas hacia las Rustica Numina.



    Curiosamente Luis Vives, en sus comentarios a la égloga V de Virgilio [20-28], expone alegóricamente la reciprocidad de esa compasión:



    [L. Vives al v. 21]"...fenecido, las Ninfas...". (…) Lo que sin ningún género de duda dice es que toda la naturaleza se condolió por la muerte de Cristo y, en primer lugar, las mismas Ninfas [semidiosas], esto es, los espíritus celestes.


    y continua [L. Vives al v. 28]"...y los ásperos montes". Los hombres, en efecto, pudieron oír de lejos el rugido de los leones, repetido por el eco de montes y bosques. Los avellanos y los ríos atestiguaron el luto de las Ninfas y sin este testimonio suyo de otro modo no lo hubiéramos podido conocer, dado que no tenemos trato alguno con ellas; asimismo los montes y bosques dieron testimonio del duelo de los leones, puesto que rehúyen nuestro trato y compañía. Quizás también hay una alusión a la rotura de las piedras, a que los sepulcros se abrieron y al terremoto. 



    Parece necesario ahora corresponder con otro rugido, repetido por el eco de nuestros medios digitales, a favor de las Rustica Numina. Es el momento o algunos bárbaros no nos dejarán nada hermoso que conservar más tarde.

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