Cabe aplicarle la categoría de Liberal [1] Reaccionario [2]. Liberal era puesto que tuvo 700 esposas y 300 concubinas, según el Primer Libro de los Reyes, 11:3. Y en una categoría indefinida pero colosal, enamoró a la Reina de Saba. Y se enamoró de ella, claro.
Muy poco
se sabe a ciencia cierta, y fuera de la Biblia, sobre Salomón. Ni siquiera es
seguro que existió. Pero su influjo en la historia, en las Tres Religiones del
Libro, en la literatura, en la pintura y en la música –sin ir más lejos en los Negro
Spirituals– es innegable.
Tal vez
compliquemos demasiado las palabras. Quizá deberíamos volver a sus formas
primitivas para entender las realidades perdurables. No hay por qué decir, como
acabo de hacerlo yo mismo, ni siquiera es seguro que existió el Rey
Salomón. Basta con decir ser en vez de existir. En seguida
comprendemos que Salomón fue e incluso es.
No hay
más que leer el Antiguo Testamento para descubrir la realidad palpitante y
dentro de él, el Libro de los Proverbios:
“1 Los
Proverbios de Salomón, hijo de David, Rey de Israel.
2 Para
entender Sabiduría y Castigo: para entender las razones prudentes,
3 Para
recebir el castigo de prudencia, justicia
y juyzio, y equidad,
4 Para
dar a los simples astucia, y a los moços inteligencia y consejo.
5 Si el
sabio las oyere, aumentará la doctrina: y el entendido adquirirá consejo.
6 Para
entender parábola y declaración, palabras de sabios, y sus dichos escuros.
7 El
principio de la sabiduría es el temor de Iehoua: los locos despreciaron la
sabiduría y el castigo.
8 Oye
hijo mío el castigo de tu padre y no deseches la Ley de tu madre.”[3]
Dejando
en suspenso la llamada realidad histórica, tan deleznable como cualquier otra o
un poco más desmenuzable todavía, suele darse por buenas algunas fechas. Salomón,
hijo de David, reinó sobre Israel y Judea en el siglo X a.d.C. Fue inmensamente
rico, edificó el Templo y disfrutó de sus mil mujeres.
No es de extrañar que la huella salomónica sea indeleble en las tres Religiones del Libro. Bien cerca tenemos el resultado de esta fama más que legendaria. Felipe II identificaba a su padre Carlos V con el Rey David y él mismo se veía como el Rey Salomón. En la entrada a la Basílica del Escorial figuran sendas estatuas del Rey David y el Rey Salomón y un fresco en la biblioteca.
Tibaldi, fresco de Salomón y la Reina de Saba en el centro de la bóveda de la Biblioteca del Escorial (circa 1586)
Es curiosa esa identificación del adusto y sombrío Felipe II con el poligámico Rey Salomón y también sorprende identificar a Carlos V con el Rey David. Al revés nos hubiera parecido más verosímil dentro de las nubes hagiográficas. Sorprende también ver en la biblioteca del Escorial al Rey Salomón departiendo doctamente con la Reina de Saba cuando es de todos sabido que ella sucumbió a sus encantos, sin demasiada prosopopeya. No en vano había llegado a Jerusalén bien preparada:
“Llegó a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, oro en gran abundancia y piedras preciosas". [4]
Cabe imaginar que el gran Rey que vemos entre brumas legendarias se caracterizaba por una mezcla de vanidad escéptica y orgullo irónico. Ambas cosas aparecen en la fastuosa y variopinta iconografía de tantos siglos.
Valgan como botones de muestra de los cientos de imágenes el siguiente repertorio:
Pedro Berruguete, Salomón, circa 1500 |
Rubens, El juicio de Salomón, circa 1617 |
Cornelis de Vos, El ungimiento de Salomón, 1630 |
Willem de Poorter, La idolatría del Rey Salomón, circa 1630-1648 |
Giovanni Venanzi, El Rey Salomón pervertido en su vejez por sus mujeres, 1668 |
Luca Giordano, El sueño de Salomón, 1694-1695 |
Gustav Doré, El Rey Salomón, 1866 |
Sir Edward Poynter, La visita de la Reina de Saba al Rey Salomón, 1890 |
José María Sert, La Reina de Saba preparada para salir de su reino e ir a ver al Rey Salomón, está sentada sobre una concha de nácar,1925 |
Sello postal de Israel, 1960 |
Ya tendremos ocasión de entrar en otras cuestiones importantes sobre el Rey Salomón pero dejémoslo por ahora con uno de sus Proverbios:
"Por tanto he salido a encontrarte, buscando tu faz: y he te he hallado". [5]
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[1] Liberal: Generoso, bizarro, y que sin fin
particular, ni tocar en el extremo de prodigalidad, graciosamente da y socorre,
no sólo a los menesterosos, sino a los que no lo son tanto, haciéndoles todo
bien. (Diccionario de
Autoridades, tomo III, 1732).
[2] Reaccionario: Que tiende a oponerse a cualquier innovación. (Diccionario de la Real Academia, 2023).
[3] Esta cita de los Proverbios de Salomón está sacada de la primera versión en español de las Sagradas Escrituras, traducidas por el monje Jerónimo, Casiodoro de Reina (1520-1594). El traductor fue excomulgado por la Inquisición y declarado heresiarca.
[4] Primer Libro de los Reyes, 10:2
[5] Libro de los Proverbios, 7:15