Anteayer Domingo se publicó un sondeo de opinión (diario
El Mundo, 29 de Noviembre de 2015) cuyos resultados parecen reveladores, aunque no me atrevo a deducir qué revelan. El 83 % de los españoles cree posible un atentado yihadista en territorio nacional, como el de París. El 54 % rechaza una implicación española directa en la operación militar de la coalición en Siria. El 35 % sí cree que España debe sumarse a dichas operaciones militares.
Así pues, la situación parece clara. En su mayoría, los españoles no estamos dispuestos a defendernos.
El problema no es de tal o cual partido político. En rigor no lo es de ningún partido político. Tampoco de la disposición de los militares (salvo alguna excepción de ex militar). El problema estriba en los sentimientos, pensamientos y actitudes más hondos y extendidos de nuestros compatriotas. Pues ocurre que una democracia consiste precisamente en hacer lo que la mayoría quiera. Y la mayoría de los españoles está indicando de forma inequívoca que no quiere defenderse. Otra cosa es que los gobiernos y en general el poder legislativo tengan obligación de cumplir con los deseos de la opinión pública. No la tienen, constitucionalmente.
Pero las consecuencias de no acatar la voluntad del Demos son evidentes en las urnas e incluso en la calle. Huelga recordar que las urnas están a la vuelta de la esquina y las calles incluso antes de la esquina. También sobra añadir que la "Paz con Honor" que Chamberlain dijo traer de Munich en 1938 hizo perder ambas cosas, pero entre aclamaciones entusiastas del pueblo británico. A punto estuvo éste de suicidarse, y se salvó por la terquedad de Churchill, un simple diputado que no había sido elegido por sufragio universal para ser Primer Ministro, y al que el mismo noble pueblo británico despidió sin contemplaciones en cuanto pudo hacerlo. Es decir en cuanto Churchill hubo ganado la guerra.
Convendría que todos recordásemos, ya que no cantares de gesta, al menos coplas de ciego como ésta:
Vinieron los sarracenos
y nos molieron a palos,
que Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.
Dicen muchos que es letrilla cínica. Tal vez no. La vieja construcción sintáctica
son más que, puede llevar implícito otro término tal que, en este caso,
alentados. Muchos pensarán que eso tan sólo se puede guardar como esperanza, pero algo es algo. Habrá que aspirar, al menos, a ser
más resueltos que los malos. A Dios rogando y con el mazo dando.